Ecologistas en Acción teme que España presione en ICCAT sobre la gestión de la pesquería del atún rojo por los intereses empresariales y contribuya a llevar a esta especie a una situación irreversible.

Esta semana están reunidos en Brasil la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) para abordar temas de gestión para el próximo año de las pesquerías de atún rojo. Ya hace varios años que saltó la alarma de que estábamos siendo autores y testigos de llevar a la pesquería de este túnido tan preciado al colapso.

Las voces de los científicos de todo el mundo se levantaron y marcaron unas cuotas que no debían ser superadas, pese a esto, los políticos lo desoyeron y establecieron las cuotas de captura permitidas bastante por encima. ¿De qué sirve que se financien costosos proyectos de investigación sobre el estado de los recursos marinos si los mismos que destinan ese dinero luego desoyen los resultados pese a que sean tan obvios?¿Por qué seguir formando parte de esta pantomima donde resulta tan patente los intereses económicos de unos cuantos empresarios que pueden llegar a manipular las decisiones políticas incluso a nivel europeo?.

El atún rojo es una especie que necesita varios años para llegar a la edad de primera madurez y su productividad es baja. Sin embargo, se utilizan informes parciales y tendenciosos sobre un supuesto aumento de stocks cuando se hace en referencia al último año, pero se está comparando con los datos de los años anteriores donde la situación del atún ya es dramática por lo que no implica que la población se esté recuperando. Ecologistas en Acción teme que estas frases se saquen de contexto y se tomen como base para reflejar en ámbitos internacionales donde se evalúa la gestión de esta pesquería una realidad que no es cierta.

Este animal tan emblemático se ha pescado desde tiempos remotos, la almadraba es un arte histórico aun presente en nuestra provincia. Sin embargo, la pesca ilegal (hasta 30.000 Tm), la flota industrial de cerco, y los intereses económicos tan desorbitados que rodean esta pesquería ha puesto en peligro su explotación presente y futura. Hoy no es posible seguir estas practicas y se necesita un cierre temporal de la pesquería para que le de una tregua al atún rojo a recuperarse del limite en el que se encuentra. Además se debería compensar a la flota artesanal por las consecuencias de las prácticas abusivas de otras flotas en la última década y que ellos van a tener que pagar también (captura de juveniles para jaulas engorde, pesca de cerco industrial, pesca ilegal).

Para ello, nuestro gobierno debería velar por los intereses de toda la sociedad y cambiar la mentalidad de seguir explotando este recurso hasta niveles irrecuperables por el beneficio a corto plazo. Tras el evidente fallo de la política de pesca, se está empezando a cambiar el enfoque y a priorizar la pesca sostenible mediante toma de decisiones para gestionar recursos a largo plazo. La flota española, amparada por las regulaciones nacionales, actúa contra los principios de precaución de las Naciones Unidas y la directiva sobre la estrategia marina que insta a un “buen estado” del ecosistema. ICCAT debería mantenerse firme con los datos científicos y posiciones de otros países y si nuestros políticos no son capaces de mostrar decisiones que lleven hacia una pesca sostenible porque sucumben a los intereses empresarios, entonces tendrá que ser de ámbitos internacionales las regulaciones porque parece que no somos capaces de gestionar de forma correcta nuestros recursos, tal y como España ha demostrado recientemente oponiéndose rotundamente a la propuesta de Mónaco y otros países de Europa de incluir al atún rojo en el anexo 1 del CITES y prohibir su comercialización internacional.

El atún rojo se encuentra en un momento límite y las oportunidades para corregir esta situación empiezan a agotarse. Es el momento de tomar medidas eficaces para que la especie salga de esta situación y pueda recuperarse.