Se trata de una central de gas de ciclo combinado de 800 MW de potencia, proyectada por Gas Natural. La central emitirá gases contaminantes que originarán lluvias ácidas perjudiciales para los bosques y cultivos así como gases de invernadero que contribuirán a incrementar el cambio climático. Las térmicas de ciclo combinado no alivian la dependencia energética puesto que todo el gas debe ser importado. El crecimiento desbocado del número de estas centrales puede hace haya suficientemente gas para el abastecimiento de todas ellas.

Gas Natural ha comenzado los trámites para la construcción de una central de gas de ciclo combinado de 800 MW en el emplazamiento de la nuclear de Zorita (Guadalajara), que se cerrará en 2006. Este proyecto se encuadra dentro del ciclo inversor que están realizando las principales Empresas Eléctricas de este país y dentro de los grupos de generación que tendrían derecho a ser consideradas dentro del Plan Nacional de Asignación de Emisiones PNA de dióxido de carbono. La gran cantidad de centrales de gas que se están diseñando en nuestro país hace que el suministro de gas para todas ellas no esté garantizado y convierte a nuestro sistema eléctrico en demasiado vulnerable. No se puede aseverar, ni mucho menos, que los proyectos de centrales térmicas que se emplazarán en el centro de España (entre las provincias de Madrid y Guadalajara) contribuyan a paliar el déficit energético de esta región. Hay que tener en cuenta que estas centrales se alimentan con gas natural que, finalmente, se importa todo él, por lo que no palia el déficit ni otorga ninguna independencia energética.

Si bien resulta menos contaminante que una central de carbón convencional, la central de gas de ciclo combinado proyectada está lejos de ser limpia, según Ecologistas en Acción. Emitirá al año aproximadamente unos 2,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, el principal gas causante del cambio climático. Asimismo emitirá anualmente unas 2000 toneladas de dióxido de nitrógeno, gas que cuando reacciona con el vapor de agua atmosférico da lugar a lluvias ácidas que pueden quemar los bosques y los cultivos. Además, emitirá al medio ambiente, aproximadamente, tanto calor como energía eléctrica produzca, contribuyendo con las otras centrales proyectadas aguas abajo del Tajo, el calentamiento de las aguas de este río. Estas emisiones son lo bastante importantes para oponerse a la construcción de esta central.

Para Ecologistas en Acción existen alternativas a esta central térmica que forma parte de la loca carrera en que se han sumido las eléctricas para copar el mercado del gas. Más allá de satisfacer el loco incremento de la demanda de electricidad de nuestro país, casi el doble que el del PIB, habría que optar por el ahorro y la eficiencia energéticos. Asimismo, las necesidades deberían satisfacerse de forma creciente con las energías renovables, que ya están en condiciones de suministrar buena parte de la energía que consumimos. Si no se invierte la actual dinámica, el incumplimiento del protocolo de Kioto por nuestro país será aún más clamoroso que en la actualidad. En opinión de los miembros de Ecologistas en Acción, las centrales de gas de ciclo combinado podrían contemplarse como un apoyo a una transición hacia un sistema energético más limpio. La apertura de una central de gas debería ir acompañada del cierre de una central de potencia mayor o similar basada en energías más sucias.