Ecologistas en Acción de Salamanca venía alertando desde hace ya varios años de la pretensión de construcción de una central hidroeléctrica en el cauce del río Tormes (Salamanca) en la zona conocida como la Aceña del Arrabal promovida por la empresa GRUPOSA, editora del diario La Gaceta Regional de Salamanca, cuyo emplazamiento para la edificación se localiza dentro de los límites del entorno de Protección del Puente Romano de Salamanca. Una alerta que se justificaba debido al “impacto severo que esta construcción tendrá sobre uno de los monumentos más simbólicos de nuestra ciudad, además del evidente impacto ambiental sobre el río Tormes”, en palabras de la organización ecologista.

El informe de la Confederación Hidrográfica viene a dar la razón a Ecologistas en Acción de Salamanca, puesto que los motivos para no otorgar la concesión de aprovechamiento de aguas superficiales son, como expone el propio informe:

  • “La ejecución del proyecto presentado ocasionará una modificación sustancial de la morfología actual del cauce del río Tormes, con pérdida de su dinámica y actuales condiciones de funcionamiento, lo cual supondrá una degradación del medio físico y biológico afecto del agua”.
  • “Existe una elevada probabilidad de aumento del riesgo de inundaciones en los terrenos de las márgenes, como consecuencia de la reducción de la capacidad de evacuación del cauce al aumentar el coeficiente de rugosidad por proliferación de vegetación y acumulación de arrastres y flotantes”.
  • “Las circunstancias señaladas en los párrafos anteriores se producen en el mismo casco urbano de Salamanca, con numerosas infraestructuras, construcciones y bienes en sus márgenes, así como inmediatamente aguas arriba del Puente Romano, el cual es Bien de Interés Cultural con categoría de monumento”.

Ecologistas en Acción, tras analizar en su momento el proyecto y los posibles impactos que se mencionaban, con las medidas correctoras propuestas, concluyó que la repercusión sobre el propio río, por un lado -en especial en su ribera y en su imagen, al ser el espacio natural más importante para la ciudad de Salamanca y su patrimonio-, y la falta de idoneidad en estos momentos, por otro, acompañada de la rentabilidad mínima que supondría una explotación privada para el salmantino de a pie, rechazó su puesta en marcha. Entre estos impactos destaca la alteración del caudal del río Tormes, la eliminación de la vegetación y repercusión en la fauna y la perturbación gravísima del paisaje de la zona afectada. El interés por intervenir en esta zona debería encaminarse a diseñar un plan de ordenación que hiciera del río una parte más de Salamanca y así concebirse como patrimonio escénico, integrándolo para su disfrute y para el mantenimiento saludable de sus características.

Todos estos argumentos esgrimidos por la asociación ecologista han sido tenidos en cuenta por la Confederación Hidrográfica del Duero, que en estos momentos se pronuncia de manera negativa a otorgar la concesión de aguas superficiales a derivar del río Tormes para la producción de energía eléctrica. “Es tremendamente positivo que por fin se reconozcan los impactos que ocasionaría la construcción de la central hidroeléctrica en el Arrabal, y se obre en consecuencia. Los argumentos descartados por el Ministerio de Medio Ambiente en la Declaración de Impacto Ambiental, que fue positiva, son reconocidos ahora por la Confederación. Es una buena noticia, y por tanto nos alegramos”, es la valoración de los ecologistas ante esta noticia.

Las instalaciones se localizarían en el entorno de protección del Puente Romano, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. Dicho entorno está delimitado mediante Decreto 67/1998 de 26 de marzo de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León (BOCyL 1 de abril de 1998). Por ello era preceptiva la presentación de dicho proyecto ante la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, Comisión en la que una vez que el ex Concejal Francisco Morales abandonó la Concejalía de Patrimonio no se ha caracterizado por su celo protector al monumento ni a su entorno.

El Boletín Oficial del Estado publicaba el 26 de febrero de 2007 la RESOLUCIÓN de la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, por la que se formulaba declaración de impacto ambiental positiva del proyecto Aprovechamiento hidroeléctrico Aceña El Arrabal, en Salamanca. El colectivo ecologista de Salamanca interpretó este gesto como “Una decisión del Ministerio de Medio Ambiente del PSOE, el Ministerio de la “Nueva Cultura del Agua”, que se convertía en cómplice de un grave atentado a los valores naturales del río Tormes y al patrimonio histórico de Salamanca”.

Ecologistas en Acción quiere recordar otra vez más la urgente necesidad de un Plan Especial de Protección y Regeneración de las Márgenes del río Tormes. Insisten en que: “las islas, la aceña y el molino de la margen izquierda deben ser integradas con urgencia en el Plan Especial de Protección y Regeneración de las Márgenes del río Tormes: Fue un compromiso que el Ayuntamiento adquirió con la ciudadanía tras el acuerdo suscrito en el Convenio de 5 de febrero de 1999 que permitió reanudar las obras de construcción del puente de San José y que no se ha cumplido aún”.