Dentro de las iniciativas europeas para cumplir los Objetivos del Milenio, y más concretamente la Meta 10 del Objetivo 7 “Reducir a la mitad para el año 2015, la proporción de personas que carecen de acceso sostenible al agua potable”, la Unión Europea lanzó el año pasado una iniciativa para facilitar la inversión privada en la gestión de agua potable de los países de Africa, el Caribe y Pacífico, dotada con más de 500 millones de euros. La Comisión Europea considera que esta iniciativa ayudará a alcanzar los Objetivos de Milenio reduciendo el numero de personas sin acceso a agua potable y saneamiento, que actualmente se estiman en 1.100 y 2.600 millones respectivamente. Sin embargo, Ecologistas en Acción considera que parte de las carencias por la falta de acceso a agua potable provienen de la enajenación de este recurso por parte de las multinacionales, lo que acarrea un encarecimiento de su valor y su consiguiente inaccesibilidad para las personas con menores recursos. No es casualidad que la mayoría de las multinacionales del sector del agua sean europeas.

La experiencia en muchos países en vía de desarrollo ha demostrado que la apertura del mercado de abastecimiento y distribución de agua para uso humano a la libre competencia internacional, y su consecuente privatización, suele conllevar una importante degradación en la calidad del abastecimiento, y un encarecimiento de las tarifas más allá del alcance de las capas más pobres de la sociedad. Donde la privatización se ha llevado a cabo, se ha mermado el acceso universal a agua potable de calidad – reconocido como un derecho humano por Naciones Unidas – con dramáticas consecuencias a nivel sanitario y social.

Junto a 63 organizaciones europeas e internacionales Ecologistas en Acción ha remitido una carta al Comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, para que la UE y sus Estados miembros cambien su política de agua, ya que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) e influencias políticas han sido utilizadas para promover privatizaciones en este sector.

Gobiernos europeos e instituciones financieras internacionales desarrollan cada vez más instrumentos para garantizar el beneficio corporativo, ignorando el hecho que son entidades públicas que abastecen la gran mayoría de la población mundial con agua, y que el sector privado es parte del problema y no la solución. En este sentido la UE tiene un papel decisivo para asegurar que programas de AOD sobre agua y saneamiento en países del Sur no se inclinen a favor del sector privado. La Iniciativa Europea del Agua (EU Water Facility) debe ser reorientada de la actual preocupación por una mayor expansión de las empresas privadas europeas hacia el apoyo político, técnico y financiero de entidades públicas. Las empresas públicas europeas deben comprometerse a conseguir los Objetivos del Milenio porque el sector privado no lo hará jamás.

El descontento ciudadano donde operan empresas privadas esta creciendo, ya que estas empresas son incapaces de proveer agua potable a los pobres, como se ha demostrado, por poner varios ejemplos, en Bolivia, Argentina, Ghana, Uruguay, Indonesia y Filipinas. Incluso las empresas han reconocido su fracaso, ya que para generar beneficios solo pueden centrarse en ciudades grandes y ricas. Además la inversión privada no ha traído la esperada financiación para los sistemas de agua y saneamiento de los más desfavorecidos como aseguraron los responsables de las políticas de privatización.