“Tenemos una profunda preocupación por la posible asociación de la empresa portuguesa Portucel al proyecto de la empresa española ENCE en Uruguay, actualmente suspendido por falta de financiamiento”, expresa una carta abierta a la sociedad lusitana firmada por cerca de 30 organizaciones y movimientos sociales del Estado español, Portugal y Uruguay [1] difundida este viernes. Los firmantes destacan los impactos ambientales y sociales constatados desde hace varios años de los monocultivos de árboles a gran escala para la industria de la celulosa, especialmente los que ya tiene ENCE en Uruguay. Advierten que la aprobación de la planta de celulosa agravará esos impactos y denuncian que la compañía española ni siquiera ha comunicado su plan de forestación para suministrar la fábrica con materia prima.

Las organizaciones y movimientos sociales portugueses, españoles y uruguayos entienden que Portucel se perfila como el posible socio de la empresa española en la instalación de una planta de celulosa en Punta Pereira, Colonia. De hecho Portucel ya había manifestado su interés de instalar una planta de celulosa en Uruguay y ante la crisis internacional ENCE, que ya había iniciado las obras para instalar su planta, apela a la empresa portuguesa.

Uruguay tiene cerca de un millón de hectáreas forestadas con monocultivos de eucalipto y pino para la industria de la celulosa local y extranjera. El principal impacto ambiental de la forestación ha sido la disminución de las fuentes de agua, al punto de secar los pozos de agua de pequeños productores de diversas partes del país. Solamente en las cercanías de la ciudad de Mercedes, en el oeste uruguayo, más de 150 familias son abastecidas de agua por camiones cisterna del gobierno local para su vida diaria y producción. Cerca de ese lugar, en el departamento de Colonia, productores agrícolas dedicados a la agricultura, apicultura y lechería, alertan que la forestación en la zona amenaza su permanencia en el medio rural, al agotar sus fuentes de agua y afectar gravemente la calidad de sus suelos. Las entidades sociales firmantes rechazan también las importantes facilidades impositivas con que cuenta todo el proceso forestal-celulósico en el país, al punto que la planta de ENCE y sus instalaciones portuarias ya se les ha otorgado régimen de zona franca.

Uno de los grandes argumentos del sector industrial y del gobierno uruguayo a favor de la instalación de estos emprendimientos ha sido la generación de mano de obra que implican, en beneficio del desarrollo del país. “Una vez terminado el período de construcción de la fábrica de celulosa serán únicamente 300 las personas empleadas”, aseguran los signatarios de la carta. “La fabricación de celulosa conlleva, además, la ocupación de grandes superficies de territorios, la pérdida de soberanía nacional por la concentración de la tierra en manos de empresas extranjeras y la destrucción de ecosistemas (en el caso uruguayo básicamente la pradera), desplazando de manera irreversible otras actividades agropecuarias”, agregan.

El proyecto de ENCE en Uruguay se propone producir más de un millón de toneladas al año de pasta de celulosa, el doble de lo que la empresa genera en las fábricas de su país. El tema de la escala del emprendimiento no es menor ya que cualquier posible accidente podría tener impactos de consideración sobre la región.

“Por estas razones, las organizaciones sociales de Uruguay, Portugal y el Estado español abajo firmantes nos oponemos no solo a que Portucel se asocie a ENCE en Uruguay, sino además a su instalación en cualquier otra zona del país”, finalizan las agrupaciones sociales que ya han realizado acciones ante el gobierno del Estado español contra el emprendimiento de ENCE. Anuncian asimismo que no descansarán en la lucha contra este modelo forestal-celulósico.


