Hace un par de semanas Obama recibió a Zapatero para rezar juntos por la Paz en el tradicional desayuno-oración norteamericano. El presidente español leyó ante el emperador un discurso progresista en el que se pronunciaba en favor de la libertad, de los inmigrantes… Yo leí su discurso y tengo alguna reflexión que hacer al respecto.

Me quedé impresionado (y pensando) por sus cuidadas palabras… su insistente pose pacifista es llamativa. Se ve que, mediáticamente hablando, se siente obligado -y le renta mucho- distanciarse de aquel famoso brazo por el hombro de Bush a Aznar en las Azores (16-03-2003).

Zapatero sabe que la sociedad española no es belicista, no le gustan las guerras y no aprueba las aventuras de Irak y Afganistán, así que se viste de blanco para que no se le perciba como un títere militarista de EE UU (lo que, políticamente hablando, es sin duda). Quizás Zapatero tema perder las próximas elecciones y nos esté recordando subliminalmente a todos en su aparentemente cándido discurso que si él pierde los próximos comicios generales habrá aún más participación española en las guerras capitaneadas por Bush, Obama…

Ya digo que el pacifismo (me refiero al falso pacifismo) le ha rentado mucho y que no dejará fácilmente de lado ese filón electoral. Pero ¿cómo se puede ser pacifista aceptando aquí a los presos de Guantánamo o enviando 500 soldados más a la guerra absurda de Afganistán rindiendo así pleitesía a los intereses de EE UU?. ¿EE UU ordena y España obedece ciegamente?.

Hablemos claro: el de Rodríguez Zapatero es un pacifismo falso.

Por Cristóbal Orellana González, Ecologistas en Acción de Arcos