Científicos de Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) [1] y de diversas universidades, en un estudio realizado en el Pacífico Nororiental, han descubierto una nueva fuente de entrada de metilmercurio en el océano.

El consumo de pescados y mariscos supone el 90% de la exposición humana al metilmercurio en los EE.UU. y el atún capturado en el pacífico supone el 40% del total de esta exposición. Teniendo en cuenta la, por otra parte obvia, importancia que las cadenas alimentarias tienen en la exposición humana al metilmercurio, los científicos han estado intentando responder a esta pregunta ¿dónde adquiere los peces, como el atún del pacífico, el metilmercurio? Los hallazgos de estos científicos, publicados en la revista “Global Biogeochemical Cycles” puede ser el principal paso para resolver este misterio.

Los científicos conocen desde hace tiempo que el mercurio que se deposita desde la atmósfera en los ecosistemas de agua dulce se puede transformar, si se dan las condiciones adecuadas, en una forma de mercurio altamente tóxica, denominada metilmercurio. El metilmercurio se acumula rápidamente por la cadena alimentaria hasta niveles que puede causar graves problemas de salud, tanto a las personas, como a la fauna silvestre que se alimente de pescado.

En contraste con la creciente base de conocimientos sobre los procesos que conducen a la producción de metilmercurio en los ecosistemas de agua dulce, se sabe muy poco sobre las fuentes de metilmercurio en los sistemas marinos. Llenar este vacío de información ha sido difícil para los científicos durante años. Este nuevo estudio proporciona un significativo paso adelante en entendimiento de las fuentes oceánicas de metilmercurio.

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La profundidad a la que se alcanza la máxima concentración de metilmercurio en el Océano Pacífico fue un indicio para los investigadores, señalando un nuevo ciclo de metilación. En el gráfico, a la izquierda (en metros), la profundidad del muestreo, y a la derecha, la concentración de oxígeno (en micromoles por kilogramo de agua de mar [µmol/kg]) a lo largo de un corte longitudinal, de norte a sur, en el Pacífico Nororiental. La profundidad específica de máxima concentración metilmercurio se encuentra a la misma profundidad que donde se observa la más rápida pérdida de oxígeno. El proceso que vincula estas dos observaciones es la descomposición microbiana de la “lluvia oceánica” la deposición de las algas producida cerca de la superficie del océano. El proceso de descomposición consume el oxígeno del agua, pero también lleva a la producción involuntaria del metilmercurio.

Los resultados de este estudio apoyan la idea de un Ciclo de Metilación del Mercurio, en el que gran parte del metilmercurio en el océano es el resultado de la transformación biológica del mercurio en metilmercurio. Una gran parte del mercurio atmosférico se deposita en la superficie del océano, posterior se transporte a mayores profundidades (200 a 700 metros) donde se produce el proceso de metilación.

A esta profundidad, las bacterias producen, deforma natural, la descomposición de la materia orgánica, compuesta mayoritariamente por la sedimentación de algas (comúnmente denominada “lluvia oceánica”) que se producen en la zona iluminada por el sol en las aguas cercanas a la superficie (zona fótica) Sin embargo, la descomposición de la materia orgánica tiene como resultado una involuntaria conversión del mercurio en metilmercurio, que posteriormente pasa a la cadena alimentaria mediante un proceso de bioacumulación, hasta alcanzar la cima de la pirámide, donde están los peces depredadores como el atún.

En la actualidad, grupos nacionales e internacionales, como Ecologistas en Acción, buscan las formas más eficaces para reducir al mínimo la exposición al metilmercurio, y este documento presenta la primera evidencia que vinculan la actual deposición atmosférica de mercurio al metilmercurio en el pescado del Océano Pacífico y, lógicamente, en el resto de los océanos. Los científicos realizaron un modelo de simulación por ordenador que relaciona las emisiones atmosféricas, el transporte y la deposición del mercurio con un modelo de circulación oceánica. La combinación de ambos modelos ha permitido a los científicos estimar las concentraciones futuras de mercurio oceánico según las tasas previstas de emisión de mercurio por fuentes antropogénicas.

Según las previsiones del modelo, los niveles de mercurio en el Océano Pacífico aumentarán otro 50 por ciento en el año 2050 si las tasas de emisión de mercurio siguen aumentando como esta previsto. Dichos aumentos podría tener consecuencias en los niveles de metilmercurio del pescado del Océano Pacífico. Las conclusiones generales de este estudio sugieren que son posibles cambio apreciables en los niveles de mercurio en sistemas muy grandes (como el Océano Pacífico) incluso a corto plazo (décadas), y que es igualmente verosímil, que se producirían reducciones en los niveles de mercurio en el océano, si se redujeran las emisiones de mercurio. Profesionales del Medio Ambiente, legisladores, gestores de recursos, y otros responsables de la toma de decisiones pueden utilizar estos resultados para ayudar a tomar decisiones informadas sobre las emisiones atmosférica de mercurio y el potencial humano de exposición al metilmercurio por el consumo de pescado.

Más información

Notas

[1] El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), del inglés: United States Geological Survey), es una agencia científica del gobierno de los Estados Unidos de América. Los científicos del USGS estudian el terreno de Estados Unidos, sus recursos naturales, y los peligros naturales que lo amenazan. Es el único departamento científico del Departamento del Interior de los Estados Unidos.