Ecologistas en Acción relaciona los vertidos de metales pesados de la Mina de Las Cruces con la contaminación de moluscos en la Reserva de Pesca de la desembocadura del Guadalquivir

La Consejería de Pesca ha prohibido la extracción de ostiones y coquinas tras detectar concentraciones de metales pesados que afectan a la salud.

Según ha informado la Consejería de Pesca, desde el 23 de enero está prohibida la extracción de coquina de fango y desde el 13 de marzo la de ostiones. La prohibición afecta, por ahora, a la zona de producción AND-13 Estuario del Guadalquivir II, que está situada dentro de la Reserva Pesquera de la desembocadura del Guadalquivir, y que se extiende desde Sanlúcar de Barrameda hasta Chipiona.

La decisión la ha tomado la Consejería de Pesca después que el Laboratorio de Control de Calidad de los Productos Pesqueros y Acuícolas de la Junta detectara la presencia de altas concentraciones de metales pesados en esas especies, que pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores.

En la citada Reserva Pesquera se explotan especies como los langostinos, galera, chirla, acedía, choco, boquerón, lubina, corvina, herrera y sargo, que generan una importantísima actividad económica, tanto de pesca como de comercialización y de turismo gastronómico, y que se podrían ver afectados en el futuro por esta contaminación por metales pesados. Los moluscos afectados, ostiones y coquinas, presentan una capacidad de bioacumulación de metales pesados mayor que las otras especies, y por tanto pueden representar el primer aviso de un problema de seguridad alimentaria de mayores dimensiones, que puede, junto al problema añadido de la turbidez del Estuario, provocar un colapso de la actividad pesquera de la zona.

La única fuente nueva de contaminación por metales pesados que ha empezado a funcionar recientemente en el Estuario del Guadalquivir es el vertido que la Mina de Las Cruces realiza a través de una tubería directa desde la mina hasta La Algaba, aunque también pueden verter tras fuertes episodios de lluvia en el arroyo Garnacha, junto a la Planta Hidrometalúrgica. En cualquier caso, esos vertidos también llegan al Estuario del Guadalquivir a través de la desembocadura del Rivera de Huelva, también en La Algaba. La contaminación detectada en los moluscos se sitúa precisamente en la denominada “pluma” del Guadalquivir, junto a Sanlúcar, que es la zona de la Reserva Pesquera que mayor influencia recibe del río.

Las Cruces está actualmente paralizada por inyectar agua contaminada con arsénico en el acuífero Niebla-Posadas mediante 20 pozos ilegales, cuando la población de Gerena estaba bebiendo en ese momento de ese acuífero. Ecologistas en Acción salió en defensa de la salud de los ciudadanos de Gerena, denunciando los hechos a la Fiscalía de Medio Ambiente, mientras que el Ayuntamiento de Gerena sigue empeñado en defender los intereses de la multinacional canadiense Inmet Minig, frente a la salud de sus propios ciudadanos. La Fiscalía presentó querella contra Cobre Las Cruces (CLC) por presuntos delitos de daños continuados y contra el medio ambiente, y el Juzgado 19 de Sevilla sigue investigando actualmente.

Las Cruces comunicó el 24 de octubre de 2008 a la Delegada de Sevilla de Medio Ambiente, Pilar Pérez, el inicio del vertido de sus balsas de aguas de contacto (con arsénico, cadmio, cobre, zinc, hierro y plomo) al Guadalquivir, dada la situación de sobrellenado de las mismas.

El juzgado 19 de Sevilla, comunicó a la Delegada Pilar Pérez y la CHG, en noviembre de 2008, que realizara un estudio previo de evaluación de riesgos, ante es de permitir los vertidos, y en diciembre de 2008, a instancias de Ecologistas en Acción, solicitó un nuevo informe a la Delegada sobre la realización efectiva de los vertidos. Hasta la fecha, tres meses después, la Delegada no ha contestado al requerimiento del Juzgado 19.

Ecologistas en Acción defiende la actividad pesquera tradicional de la Reserva Pesquera de la desembocadura del Guadalquivir y el potencial de generación de empleo que dicha actividad representa, frente a la actividad contaminante y devastadora de la Mina de Las Cruces. Y estamos convencidos que la Mina de las Cruces va a generar, en un futuro no demasiado lejano, un gravísimo efecto de destrucción de empleo entre pescadores, mariscadores, arroceros y actividades comerciales asociadas a esas actividades productivas.

Desde Ecologistas en Acción insistimos en que el Plan Global de Las Cruces es un fraude de Ley, imposible de autorizar por la Agencia Andaluza del Agua, ya que es legalmente incompatible con el Plan Hidrológico del Guadalquivir, y técnicamente incompatible con la preservación de la salud de las personas, la seguridad alimentaria y la conservación del medio ambiente.