Ecologistas en Acción lamenta que el nacimiento de linces en cautividad siga sirviendo de cortina de humo de la falta de protección efectiva de la especie en estado salvaje y de sus hábitats. Gastándose las administraciones mucho dinero en nuevos centros de cría en cautividad y prácticamente nada en la conservación de su hábitat.

Durante los últimos años, los esfuerzos de conservación del lince de las diferentes administraciones se ha centrado en la creación de nuevos centros de cría en cautividad del lince ibérico y en la creación de un stock de linces en cautividad lo mas amplio posible. Sin embargo, Ecologistas en Acción considera que la cría en cautividad si no va acompañada de medidas de conservación “in situ” no supone ningún avance sustancial para evitar la extinción de la especie. Por ello, desde la puesta en marcha del plan de cría en cautividad esta organización insiste en que de forma paralela a dicho plan, todas las Comunidades Autónomas con presencia probable o segura de lince, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León, y Madrid, deberían otorgar mayor prioridad a la conservación del hábitat del lince, tal y como se acordó en la Congreso de la UICN celebrado en Barcelona en Octubre de 2008. Solo adoptando esta medida será factible llegar a reintroducir los ejemplares criados en cautividad para reforzar las poblaciones de lince.

En la actualidad hay constancia de la presencia de lince ibérico (excrementos y observaciones directas), al menos, en las siguientes zonas: Doñana y su entorno, Sierra Morena (Jaén, Córdoba y Ciudad Real), Sierras del Guadalmena y Alcaraz (Ciudad Real-Albacete), Montes de Toledo (Ciudad Real y Toledo), y encinares del Alberche y Cofio y Valle del Tietar (Madrid, Ávila y Toledo). Además existen indicios que apuntan a una presencia de la especie en algunas otras áreas geográficas, fundamentalmente del Sistema Central Occidental y su entorno en Castilla y León y Extremadura.

Sin embargo, las Administraciones siguen sin apostar decididamente por la salvación del felino más amenazado del mundo. Parece que la constatación de sólo dos poblaciones teóricamente viables, como son las de Andujar-Cardeña y Doñana (Andalucía), se hubiese convertido es una excusa perfecta y una situación deseada por algunas administraciones autonómicas, especialmente Castilla-León y Madrid, más empeñadas en ocultar y cuestionar datos que vienen a confirmar la presencia de la especie, que a adoptar medidas de conservación a las que se debe por imperativo legal.