A pocas horas del fin de la Cumbre de Copenhague, grupos de Ecologistas en Acción convocan a los ciudadanos a concentraciones con velas para reclamar un acuerdo que pueda frenar el cambio climático.

El desarrollo de la Conferencia de Copenhague ha sido decepcionante y un acuerdo útil parece a estas alturas una posibilidad lejana. Pero aún así, Ecologistas en Acción no renuncia a transmitir una vez más el mensaje de que los países desarrollados tienen que responder ante los habitantes del mundo por su responsabilidad en la alteración del clima y deben asumir la parte principal del esfuerzo necesario para evitar un cambio climático peligroso.

La organización ecologista junto con otras muchas agrupaciones sociales y ciudadanas se van a concentrar durante la tarde noche del jueves llevando velas como símbolo de la esperanza de que dos semanas de reuniones en Copenhague puedan finalmente servir de guía para comenzar a frenar el cambio climático de una forma efectiva.

Buena parte del tiempo las negociaciones estuvieron estancadas porque los países enriquecidos no quieren abordar la reducción de emisiones necesaria, la suma de sus ofertas no llegaba al 17% mientras se necesitan del orden del 40% en 2020, tomando como referencia los niveles de 1990. Tampoco han cedido en la cuestión de aportar fondos suficientes para paliar los estragos del cambio climático en los países pobres, ni a fomentar que su desarrollo sea sostenible transfiriendo tecnologías renovables y eficientes. Los dineros que se han puesto sobre la mesa distan mucho de los 100.000 millones de euros al año que debieran alcanzarse en 2020 para evitar que el desarrollo de los países empobrecidos agrave la crisis climática. De hecho los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo podrían ser absorbidos dentro de las escuetas cifras ofrecidas, con lo que los países en desarrollo se verían doblemente perjudicados.

Las concentraciones son además un apoyo a la sociedad civil que en las calles de Copenhague tiene que soportar un acoso policial desproporcionado e indigno de un país que se dice democrático. Las ONG, ecologistas, activistas sociales etc. se están encontrando con un nivel de represión policial nunca antes visto en una reunión de Naciones Unidas. Con métodos contrarios al derecho más elemental como la detención “preventiva”. Cuentan con la solidaridad de Ecologistas en Acción y de toda la ciudadanía que se acerque a las concentraciones.

La propia organización de la Conferencia ha roto sus principios al cerrar literalmente las puertas del centro de reuniones a los representantes acreditados de las agrupaciones civiles. No se les deja ningún papel en la cumbre, ni siquiera presencial. Parece que el interés y preocupación del mundo entero en esta reunión no fue previsto por los organizadores.

En las últimas horas de negociación aun queda una oportunidad. La presencia de jefes de estado y de gobierno todavía puede cambiarlo todo si hay voluntad política. Las concentraciones previstas esta noche a la luz de las velas quieren exigir a los dirigentes mundiales, en especial de la Unión Europea y al gobierno español, en la presidencia comunitaria desde Enero, que no vuelvan con las manos vacías y consigan un acuerdo justo, ambicioso y vinculante. Los efectos del cambio climático son ya visibles, las medidas para frenarlo no pueden retrasarse más.