Vivimos inmersos en un mundo de crecientes desigualdades que se encamina hacia una crisis ecológica sin precedentes. La principal causa es la actual fase del capitalismo: la globalización, en la cual el principal valor por el que se rige el mundo es el del beneficio económico a corto plazo. Así, desde el poder se han tomado los anhelos de grandes capas de la población de globalizar las relaciones humanas, utilizándolos para desarrollar la cara más brutal del capital. A continuación se describe someramente en que consiste la globalización económica.

Economía productiva y economía financiera

A escala planetaria existe una distribución de la producción. La Periferia exporta materias primas y manufacturas intensivas en mano de obra y el Centro productos de alta tecnología, producción inmaterial (como la cultural) y productos alimentarios primarios. Pero los productos de la Periferia han ido bajando de precio paulatinamente, mientras que con los del Centro ha ocurrido lo contrario. El control de los precios se realiza mediante: proteccionismo –de los productos del Centro frente a los de la Periferia–, dumping – venta de un producto por debajo de su precio de producción mediante la subvención o producción a gran escala–, y a través de los monopolios –el más importante es el de la tecnología, sustentado por las patentes–.

Actualmente el dinero que se mueve en bolsa es mucho mayor que el que se mueve mediante la compraventa de mercancías. En la bolsa se intercambian principalmente moneda –con mucho el mercado más importante–, acciones de empresas, y deuda pública –todos los Estados del mundo funcionan sobre préstamos, que serán a un interés menor cuando más fiable sea el país–. De este modo, las economías ya no dependen tanto de cómo vaya su producción, sino de la muy volátil fiabilidad de los Estados para los inversores, y de las posibilidades de los grandes capitales de hacer negocios a costa de cualquier cosa.

Instituciones claves de la globalización

Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM): el objetivo del FMI es conseguir que los países del Periferia sigan pagando su deuda externa y creen las condiciones político-económicas para que las empresas del Centro puedan seguir controlando la producción mundial. Así, el FMI trabaja en coordinación con el BM y plantea las condiciones que debe cumplir un Estado para obtener un crédito del BM o del mismo Fondo. Las dos instituciones están controladas por los países centrales, ya que en ellas el número de votos es función del dinero que se aporta.

Organización Mundial del Comercio (OMC): su finalidad es promover a escala planetaria la liberalización económica. En la OMC cualquier Estado miembro o empresa puede denunciar políticas de otro Estado que considere que restringen el libre comercio. La OMC también está controlada por el Centro, aunque las decisiones se tomen por unanimidad, ya que éste hace valer su capacidad de presión y chantaje.

Organismos regionales: la Unión Europea, y otras organizaciones similares, tienen su razón de ser, por encima de las retóricas, en la búsqueda de un mercado unificado a escala interna, que permita a las multinacionales y gran capital de los países dominantes proyectarse hacia el exterior, con la ganancia de potencia que se deriva de la ampliación de su mercado doméstico.

Multinacionales: han ganado mucho peso frente a los Estados, no sólo porque tienen el mismo estatuto en organismos como la OMC, sino también porque su capacidad económica a menudo los rebasa. Además, su interrelación con el poder político los hace indistinguibles en muchos casos.

Ejércitos: hay que destacar a la OTAN y al ejército de EE UU. Los ejércitos están siendo utilizados para imponer el capitalismo global –allá donde los medios políticos no bastan–, para contener rebeliones –cuando las desigualdades hacen que se terminen produciendo estallidos violentos–, y como valedores de la seguridad para el capital –requisito imprescindible para que el sistema siga funcionando–.

Políticas para hacer posible la globalización

Bajada arancelaria: para que la economía funcione a escala global se está imponiendo una bajada arancelaria en la Periferia –las importaciones en estos Estados no se ven encarecidas por impuestos aduaneros–, pero no así en el Centro. Así las multinacionales se están haciendo con los mercados de la Periferia, destruyendo la economía local. Además se están aumentando las emisiones de CO2, la construcción de infraestructuras o el sobreempaquetado de los productos para moverlos de un sitio a otro.

Control de la inflación: responde a la necesidad de que los precios de las cosas se mantengan dentro de unos márgenes previsibles para que funcione el mercado global. Esto se hace aunque se esté destruyendo empleo, por ejemplo.

Desregulación de mercados financieros, libre circulación de capitales y liberalización de las inversiones: este punto tiene una especial importancia para EE UU, ya que es el Estado más endeudado del planeta. Está financiando su deuda por los flujos financieros que le llegan del exterior, gracias a la desregulación de los mercados financieros y a la libre circulación de capitales. Actualmente se está haciendo especial hincapié en la liberalización de las inversiones. El objetivo es que desde el Centro se pueda invertir y retirar la inversión sin cortapisas, no importando las consecuencias que ello pueda ocasionar.

Desregulación laboral y ambiental: se justifica aludiendo a la necesidad de que los Estados sean competitivos.

Impulso de las economías de la Periferia hacia la exportación: se busca que, con el dinero que obtengan, puedan hacer frente al pago de la Deuda Externa. Además, se impulsa la especialización de la producción en pocos productos. Otro aspecto importante es que no se está potenciando la producción de bienes de primera necesidad. Todo esto produce que las economías de la Periferia sean dependientes de cómo se marquen los precios en los países consumidores y que, además, se esté destruyendo la agricultura de subsistencia. Además, hay una fuerte apuesta por la agricultura industrial y la sobreexplotación de los recursos, con todos los problemas ecológicos que acarrea.

Privatización de todo: se está produciendo una nueva transferencia de riqueza de la ciudadanía hacia las empresas, una mayor dependencia de la Periferia respecto a las multinacionales del Centro, y la gestión, bajo el único objetivo del beneficio, de recursos como el agua o servicios como la sanidad.

Reducción de gastos sociales y ambientales: ya que no hacen crecer la economía.

Fomento del consumismo: como motor de la economía a pesar de los problemas ambientales que produce.

¿Qué hacer? Las alternativas pasan por buscar economías basadas en la producción y consumo locales con criterios ambientales y sociales. Pero no sólo eso, también tenemos que buscar un cambio de paradigma en el que nuestros valores rectores sean la solidaridad, la libertad, la relación armónica con el entorno y la fraternidad.

Luis González Reyes. El Ecologista nº 41