Los roteños aficionados a la naturaleza recordarán que en Noviembre pasado, tres colegios públicos de este pueblo repoblaron con cerca de 500 plantitas el Descansadero de El Galgo. Pues el pasado viernes volvieron allí los alumnos y profesores de los coles Ponce de León, P.A. Alarcón y Calasanz, para colocar junto a las cuatro parcelas los carteles que la Delegación Municipal de Medio Ambiente había hecho.

A este sencillo acto asistieron los promotores de dicha repoblación, Ecologistas en Acción de Rota, Jesús Morejón como técnico de la Consejería de Medio Ambiente que dio los plantones y el permiso para la siembra, y Laura Castellanos, Delegada Municipal.

En estos días se está dando precisamente uno de los riegos de verano a los fresnos, arrayanes, acebuches, encinas, tarajes, etc. que corre a cargo de la Delegación de Parques y Jardines, actividad que se repetirá varias veces hasta el próximo Noviembre en que se realice la siguiente plantación y cuando las tres partes implicadas en la recuperación de los terrenos colindantes lo acuerden.

Unos seis o siete viales del municipio en los últimos años y el Descansadero y la Colada entera de El Galgo, recordamos, están amojonados desde el verano del 2.000 y hasta el presente no ha habido intención alguna de las administraciones responsables en la repoblación y recuperación de los terrenos usurpados al igual que en otros espacios públicos de los municipios de la Comarca. Los ayuntamientos –que tampoco mueven un dedo con sus caminos y veredas municipales- dicen que no son responsables por no ser de su competencia la recuperación aunque lo podrían reclamar pues serían bosquetes con la biodiversidad que conllevan y con los usos de ocio que recoge la ley.

Por los motivos políticos que todos conocemos no se deslindan y reforestan estos espacios; se le echa cara y pasan los años aunque la superficie, como todos sabemos es imprescriptible, es decir, por más que lo intenten sus mismos administradores, no se puede reducir y hacer concesiones y se debería aprovechar para pastoreo, para suministrar los recursos temporales que todos conocemos (palmas, palmitos, caracoles, etc) y las múltiples actividades de ocio si los vecinos en el futuro lo quieran disfrutar.