El cambio climático es el principal problema socioambiental al que se enfrenta la humanidad y el planeta. Las consecuencias de un incremento de 2ºC de la temperatura media del planeta serían dramáticas. Por ejemplo, con 3ºC:

  • Unos 7 millones de personas se verían potencialmente afectadas por inundaciones en Asia.
  • Desaparecerían todos los glaciares tropicales y la mayoría de los de latitudes medias en América Latina, lo que contribuiría a que más de 100 millones de personas tengan problemas para acceder a agua potable.
  • Disminuiría la productividad de casi todos los cereales en latitudes bajas.

La cumbre de Copenhague

A mediados de diciembre se celebrará, en Copenhague, la cumbre de la que debería emerger un nuevo acuerdo de reducción de emisiones más allá de lo acordado en el Protocolo de Kioto (que finaliza en 2012).

Es una cumbre de tremenda importancia en la cual tiene que haber un acuerdo. Pero no vale cualquier acuerdo.

¿Qué características tiene que tener el acuerdo?

Las negociaciones para un nuevo acuerdo internacional de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero deben estar condicionadas por el concepto de justicia climática. La justicia climática se basa en que el cambio climático requiere acciones globales, pero la responsabilidad histórica de la emisión de la gran mayoría de de gases de efecto invernadero recae sobre los países del Norte. Sin embargo, las comunidades del Sur están enfrentando los peores impactos.
Por eso las soluciones deben centrarse en un esfuerzo de los responsables y una compensación hacia las víctimas. Deben buscar un cambio del modelo económico.

Sobre los aspectos que se están discutiendo esta es la posición de Ecologistas en Acción:

1. Reducción de emisiones

Siguiendo el criterio de Naciones Unidas, para conseguir que el cambio climático no se dispare, se considera que la reducción de emisiones de los países industrializados en 2020 tiene que ser del 40% sobre la situación de 1990. Esta reducción debe realizarse íntegramente en territorio de cada país. A mitad de siglo, la reducción de emisiones debe ser del 100%.

Para asegurar que se alcance esa situación se debe establecer un objetivo intermedio, de forma que en 2017 las emisiones se reduzcan un 23%.

Este sendero es incompatible con que a un estado como el español se le permita aumentar sus emisiones en un 30% en 2020, según el actual acuerdo interno de la UE.

Además, los países recientemente industrializados necesitan emitir por debajo de la evolución actualmente proyectada. Los estados del Norte son responsables de aportar financiación, tecnología y capacitación para que alcancen un nivel de bienestar justo controlando sus emisiones.
El nuevo acuerdo debe incluir, además, penalizaciones a los países que no cumplan su objetivo.

2. Financiación y transferencia de tecnología

Es necesario que los países enriquecidos aporten fondos necesarios para que los países empobrecidos puedan iniciar un proceso de transición rápida hacia tecnologías limpias, reducir la deforestación y adaptarse a los efectos del cambio climático.

3. Compensación de emisiones

La compensación de emisiones, es decir, la compra por un país de reducciones llevadas a cabo en otros, no puede formar parte del objetivo de reducción obligatoria, sino adicional a él. Los mercados de carbono retrasan la transformación de las sociedades de los países industriales hacia la reducción permanente de emisiones.
El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) ha perpetuado, más que reducido, la quema de combustibles fósiles permitiendo a las industrias comprar “permisos para contaminar” y retrasando los cambios sociales y económicos necesarios.

El MDL sólo podría tener algún papel si estuviera vinculado a la transferencia de tecnología, aportase financiación y capacitación, sin estar guiados solamente por criterios de rentabilidad económica, si estuviese controlado por las poblaciones afectadas y sirviese para reducir de forma permanente las emisiones.
En particular los proyectos basados en energía nuclear, eliminación de compuestos fluorados, grandes instalaciones hidroeléctricas, forestación y deforestación, y proyectos de captura y almacenamiento geológico de CO2 NO son aceptables.

4. El papel de los bosques y los suelos

Ambos son fundamentales en la lucha contra el cambio climático y deben adoptarse medidas para garantizar su conservacion.

Sin embargo, sobre la mesa hay varias propuestas de nombres exóticos que no son admisibles, como sería el caso REDD (sistema de pagos por deforestación evitada), el biochar (captura de carbono por carbón vegetal añadido al suelo), la utilización de tierras marginales, la labranza mínima basada en agrotóxicos, o las modificaciones genéticas de cultivos.

Los mecanismos para evitar la deforestación de las masas forestales en el Sur deben basarse en la restitución de la deuda ecológica que el Norte tiene contraída con el Sur, no incluir las plantaciones de árboles, y reconocer los derechos de los pueblos indígenas, respetando la biodiversidad.

Por otra parte, la agricultura agro-ecológica en pequeña escala y la protección de los ecosistemas naturales son modos efectivos de mitigar los impactos del cambio climático.