Un nuevo accidente en Garoña (el tercero en 1 mes) pone de manifiesto el deterioro de la central nuclear más vieja del Estado español.

Ekologistak Martxan pide una vez más el cierre de esta central nuclear y solicita que no se renueve el permiso de explotación que caduca en julio de este año.

En la madrugada de ayer jueves 23 de abril, un nuevo accidente en la central nuclear de Santa María de Garoña puso en riesgo la salud y la vida de los habitantes del Valle de Tobalina (Burgos). Esta vez ha sido un fallo en el generador principal, por rechazo de la carga.

Nuclenor (la empresa propietaria) y el Consejo de Seguridad Nuclear se han apresurado una vez más a decir que la parada no programada no ha supuesto riesgo para los trabajadores, la población ni el medio ambiente”. La cantinela de siempre.

Pero este nuevo accidente es el tercero en 1 mes de la central nuclear más antigua del Estado español (inaugurada en 1970):
- el pasado 1 de abril durante las maniobras de arrancada, se produjo una explosión y posterior incendio en el transformador eléctrico anejo a la central, que se mantuvo en secreto hasta las denuncia pública de Greenpeace y Ecologistas en Acción, alertados por los vecinos de la central.
- el 6 de abril otra parada no programada por mal funcionamiento de una de las válvulas de seguridad. Un problema reiteradamente denunciado y que nunca ha llegado a resolverse con satisfacción.

Para Ekologistak Martxan no se trata de incidentes aislados, sino que muestran el lamentable estado en que se encuentra la central. Las inversiones realizadas hasta el momento por sus propietarios no han sido capaces de llevar a los sistemas de seguridad a unos niveles aceptables.

En julio de 2009 caduca el permiso de explotación de Garoña y el Consejo de Seguridad Nuclear tiene previsto emitir su informe técnico antes del 5 de junio. El informe es vinculante solamente si se opta por denegar la prórroga de explotación.

No esperamos que el informe del CSN sea favorable al cierre, dados los antecedentes y las declaraciones y documentos que han hecho públicos en diferentes momentos. Pero independientemente de ello, creemos que ha llegado la hora de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero cumpla la promesa electoral del 2004 y 2008 y apruebe un plan de cierre de las centrales nucleares, empezando por el cierre de Garoña, cuyo permiso de explotación no debe prorrogarse ni un minuto mas.

El único motivo para mantener abierta Garoña, la central más antigua y pequeña del parque nuclear español, es económico. Dado que está ya amortizada, que no pagará la factura de millones de años de residuos radiactivos y que se ha beneficiado de las subvenciones que durante décadas han sido otorgadas a la energía nuclear, la central produce una electricidad muy barata que es pagada por los consumidores al triple de su precio. Pero Garoña es perfectamente prescindible: sólo supone el 0,6 % de la potencia instalada y su cierre no costaría ni un céntimo a los ciudadanos.

Como ciudadan@s de una Euskal Herria directamente afectada por esta central nuclear, reiteramos también el emplazamiento público que hicimos a Patxi López en vísperas de las últimas elecciones vascas (ver texto adjunto) a “comprometerse activamente con la exigencia de cierre inmediato de la central nuclear de Garoña, como primer paso para hacer efectivo el abandono progresivo y total de la energía nuclear”.