Más de 200 vecinos de la Comarca de la Vera han remitido a la Presidencia de la Mancomunidad y a los distintos Ayuntamientos que la configuran un escrito en el que, bajo el título [“El Bocado”], este colectivo ciudadano cuestiona la viabilidad y el interés público del proyecto de campo de golf propuesto por el Presidente de Mancomunidad, D. Sixto Teno, a los representantes municipales en sesión de 7 de octubre de 2008. El texto fue redactado y consensuado a finales del invierno y ha circulado por los pueblos veratos durante las últimas semanas en un intento de promover la reflexión y el debate, tal y como el Presidente del ente supramunicipal demandaba en su momento.

En su argumentación, los ciudadanos y ciudadanas firmantes, manifiestan su preocupación ante la propuesta y su oposición a este tipo de iniciativas “de desarrollo” por encontrarse fundamentadas en criterios falaces que nada tienen que ver con los intereses generales de la Comarca. Recuerdan que la idea no tiene nada de original y que se encuentra basada en un modelo urbanístico importado de otras zonas geográficas en las que ha sido posible contrastar sus nefastas consecuencias, es decir, un modelo actualmente en crisis, obsoleto, fracasado, medioambientalmente pernicioso y muy criticado (incluso por la U.E.), al tratarse de una ordenación territorial cimentada en un desarrollo especulativo empeñado en el expolio permanente de los bienes naturales y culturales de la zona.

Los firmantes, vecinos y vecinas de las localidades de Jarandilla de la Vera, Torremenga, Jaraiz, Garganta la Olla, Aldeanueva, Barrado, Collado, Aldeanueva de la Vera, Cuacos de Yuste, Guijo de Sta. Bárbara, Talaveruela, Villanueva de la Vera y Valverde, se dirigen a los representantes municipales en la Mancomunidad para que, tal y como solicitaba D. Sixto Teno en su exposición, estudien el impacto y las verdaderas intenciones y consecuencias de este proyecto y tengan el coraje que los ciudadanos esperan de ellos para poner freno a esta y otras iniciativas similares.

Los 210 firmantes del escrito son de ocupaciones muy diversas figurando entre ellos profesionales y trabajadores de todo el espectro laboral de la Comarca: sector sanitario, sector hostelero, parados, jubilados, amas de casa, docentes, estudiantes, autónomos, agricultores, ganaderos, funcionarios, artesanos y todo un amplio abanico de los distintos sectores de la actividad económica.


“El Bocado”

La llegada del otoño sorprendió a los habitantes de la Vera con una inquietante noticia aparecida en los medios de comunicación: “La Vera busca financiación para el estudio del campo golf”.

Una lectura atenta de la noticia nos permitió deducir que no era “toda” la Vera la que mostraba interés por el estudio de viabilidad del proyecto, la propuesta partía, tan solo, de alguno sus prohombres más representativos. En aquel Pleno de la Mancomunidad la idea era expuesta por D. Sixto Teno Labrador, presidente del ente supramunicipal.

En su exposición de argumentos, el presidente de la Mancomunidad, invitaba a los alcaldes y representantes municipales a “ir viendo y estudiando la propuesta”. Ciertos sectores de ciudadanos y ciudadanas nos dimos por aludidos y también hemos dedicado algún tiempo a “ir viendo y estudiando” el proyecto. Aspiramos a que nuestra voz sea también escuchada, por tratarse de un asunto que afecta muy directamente a la política territorial del lugar en que habitamos. Nuestro objetivo es contribuir a enriquecer el debate tal y como nuestro principal regidor solicitaba entonces.

Es sabido que la construcción, la gestión y el mantenimiento de este tipo de instalaciones en un territorio, no está exenta de problemas: corruptelas, recalificaciones y transformaciones en el uso del suelo, degradación irreparable del mismo y de las áreas periféricas, urbanización con fines residenciales, infraestructuras y equipamientos, suministro de agua, contaminación por tratamientos con agentes químicos, etc.

