Este año se conmemora el cuarto centenario de la primera parte del Quijote. Una efemérides que será celebrada en el mundo entero, pero que lógicamente alcanza especial relevancia en España, y de forma muy particular, en Castilla-La Mancha.

El Gobierno regional, numerosos municipios y entidades públicas y privadas llevan tiempo organizando eventos de muy diversa índole y emprendiendo iniciativas con las que, por un lado se pretende resaltar y celebrar este aniversario como se merece y, por otro, aprovechar el potente reclamo que el Quijote posee para incentivar el turismo en la región.

Dejando a un lado las diferentes maneras en que cada uno piensa conmemorar el 2005, que siempre tendrán sus partidarios y sus detractores, cabe decir que, en principio, no hay nada que objetar a la intención de obtener beneficio de Cervantes y de su obra. Otra cosa distinta es cómo se pretende hacer esto en algunos casos.

DON QUIJOTE VERSUS ESPECULACIÓN

Desde hace años, animados por el cuarto centenario, se viene produciendo una verdadera usurpación del nombre “Quijote”, una adulteración de lo que Miguel de Cervantes y su obra significan o deben significar para nuestra cultura. Así, cualquier proyecto al que se denomine algo relacionado con la obra de Cervantes, tiene cabida y aparente validez. Al rebujo del centenario, aparecen proyectos de especulación urbanística que nada tienen que ver con lo cervantino y que atentan gravemente contra el patrimonio natural y el interés general. Proyectos que, por mucho que se los declare de interés regional y sus evaluaciones ambientales resulten sistemáticamente aprobadas, infringen la normativa legal en materia de protección ambiental.

Este es el caso de aeropuerto “Don Quijote”, que desoyendo las advertencias de ilegalidad de Bruselas se está construyendo junto a Ciudad Real afectando a una Zona de Especial Protección para las Aves. También junto a Ciudad Real se pretende construir un complejo de ocio denominado “Reino de don Quijote” que, sin relación alguna con el Ingenioso Hidalgo, consiste en cinco campos de golf, 4.000 viviendas de lujo, un casino, varios lagos artificiales… todo ello junto a unas Tablas de Daimiel reducidas a su mínima expresión y sobre un acuífero, el de la Mancha Occidental, declarado sobre-explotado desde hace años y al que los contribuyentes venimos dedicando cuantiosas sumas de dinero para paliar la situación. Este proyecto, declarado de Singular Interés por la Junta de Comunidades, no puede ser viable, según la propia declaración, si no se pone en marcha el trasvase Tajo-La Mancha, una conducción de agua a la llanura manchega cuyo coste se pretende financiar con Fondos de Cohesión y que desautoriza moralmente a la Junta en su legítimas reclamaciones respecto al Tajo-Segura.

LA RUTA DEL QUIJOTE.

Una iniciativa de la Junta de Comunidades a la que se confiere singular importancia desde el ejecutivo es la creación de una Ruta del Quijote. Y es que resulta fundamental la creación de un itinerario que los visitantes puedan seguir con facilidad, uniendo los lugares cervantinos o quijotescos de mayor resonancia.

La idea fue recibida inicialmente con agrado, pues se trataba de una ruta eco turística, especialmente diseñada para ser realizada a pie, en bicicleta o en caballería. Una ruta que aprovecha la enorme red de caminos públicos y vías pecuarias de la región, algo de lo que nos felicitamos quienes llevamos años diciendo que la mejor manera de proteger este importante patrimonio público es dotándolo de un uso adecuado que evite su usurpación por parte de propietarios de grandes fincas, o su deterioro y pérdida por la falta de mantenimiento y el paso del tiempo.
Sin embargo, a veces da la impresión de que el Gobierno regional no sabe hacer nada que no sea faraónico y, por supuesto, costoso.

El trazado inicial, de unos mil kilómetros de longitud (ya excesivo), fue ampliado a unos dos mil quinientos ante las presiones y compromisos políticos. Pero lo que no logramos entender es que, tratándose de una ruta para caminantes, ciclistas y caballerías, se gasten más de 40 millones de euros en ensanchar y consolidar unas pistas por las que podrá transitar sin ningún problema un autobús. Estas actuaciones, realizadas lógicamente con maquinaria pesada, están produciendo un impacto en algunas zonas sensibles, que en algún momento han sido denunciadas por Ecologistas en Acción, como ocurrió no hace mucho en Sierra Morena.
No obstante, es de agradecer que en la última guía editada, y posiblemente ante las críticas recibidas, se haya sacado de la Ruta el antes citado complejo urbanístico Reino de don Quijote, inicialmente incluido.