El campo de maniobras y tiro de San Gregorio ocupa un total de 33.839 hectáreas, de las cuales se encuentran en el término municipal de Zaragoza unas 32.300 hectáreas.

Esta extensión genera numerosos perjuicios para la ciudad, tales como destinar a la preparación de la guerra ingentes recursos en detrimento de las necesidades sociales básicas, un impacto considerable de las maniobras militares en el medio ambiente (ruidos, erosión provocada por el desplazamiento de personas y vehículos pesados sobre suelos muy frágiles, destrucción del patrimonio natural, cultural y arqueológico, generación de residuos altamente contaminantes -combustibles, restos de munición, elementos químicos…-), o una limitación de uso y/o de diseño de las infraestructuras actuales y futuras (agua y vertidos, vías intraurbanas, carreteras, autovías, ferrocarril).

Además supone, junto con la Base Aérea, un peligro para la seguridad de los habitantes del entorno porque convierte a nuestra ciudad en un objetivo militar y/o terrorista.

PROPUESTA DE RECONVERSIÓN

A) Espacio natural. Este campo de maniobras se ubica en una zona de antiguo aprovechamiento ganadero y agricultura de secano hasta las expropiaciones de 1973 y 1975, que ampliaron considerablemente su superficie hasta su extensión actual.
Geomorfológicamente se trata de una muela, una plataforma calcárea individualizada por la erosión fluvial, y con dos escalonamientos: el más elevado, la Plana de Muses, en el límite N del termino municipal, y uno inferior, compuesto por los Montes de Castejón (N), Montes de Zuera (E) y el Castellar (S). El revestimiento vegetal, por similitud con zonas cercanas y a falta de estudios más detallados, es pobre y claro, lo cual facilita la erosión. Se trataría de un ecosistema representativo de la estepa (un auténtico enclave africano a más de 40° latitud N), similar a zonas cercanas, como Monegros. Asimismo cuenta con la presencia de un bosque de pinar en la zona N, semejante al de Zuera, únicos restos del bosque autoctóno de pino carrasco característico de las zonas altas de las muelas.

Debería iniciarse un estudio destinado al establecimiento de una figura de protección natural, iniciativa que reportaría numerosos beneficios a la población:

a) Generación de empleo, destinado a la descontaminación de los suelos, restauración vegetal, mantenimiento, vigilancia y difusión de este espacio natural. b) Creación de rutas naturales, mediante las que se mostraría el patrimonio natural, cultural (mases, balsas, ermitas, formas de vida tradicional de los barrios,…) y arqueológico (yacimientos, castillos,…), que encierran los parajes esteparios. Estas rutas llevarían aparejadas centros de documentación, ubicados en Alfocea, Juslibol, y en la carretera de Huesca (aprovechando una edificación militar). c) Valoración positiva, por parte de la ciudadanía, del ámbito estepario, mediante las consiguientes campañas de difusión y concienciación medioambiental. d) Eliminación de los riesgos de contaminación vinculados a la actividad militar.

La catalogación como LIC de una buena parte del campo de maniobras lleva aparejada la necesidad de una serie de medidas de control sobre las actividades que se realizan en su interior.

B) Aprovechamiento agrícola y ganadero. Existen figuras de protección natural que permiten el aprovechamiento socioeconómico del territorio protegido, bien mediante actividades tradicionales recuperadas o todavía vigentes, bien a través de actuaciones innovadoras y respetuosas con el entorno. Por ello valoramos positivamente la posibilidad de reintroducir la ganadería extensiva, sistema de explotación de buena parte de estas tierras antes de las expropiaciones de 1973 y 1975. Ésta se vería limitada al número y tipo de cabezas de ganado que permita el mantenimiento del ecosistema estepario. Asimismo podría recuperarse el cultivo de los campos de secano explotados por los agricultores de las poblaciones colindantes (Juslibol, Alfocea, Zuera y Villanueva de Gállego) con una nueva orientación: explotaciones de agricultura ecológica que recuperaran, caso de que existieran, variedades locales de cereal y orientadas al abastecimiento del mercado local (véase “modelo SEO” del Campo de Belchite).

C) Reutilización de los acuartelamientos. Otro elemento que habría que considerar son los acuartelamientos anexos a este campo de tiro, que ocupan más de 400 hectáreas, entre la N-330 y la cadena de lomas paralela a la carretera, y desde el kilómetro 504 al 508, aproximadamente. Algunos de los edificios se reconvertirían para dotar de infraestructuras a la población residente (viviendas anexas a la AGM, Parque Goya I y II): colegios, centro de salud, centro de actividades culturales, centro de interpretación del espacio protegido…

Por último, sería necesario plantear a las distintas administraciones implicadas la necesidad de negociar la transferencia de las dotaciones humanas (profesorado y personal de administración), técnicas (laboratorios, biblioteca,…) y económicas (presupuesto) de la Academia General Militar a la Universidad de Zaragoza. De esta forma mejorarían las instalaciones universitarias y aprovecharíamos todos sus esfuerzos de investigación y docencia, orientando estas actividades hacia el sector civil.

DESARMAR SAN GREGORIO es una reivindicación respaldada por el compromiso con la campaña de APUDEPA, Ecologistas en Acción, UAGA, Asociacion de vecinos ACTUR-Puente de Santiago, ANSAR, Pedalea, COA.MOC, Plataforma ciudadana contra la Guerra.