Carta abierta a la sociedad portuguesa

Montevideo, Barcelona, Madrid, Lisboa, Vigo – 12 de marzo de 2009

Concierne: Planta de celulosa en Punta Pereira (Conchillas, Uruguay)

Organizaciones de la sociedad civil que monitorean los impactos sociales y
ambientales vinculados al modelo forestal-celulósico tanto en Uruguay, como en el
Estado español y Portugal, estamos profundamente preocupados por la posible
asociación de la empresa portuguesa Portucel al proyecto de la empresa ENCE en
Uruguay, actualmente suspendido por falta de financiamiento.

En efecto, entendemos que Portucel se perfila como el posible socio de la empresa
española en la instalación de una planta de celulosa en Punta Pereira (Conchillas,
Uruguay) con capacidad de producir un millón de toneladas anuales y cerca de un
millón de megavatios hora de energía eléctrica «renovable». Quizás se desconozca
la oposición por parte de la sociedad civil uruguaya a tal proyecto, debido a los
importantes impactos sociales y ambientales que generará.

Así por ejemplo, diferentes organizaciones sociales, ambientales y de productores
rurales de Uruguay se presentaron en el mes de abril de 2008 en una Audiencia
Pública —organizada por el gobierno uruguayo para que la empresa española
presentase su proyecto a la población— para manifestar su total oposición a la
instalación de una fábrica de celulosa. En efecto, tras un exhaustivo examen del
estudio de impacto ambiental presentado por ENCE, las organizaciones y grupos
uruguayos concluyeron que éste era no solamente incompleto, sino que además
contaba con graves errores metodológicos, al considerar únicamente aspectos
positivos sin evaluar los impactos de la forestación (para más información acceder
a las observaciones de las organizaciones uruguayas al Resumen de Estudio de
Impacto Ambiental enviadas a la Dirección Nacional de Medio Ambiente y el escrito
presentado posteriormente una vez que tuvieron acceso al expediente completo de
ENCE en: www.guayubira.org.uy/celulosa/Ence.html).

Entre las razones que motivan esta oposición se debe mencionar los impactos
ambientales de los monocultivos de árboles a gran escala en general, y en especial
de los que ENCE ya dispone en Uruguay, ya constatados desde hace varios años. La
aprobación de la planta de celulosa implicará sin lugar a dudas, el aumento de
estas plantaciones. Sin embargo, la empresa aún no ha comunicado el plan de
forestación necesario para alimentar la fábrica. Este hecho inquieta particularmente
a los productores rurales del Departamento de Colonia, que se dedican a la
agricultura, apicultura y la lechería. De acuerdo con los productores, el proyecto de
forestación en la zona amenaza su permanencia en el medio rural, al agotar sus
fuentes de agua y afectar gravemente la calidad de sus suelos. Por otra parte, el
número de empleos fijos generados tampoco representa posibilidades de desarrollo
en la región puesto que una vez terminado el periodo de construcción de la fábrica
de celulosa serán únicamente de 300. Además, toda la cadena productiva tiene
importantes facilidades impositivas, tal es así que la fábrica de celulosa y sus
instalaciones portuarias se instalarán en zona franca. La fabricación de celulosa
conlleva, además, la ocupación de grandes superficies de territorios, la pérdida de
soberanía nacional por la concentración de la tierra en manos de empresas
extranjeras y la destrucción de ecosistemas (en el caso uruguayo básicamente la
pradera), desplazando de manera irreversible otras actividades agropecuarias.

Estamos frente a un mega-emprendimiento industrial que va a producir más de un
millón de toneladas al año, el doble de celulosa de lo que produce la empresa en
sus fábricas instaladas en el Estado español. El tema de la escala del
emprendimiento no es menor ya que cualquier posible accidente va a tener
impactos de consideración sobre la región. Otro de los puntos que genera
preocupación entre las organizaciones y productores uruguayos es la falta de
información sobre la fabricación y manipulación de productos químicos necesarios
para la producción de celulosa. Por último, la empresa ENCE se considera -según su
sitio web- líder mundial en la producción de celulosa blanqueada con tecnología TCF
(totalmente libre de cloro), pero contradictoriamente a esto para Uruguay anuncia
que utilizará la tecnología ECF (libre solamente de cloro elemental) justificando su
propuesta por la demanda del mercado y no por las consecuencias ambientales de
las técnicas empleadas.

