Ecologistas en Acción ha puesto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, la Confederación Hidrográfica del Ebro y la Fiscalía de Medio Ambiente de la Audiencia Provincial de Huesca, el vertido que se está produciendo desde el pasado viernes día 10 de abril, provocado por el desbordamiento de la balsa de lixiviados del Vertedero de Sardas.

La Administración consideró el vertedero inactivo y la balsa permanecía inoperante desde 1999, año en el que se traslado el equipamiento de depuración al vertedero de Bailín, así lo confirmaba la vegetación palustre que crecía en la balsa.

A partir de principios del año 2007 Ecologistas en Acción de Sabiñánigo viene advirtiendo del peligroso estado en el que se encuentra el Vertedero de Sardas, en el que se acumulan una ingente cantidad de toneladas de residuos organoclorados procedentes de la fabricación de lindano por la empresa Inquinosa, mezclados con los desechos de los diferentes procesos industriales y el residuo sólido urbano de Sabiñánigo. En reiteradas ocasiones se ha advertido de cómo los lixiviados, cargados de peligrosos organoclorados, discurrían por una cuneta hasta el río Gállego.

La administración permaneció impasible hasta que el pasado mes de febrero, denunciamos el afloramiento de una peligrosa papilla de residuo libre, en extremo tóxica. Entonces, atropellados por los sucesos, se acometieron unas elementales actuaciones de urgencia, consistentes en la instalación de un decantador que separa por una parte la toxica papilla y por otra un líquido sobrenadante, que consiste en una muy contaminante mezcla de agua y organoclorados, este líquido sobrenadante se desvía a la vieja e inoperante balsa del vertedero, al igual que los lixiviados de las cunetas que discurren por la base del citado vertedero.

Pero desde el pasado viernes, día 10 de abril, la balsa desborda estos residuos de forma incontrolada hacia el río Gállego provocando al mismo tiempo un aumento de la contaminación difusa de los terrenos por los que se infiltran estos contaminantes. Los vertidos se producen tanto por desbordamiento como por las fugas entre la lámina impermeabilizante y el zócalo perimetral de hormigón.

Dudamos que la Consejería de Medio Ambiente tenga concedido un permiso de vertidos por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro y la inoperancia e imprevisión de un organismo y la pasividad complementaria del otro están haciendo posible una situación deplorable.

El aumento de caudal que estos días experimenta el río Gállego ayuda a la dilución de los contaminantes, pero esto no debería utilizarse como falaz excusa ante hechos tan desastrosos.