Pero no queremos dejar de llamar la atención sobre ciertas insólitas aseveraciones vertidas por el Sr. Presidente de la Mancomunidad en aquella reunión que contribuyeron a nuestro desasosiego. Afirmaba D. Sixto Teno, “que se trata de un bocado muy grande…” Nos preocupa que el principal edil de la comarca contemple como “un bocado” a parte del territorio que gestiona, y lo declare así, sin ningún recato, cuando los ciudadanos debiéramos esperar, al menos en teoría, un compromiso por su parte en defensa de esta tierra y de sus valores. Un “bocado” solo se da a una presa. ¿Cuál es aquí la presa? ¿Es “un bocado” un grupo de fincas dedicadas al cultivo de olivol o del cerezo? ¿Un bosque de robles o castaños constituyen un “bocado”? ¿Y el cauce de una garganta, es susceptible de convertirse también en “un bocado”? ¿Constituye un bocado un paraje público o privado que por sus características, connotaciones y ubicación cuenta con un reconocido interés cultural, paisajístico y medioambiental?

En ocasiones el lenguaje nos traiciona y el lenguaje utilizado en aquella ocasión no parece el más adecuado, recuerda bastante a aquel otro de la “mordida” o el “pillar cacho”, tristemente famoso en las últimas décadas y que llegó a alcanzar carta de naturaleza por todo el territorio nacional, como se ha visto después, con funestas consecuencias. Dicha así, la afirmación, despide un cierto tufillo a instinto depredador. La argumentación parece más propia de bucaneros del siglo XVIII que miraban pasar de reojo el galeón cargado de tesoros o forajidos del Far West al acecho de la diligencia, también ellos estaban a la espera de llevarse un sustancioso “bocado”. Sabemos que no es comparable pero las pirañas y las hienas también se muestran muy atentas a lo pasa a su alrededor para no dejar escapar “bocado”. Los firmantes de este escrito creemos ser personas de convicciones democráticas y en honor al cargo que D. Sixto Teno representa le tenemos un profundísimo respeto, por eso estamos seguros de que pudo tratarse de una frivolidad, pero, en los tiempos que corren, oídas así las cosas, a uno le tiemblan las piernas. Más aún cuando en el mismo artículo los representantes municipales de los pueblos veratos hablan ya de buscar formulas para evitar posibles “pelotazos” urbanísticos (¡400 chalets! ¡Se cuenta ya con una estimación aproximada!). No olvidemos que en el golf, lo del “pelotazo”, es un gesto inherente.

En su exposición, el Ilmo. Sr. Alcalde de Cuacos de Yuste, confunde también algunos conceptos que conviene tener claros. Su iniciativa parece tener por objeto crear un polo turístico de “calidad”. ¿Que entiende D. Sixto Teno por “turismo de calidad”? ¿Acaso el turismo cultural o deportivo característico de nuestros núcleos rurales y su entorno, en sus dimensiones gastronómica, arquitectónica, paisajística e histórica, el senderismo, el cicloturismo y la montaña, las tradiciones y fiestas, el turismo fotográfico, micológico, ornitológico, ictiológico, o botánico, debidamente gestionados no constituyen ofertas turísticas de calidad? Por fortuna la Vera anda sobrada de todos estos atractivos. Por el contrario, el deporte del golf nunca ha constituido un atractivo turístico de “calidad” sino “elitista”, que es distinto. La diferencia no es trivial. El golf es un deporte que genera muy poco beneficio para el conjunto y esto es así porque lo practican unos pocos, que además permanecen “atrincherados” en sus instalaciones. La empresa explotadora de ese negocio se beneficia naturalmente, pero solo ella. La economía de la comarca no se hace más dinámica por que exista un campo de golf en las inmediaciones. La iniciativa propuesta es el “becerro de oro” de un modelo urbanístico actualmente en crisis, que en nada responde a las necesidades de la población ni al interés general de una comarca.

