Ecologistas en Acción Mijas alerta que las zonas húmedas de Mijas y Fuengirola, formadas por una gran variedad de ecosistemas: ríos, arroyos, pequeños estuarios o desembocaduras, charcas artificiales, prados inundables se hayan muchos de ellos bastante amenazados, con grave riesgo de dejar de ser ecosistemas naturales en sí, e inmersa en una espiral ascendente en la pérdida de función ecológica que deben tener, y en la biodiversidad que deben albergar como tal, así lo ha denunciado la Federación Malagueña de Ecologistas en Acción con motivo del día Mundial de Zonas Húmedas celebrada el pasado 2 de febrero.

En este sentido, la Federación Provincial de Ecologistas en Acción Málaga ha hecho un llamamiento a la sociedad y a los organismos públicos para denunciar este declive, ciertamente generalizado.

Entre las zonas húmedas amenazadas y degradadas en el municipio de Mijas se encuentran: el arroyo del Laurel y de Las Pasadas (este último declarado LIC por la Unión Europea), y varios arroyos de menor entidad en sus tramos finales en la costa mijeña, como el arroyo del Chaparral, arroyo de La Cala, arroyo de Calahonda, etc. que han sido sometidos a limpiezas a fondo de la vegetación riparia.

Estas limpiezas tienen un fin supuesto de evitar el desbordamiento de ríos y arroyos, aunque, según la asociación ecologista, se ha machacado literalmente los tramos fluviales, con la consiguiente eliminación de formaciones vegetales riparias o de ribera, con una importancia máxima en el funcionamiento ecológico de estos ríos y arroyos, además de albergar y dar cobijo a una rica biodiversidad, propia de estos ecosistemas acuáticos.

Además muchas de estas formaciones vegetales “saqueadas y desmanteladas”, están amenazadas y protegidas por la Directiva Europea 92/43/CEE, como son los tarajales, adelfares, saucedas, etc.
Otras de las amenazas que acechan a los ríos y arroyos son los encauzamientos y embovedados de ríos, como está ocurriendo con dos de los cursos fluviales más importantes del municipio de Fuengirola: el arroyo Real y el “enladrillado” arroyo Pajares y la pretensión de anular totalmente la desembocadura del arroyo de La Cala en La Cala de Mijas.
Para Ecologistas en Acción, todo esto supone la eliminación drástica del ambiente fluvial, al suprimir todo indicio de la vegetación y de fauna existente en ese espacio natural.

Ecologistas en Acción advierte que estos cauces “limpios” o entubados supone una trampa que posibilita potenciales inundaciones y catástrofes urbanas, ya que por un lado permite que discurra el agua con más velocidad y fuerza, y por otro lado crea condiciones óptimas para que se produzcan “tapones” de retención de agua, con el consiguiente desbordamiento y anegación de las zonas cercanas a los cursos fluviales.