El cáncer y el medio ambiente. Investigaciones en varios campos como la genética, la medicina, la biología molecular han revelado la naturaleza del crecimiento celular, replicación y desarrollo, además de determinar los roles de estos procesos en la formación del cáncer.

De estudios epidemiológicos simultáneos, se han deducido un número de factores no heredables que incrementan la posibilidad de desarrollar cáncer. Los resultados obtenidos han ganado campo a pesar de la inviabilidad de probarlos como agentes sospechosos de producir cáncer. La interacción entre los genes y el ambiente es dinámico y no está establecido como un simple proceso de causa y efecto. Esto es posible debido a que los agentes ambientales tienen su impacto en uno o más genes y en los productos de los genes que controlan el crecimiento celular. Las variaciones en el genotipo permiten incrementar o reducir la susceptibilidad a los efectos carcinógenos de los agentes ambientales entre un individuo y otro. Algunos agentes ambientales asociados con el cáncer son: virus, tabaco, dieta, radiación, químicos y polución.

El virus del papiloma humano, tipos 16 y 18, que son sexualmente transmitidos, han sido vinculados al cáncer de cuello uterino. Los virus de la hepatitis B y C han sido vinculados al cáncer de hígado. Y el virus de la Inmunodeficiencia humana (VIH) ha sido vinculado al Sarcoma de Kaposi y a los Linfomas.

El tabaco que proviene principalmente de los cigarrillos, está asociado con el 50-60% de todas las muertes de cáncer en los EE.UU. Se le relaciona con el cáncer de pulmón, esófago, vejiga y páncreas, además probablemente causa cáncer al estómago, hígado, riñones, colon y recto.

La dieta parece estar relacionada al 50-60% de las muertes de cáncer en los EE.UU. Se le ha relacionado con el cáncer de pulmón, tracto respiratorio superior, esófago, vejiga y páncreas. Existe un número de comidas y de aditivos de las comidas que han sido sugeridos como agentes causantes del cáncer. Sus vínculos no han sido establecidos claramente y algunos han sido causa de discusiones; café y endulzantes artificiales son dos ejemplos de carcinógenos potenciales que son actualmente están en discusión.

Los diferentes tipos de radiaciones y los efectos que producen, los enumero a continuación:

Ultravioleta B, proviene del sol y puede dañar el DNA, que contiene toda nuestra información genética. Está asociado con el 90% de los cánceres a la piel incluyendo melanomas (Lunares oscuros que aparecen sobre la piel originado por los melanocitos que se ubican en el estrato basal de la epidermis). En los últimos años la disminución de la capa de ozono ha filtrado en menor cantidad los rayos UV-B por lo que ha aumentado la frecuencia de cánceres a la piel. Radón, emitido desde la tierra en algunas regiones del mundo, ha sido asociado con cáncer al pulmón entre aquellos que trabajan en minas. Campos eléctricos y magnéticos desde fuentes de poder y aparatos caseros. No han sido claramente demostradas sus contribuciones a la incidencia del cáncer o leucemia. Frecuencia de radio o radiación electromagnética desde teléfonos celulares u hornos microondas, no han sido vinculada empíricamente al cáncer. La radiación electromagnética de los dos tipos anteriormente nombrados están significativamente bajo los niveles necesitados para ionizar una molécula biológica y causar su mutación. Radiación nuclear, posee suficiente energía para ionizar las moléculas y es por lo tanto carcinogénico. Los químicos los dejamos para el siguiente capítulo.

Por Julia Franco Zapata

BIBLIOGRAFÍA: Klug, W.S. and Cummings, M.R.. Essentials of Genetics. Chapter 19 Macmillan Publishing Company, 1993