La pasada semana hicimos un corte en esta ventana para tratar el tema de la telefonía móvil por haber constituido un tema de preocupación entre los vecinos de “Residencial El Portichuelo 1 y 2”, y así mismo lo haremos cada vez que haya un tema de interés social (local, provincial, regional, estatal o internacional), relacionado con nuestra ventana, que consideremos necesario tratar por su actualidad.

El Diagnóstico de Salud, como paradigma de la reforma sanitaria de los años 80 en nuestro país, entre otros, es el mejor elemento para conocer la realidad sobre el estado de salud de una población, si bien hay otros que pudieran ser válidos, es el que más se aproxima a la realidad. Es la gran “asignatura pendiente” de nuestra reforma sanitaria de los años 80. Es conocer cómo estamos de salud en un momento determinado para poder tomar decisiones políticas que promuevan un mejor estado de salud del conjunto de una población.
¿Cómo se hace un Diagnóstico de salud? Recogiendo datos. La recogida de datos para obtener diagnósticos de salud son múltiples procedimientos, los más utilizados son: A) Encuestas de enfermedad sentida por la población: es decir, preguntando directamente a la población. Hoy día un diagnóstico de salud que no contemple este aspecto, sería incompleto. B) Técnicas de consenso: informador clave, grupo nominal, Delphi, Brainstorming, Brainsriting, forma comunitario e impresiones de la comunidad. C) Usando indicadores sanitarios, sobre mortalidad (¿de qué morimos?) y morbilidad (¿de qué enfermamos?). Cuando las causas de muerte y enfermedad cambian en una población, como de hecho está ocurriendo en las sociedades actuales, la institución sanitaria, aquella a la que corresponda, debe preguntarse las causas de estos cambios y así dar respuesta a las preocupaciones sociales en torno al hecho de enfermar y morir.

En Mayo del año 2002, Ecologistas en Acción, junto con la Plataforma Ciudadana “no a las térmicas” de Arcos, organizó la I Jornada de Salud y Medioambiente en torno a la contaminación atmosférica e impacto sobre la salud humana de las centrales térmicas a gas en ciclo combinado. En aquella jornada, el Dr. Josep Ferrís i Tortajada, especialista en cáncer pediátrico del Hospital “la Fé” de Valencia, colaborador de la OMS y experto internacional en estos temas, fue tajante, “va a haber impacto negativo sobre la salud” y no solo lo dijo él, también la agencia ambiental de EEUU (EPA) tiene publicado estudios sobre el impacto a la salud de estas centrales y su publicación motivó que hoy día estas centrales no se puedan instalar en ese país sin que lleven acopladas un sistema de reducción catalítica, la inversión económica aumentaría al doble, que minimicen las emisiones de óxidos de nitrógeno, sistema del que carece la central de Arcos, óxidos relacionados con el aumento de anginas de pecho e infartos de miocardio, y otras enfermedades. Otro ejemplo de codicia, porque pudieron haber puesto este sistema, proteger nuestro futuro y haber recuperado la inversión en cuatro años y no en dos como lo van a hacer, según los datos que manejamos del proyecto de la central térmica en el Ministerio de Industria.

Ya entonces exigimos a las autoridades, y así lo hicimos constar en nuestras alegaciones administrativas y en las denuncias en los diferentes juzgados en que las interpusimos, la necesidad de realizar estudios sobre el estado de salud de nuestra población (diagnóstico de salud) antes de la puesta en marcha de dicha central de gas para poder saber, con el paso del tiempo, el impacto que dicha industria pudiera estar teniendo en nuestra comunidad. Hasta el día de hoy, no ha habido respuesta alguna y nuestras alegaciones han caído en saco roto. Habrá que seguir insistiendo.

Por Julia Franco