El domingo 11 de octubre se inicia el periodo hábil de caza en Andalucía. Esta actividad es incompatible con el desarrollo de otros usos en la naturaleza, lo que está generando cada vez más conflictos entre cazadores y no cazadores. Ecologistas en Acción reclama una regulación y control de la caza acordes con los tiempos actuales y que se reconozca los derechos de los no cazadores.
La caza, actividad basada en matar por diversión, no solo no respeta los derechos de los animales, sino que además limita el conocimiento y disfrute de la naturaleza a la mayor parte de la población. De manera incomprensible, una minoría como los cazadores ha conseguido supeditar los derechos de una gran mayoría no cazadora a la práctica de una actividad controvertida y excluyente dónde las haya. Todo ello, gracias a la actitud complaciente de la Consejería de Medio Ambiente que con su normativa y gestión beneficia a cazadores y productores de caza.
La Consejería de Medio Ambiente está permitiendo que la caza se practique prácticamente durante todo el año con una u otra excusa, incluyendo los meses de verano, cuando un mayor número de no cazadores salen al campo. Además son días hábiles de caza los jueves, sábados, domingos y festivos, siendo éstos precisamente los días en que es habitual que los aficionados a las actividades de aire libre suelan salir al campo.
La última escusa para permitir sacar las escopetas a pasear por el campo es la plaga de conejos, gestionada de forma opaca y autorizando un método otrora prohibido como los hurones, en numerosas zonas de la campiña andaluza, dominadas por una agricultura intensiva con una gestión nefasta tanto para el suelo como para la vegetación natural y frente a las cuales la Junta de Andalucía mira para otro lado.
La Consejería consiente también el uso de medios no selectivos de caza, como las cajas trampa, que se cacen especies que debieran estar protegidas y que se mantengan prácticas tan insostenibles como la caza en terrenos libres, la media veda o la perdiz con reclamo.
Para agravar esta situación se está permitiendo desde hace años un incremento en la instalación de vallados cinegéticos, que impiden totalmente el paso tanto de fauna como de personas. También el cierre de caminos, incluso de caminos públicos, de forma previa a las monterías o ganchos, para evitar que se “moleste” a los animales que luego serán matados y para asegurar teóricamente la seguridad de las personas, aunque la propia normativa prohíbe disparar desde y hacia los caminos y zonas de seguridad.
Ecologistas en Acción de Andalucía califica de irresponsable a la Consejería de Medio Ambiente por seguir permitiendo la caza de esta forma insostenible y atentatoria contra los derechos del resto de ciudadanos y reclama un endurecimiento de la normativa y del control sobre las actividades cinegéticas.
Por último, esta organización recuerda que tiene en marcha el Registro de las personas No Cazadoras para que se inscriban en él quienes han renunciado a la actividad cinegética y quienes reclaman el reconocimiento de los derechos de los no cazadores a disfrutar del medio ambiente y de la convivencia con los animales. Por ahora ya se han registrado unas 15.500 personas No Cazadoras.