Si lo que se busca es satisfacer las necesidades de ocio de los supuestos usuarios de un hipotético Centro de Convenciones anexo, estos estarán seguramente “tupiitos” de jugar al golf en instalaciones similares y agradecerán una ofrezca alternativa y variada como es el conocimiento del inmenso caudal de atractivos de que goza nuestra tierra basados en su patrimonio histórico, cultural, artístico y natural: magníficas plazas, asombrosa arquitectura popular, elementos históricos, un delicioso paisaje, la exquisita y variada oferta gastronómica de los servicios de restauración que salpican nuestra geografía, generaremos así cultura, conocimiento, difundiendo y propagando los valores de nuestra tierra, alimentando un turismo de calidad cuyos beneficios estén repartidos.

Justificar la construcción de un campo de golf en base a la necesidad de “potenciar los recursos con que cuenta la zona” no es más que una falacia. La riqueza y la personalidad de una comarca se potencian, precisamente, revalorizando los recursos que son propios de esa comarca, sus sigularidades” y no importando otros, de dudosa utilidad pública, que responden únicamente a aspiraciones especulativas.
¿Por qué nuestros representantes políticos se empeñan con una contumacia inexplicable en repetir experimentos de ordenación territorial y económica homogeneizadores, desfasados y fracasados? ¿Por qué tratan de convencer a la ciudadanía con un repertorio de falacias sobre la riqueza, el progreso, el desarrollo y el interés publico, que de puro repetidas producen náuseas, no convencen a casi nadie y llevan a recelar de la existencia de intereses espurios. Si en las declaraciones públicas se afirma amar tanto esta tierra, ¿cómo se explica este empeño por desfigurarla radicalmente y sin escrúpulos? Nos cabe la sospecha de que los intereses especulativos e inmobiliarios, una vez esquilmados los recursos de otras áreas geográficas (agua, suelo, costas, naturaleza) buscan nuevos territorios de caza y algunos avispados han puesto el ojo en la Vera. La comarca reúne los requisitos idóneos: un territorio “casi virgen”, que cuenta con una extraordinaria herencia natural y cultural, próximo a Madrid y bien comunicado, pero sobre todo con unos gobernantes faltos de convicciones, fáciles de seducir mediante cantos de sirena. Por mucho que se maquillen los argumentos, detrás de cada nuevo proyecto late la codicia, una desaforada ambición depredadora sobradamente desenmascarada por experiencias anteriores.

¿Por qué andan nuestros gobernantes tan escasos de talento, creatividad, motivación y amor por la tierra que gestionan? ¿Es tan difícil comenzar a idear un modelo turístico original y modélico, armónico y abierto, dinámico, capaz de reconciliar desarrollo y respeto por los recursos, movilizador de la vida económica de toda la geografía comarcal en vez de uno concentrado y cerrado en unos pocos polos de atracción.

Aquella noticia dejaba importantes dudas en el aire sobre las que, suponemos, los ediles de nuestros consistorios ya habrán tenido tiempo de reflexionar: ¿Qué superficie estimada tendrá el campo? ¿En que término municipal estará ubicado? ¿En que terrenos se piensa construir? D. Sixto Teno Labrador, en un indudable afán de ser ecuánime y para que todos los municipios puedan “disfrutar de los beneficios del proyecto” propuso un lugar “equidistante” entre las poblaciones implicadas. ¿Estaba refiriéndose al municipio de Cuacos, del que por cierto es alcalde?

Por último, ¿han pensado ya un nombre adecuado para lo que a todas luces será un complejo deportivo, hotelero y residencial de “ensueño”?. En este momento a alguno de nosotros se nos me ocurre uno: “Golf-Resort Las Cumbres de Valfrío”. Este sería el lugar ideal, “equidistante” de los demás núcleos mancomunados, bonitas vistas y un soberbio robledal que arrasar. Por cierto, ¿existen en ese paraje propietarios con magníficas extensiones de terreno interesados en impulsar el proyecto?
Como íbamos diciendo, reflexionamos, debatimos, “vamos viendo”… y nos asalta un mar de dudas.