El anuncio realizado por el Presidente de la Generalitat, Francesc Camps, de asumir los costes del canon de la Fórmula 1 es inaceptable desde todos los puntos de vista. Destinar 90 millones de euros de los fondos públicos, unos 15.000 millones de las antiguas pesetas, para financiar un negocio privado es además, inmoral cuando la sociedad valenciana está pasando una grave crisis económica, con miles de personas desocupadas, especialmente en la ciudad de Valencia que, con más de 80.000 desempleados, ocupa unos de los índices de población en paro más altos del Estado. Todavía más grave cuando se actúa con total opacidad, sin dar a conocer el contrato que ha firmado el Presidente Camps que actúa como un señor feudal que derrocha el dinero de todos y todas.

La segunda edición del Gran Premio ha sido un nuevo fracaso, aumentado y corregido respeto al del año pasado, que no ha conseguido ni llenar los hoteles de la ciudad y que sólo se ha notado, de manera limitada en las zonas adyacentes al circuito. La asistencia a la prueba, maquillada por la organización, ha sido muy inferior a la del año pasado, y según cifras contrastadas no llegaba ni a los 60.000 espectadores, de acuerdo con los numerosos vacíos que presentaban algunas de las gradas. Es significativo que los alrededores del circuito estuvieron prácticamente vacíos durante el transcurso de la prueba, dada la poca expectación que había despertado en la ciudad.

La mayor prueba del fracaso de la Fórmula 1 en Valencia es la intención de modificar los días de la prueba para los meses anteriores al verano, para intentar evitar la ruina en la que se ha convertido este circuito urbano, demostrando que la finalidad de la prueba no es atraer más turistas, sino subvencionar con dinero público los negocios privados del círculo próximo al presidente Camps.

Hace falta decir que la celebración en el mes de agosto se vendió inicialmente como una ventaja, puesto que reducía las molestias, debido a la bajada de la actividad en la ciudad. Ahora se sacrifican esas “ventajas” por tal de evitar el calor de esas fechas. La Coordinadora Fórmula Verda exige que el dinero público se destine a necesidades públicas y considera que la sociedad tiene necesidades más urgentes, importantes y prioritarias, como la atención a los parados y familias sin recursos, las necesidades de los barrios, la atención a la dependencia, las necesidades educativas o las necesidades sanitarias.

Se ha demostrado que la Fórmula 1 no ha servido para mejorar las condiciones de vida de los barrios del litoral sino que estas han empeorado. Se ha mentido a la opinión pública con promesas de rentabilidad que han resultado falsas, la Fórmula 1 ni es motor de la economía ni es un elemento dinamizador. Es un saco sin fondo que pagamos entre todos y todas, mientras los “amiguitos del alma” se embolsan contratos millonarios.
Una vez más, el presidente Camps miente a los valencianos y a las valencianas, puesto que se ha demostrado que no es cierto el coste 0 que se había prometido. A los casi 100 millones de euros invertidos hasta ahora en varios conceptos y los dos millones de euros que se han dado este año en forma de subvención a través del Ente Gestor de Infraestructuras y de la Sociedad del Circuito de Cheste, hemos de añadir ahora los 18 millones de euros anuales para pagar el negocio de los amigos de Valmor o del señor Ecclestone, admirador reconocido de Hitler.

Por estas razones la Coordinadora Fórmula Verde, denuncia el derroche de los recursos públicos realizado y exige la renuncia a la prueba, la supresión del circuito, la dedicación de dicha área como espacio ciudadano, y la dedicación de los gastos públicos a inversiones sociales, mucho más necesarias y productivas en la actual situación.