Por estas razones, las organizaciones sociales de Uruguay, Portugal y del Estado
español abajo firmantes nos oponemos no solo a que Portucel se asocie a ENCE en
Uruguay porque eso implicaría la viabilización de su proyecto en Conchillas, sino
además a su instalación en cualquier otra zona de Uruguay. Conformamos redes de
la sociedad civil que seguirán muy de cerca el posible avance de este y otros
proyectos celulósicos, tanto en América del Sur como a nivel europeo. Prueba de
ello radica en la carta de protesta enviada en abril de 2008 al Presidente Zapatero
por el posible apoyo de la Compañía Española de Seguros de Créditos a la
Exportación (CESCE) a dicho proyecto, y firmada por 89 organizaciones de nuestros
respectivos países.

Es necesario que las sociedades civiles estemos alertas ante los avances de
proyectos industriales que han demostrado ser social y ambientalmente
perjudiciales. Nuestra movilización puede hacer la diferencia.

Atentamente,

FIRMAN:

En Uruguay:
Asamblea Ambiental del Callejón de la Universidad
Asociación Agropecuaria de Tarariras (AAT)
Casa Pueblo Arcoiris – Tarariras
CAX Tierra
Comisión de Productores y Vecinos de Conchillas
Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida
Cotidiano Mujer
Grupo Eco-Tacuarembó
Grupo Guayubira
Grupo Pirí – Grupo de rescate y revalorización de nuestra cultura nativa
Iniciativa Nacional por la Suspensión de la Forestación
Movimiento de Chacreros del Ejido de Mercedes
Movimiento de Productores de Colonia
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
MOVITDES (Movimiento Vida, Trabajo y Desarrollo Sustentable)
Rapal-Uruguay (Red de Acción en Plaguicidas en América Latina)
Red Alternativas y Solidaridad
Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay
REL-UITA (Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de
la Alimentación)
Uruguay Natural Multiproductivo (UNAMU)

En Portugal:
GAIA
Solidariedade Imigrante – Associação para a defesa dos direitos dos imigrantes
GEOTA – Grupo de Estudos de Ordenamento do Território e Ambiente

En el Estado español:
Ecologistas en Acción
EHNE – Bizkaia (Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna)
Verdegaia
Veterinarios Sin Fronteras
Xarxa de l'Observatori del Deute en la Globalització

Notas

[1] Organizaciones firmantes:

En Uruguay:
Asamblea Ambiental del Callejón de la Universidad
Asociación Agropecuaria de Tarariras (AAT)
Casa Pueblo Arcoiris – Tarariras
CAX Tierra
Comisión de Productores y Vecinos de Conchillas
Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida
Cotidiano Mujer
Grupo Eco-Tacuarembó
Grupo Guayubira
Grupo Pirí – Grupo de rescate y revalorización de nuestra cultura nativa
Iniciativa Nacional por la Suspensión de la Forestación
Movimiento de Chacreros del Ejido de Mercedes
Movimiento de Productores de Colonia
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
MOVITDES (Movimiento Vida, Trabajo y Desarrollo Sustentable)
Rapal-Uruguay (Red de Acción en Plaguicidas en América Latina)
Red Alternativas y Solidaridad
Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay
REL-UITA (Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de
la Alimentación)
Uruguay Natural Multiproductivo (UNAMU)

En Portugal:
GAIA
Solidariedade Imigrante – Associação para a defesa dos direitos dos imigrantes
GEOTA – Grupo de Estudos de Ordenamento do Território e Ambiente

En el Estado español:
Ecologistas en Acción
EHNE – Bizkaia (Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna)
Verdegaia
Veterinarios Sin Fronteras
Xarxa de l'Observatori del Deute en la Globalització