La ciudad de Ceuta está situada en un lugar privilegiado marcado por su carácter estratégico. Esta singular península norteafricana, punto de encuentro entre dos mares y puente entre el continente europeo y el africano, tiene como uno de sus rasgos definitorios la riqueza y diversidad de su patrimonio cultural y natural. Un dato que ilustra la importancia de sus recursos naturales es que un tercio de su territorio se encuentra integrado en la red Natura 2000, sin contar con el espacio marítimo terrestre del Monte Hacho igualmente incluido en la zona protegida por la Unión Europea.

Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta. El Ecologista nº 55

El amplio catálogo de especies protegidas y hábitat prioritarios que encontramos en Ceuta refleja la diversidad biológica de un territorio clave en los movimientos migratorios tanto de avifauna como de diversas especies de cetáceos y tortugas marinas, cuyo estudio constituye un asunto prioritario de Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta. En términos generales, nuestra entidad trabaja desde hace más de una década en la tarea de investigar la biodiversidad marina del litoral Ceuta y divulgar sus innumerables valores patrimoniales y ambientales.

Si tuviéramos que hacer una relación de los principales atractivos de Ceuta, muchos ceutíes y aquellos que nos han visitado alguna vez coincidirían en señalar entre ellos las extraordinarias vistas que podemos disfrutar y la peculiar orografía de nuestra ciudad. Nuestra privilegiada situación geográfica permite contemplar las dos orillas del Estrecho de Gibraltar y disfrutar de una luz con una intensidad difícil de encontrar en otros puntos del planeta.

Las vistas generales de Ceuta ofrecen una bella estampa que queda impresa en la retina de quien la observa. Sin embargo, una lectura más detenida y crítica de nuestro paisaje pone de relieve algunos graves problemas para los que todavía no se han buscado soluciones. Uno de estos problemas es la poca atención que se ha prestado al impacto paisajístico de las nuevas edificaciones, sobre todo de aquellas que carecen de las elementales autorizaciones administrativas. El resultado es una ciudad que ofrece un aspecto caótico en su fisonomía y en su urbanismo, con edificios de muy variadas alturas, desigualdad cromática, estado de conservación y estilos discordantes, que se concentran en un espacio muy reducido sin orden ni concierto.

Urbanismo depredador en 19 km2

El urbanismo es, sin lugar a dudas, uno de los asuntos que más preocupa a Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta. La presión urbanística sobre un territorio de apenas 19 km2, en el que viven 75.861 habitantes –la densidad de población más alta de España–, acarrea graves consecuencias ambientales. La más evidente es la alta tasa de artificialidad del medio, lo que a su vez supone la ocupación masiva del suelo, la pérdida de hábitats y la destrucción del patrimonio histórico local. Los problemas de aplicar en un territorio de tan escasas dimensiones un modelo de desarrollo urbanístico claramente desarrollista e insostenible se agudizan por la falta de una adecuada ordenación y cumplimiento de las normativas legales, lo que se traduce en la proliferación por toda la ciudad de construcciones ilegales.

La expansión urbana de la ciudad, alentada por el sector inmobiliario y apoyada explícitamente por el gobierno autonómico, está poniendo en serio peligro la conservación de algunos enclaves de extraordinario valor patrimonial. Éste el caso del promontorio del Monte Hacho, donde se conjugan un elevado número de recursos patrimoniales de una amplia variedad que incluyen lugares de alto interés geológico, una rica biodiversidad marina o multitud de elementos de arquitectura militar. De índole natural cabría señalar las comunidades de gaviotas que anidan en la falda norte del Hacho, los habituales pasos de aves o las poblaciones de cetáceos y tortugas marinas que abundan en sus costas. Todo este valioso patrimonio cultural y natural está en peligro para satisfacer las pretensiones de promotores y constructores que sólo ven en este sitio la posibilidad de enriquecerse con la excusa de dar respuesta a la demanda de viviendas en Ceuta.

Desde nuestro punto de vista, la capacidad de carga del territorio ceutí se ha visto ampliamente superada, lo que imposibilita satisfacer las necesidades de una población cada vez más numerosa. Las consecuencias ambientales y sociales de la alta densidad de población de Ceuta están presentes en nuestra realidad cotidiana: congestión urbana, colapso del tráfico, contaminación acústica, segregación social, conflictividad, comportamientos incívicos, alarmante tasa de parados, etc. Otros síntomas del desbordamiento de la capacidad de carga del sistema ambiental de Ceuta son la dificultad para el suministro de energía eléctrica (verdadera razón de los continuos apagones que sufrimos en la ciudad) y de agua, agudizados por la escasez de recursos hídricos.

Gestión de residuos insostenible

Al margen del problema de carácter urbanístico nos preocupa la degradación paisajística de nuestro medio natural, especialmente de la zona costera, así como del entorno de buena parte de nuestros monumentos. Entre las principales causas del mal estado general del medio ambiente ceutí destacaríamos la falta de tratamiento de las aguas residuales y de los vertidos sólidos urbanos, junto con los vertidos incontrolados de escombros en distintos puntos de la ciudad. El ejemplo más ilustrativo de estos hechos es la montaña artificial de basura y escombros que se ha creado en Santa Catalina, visible desde todos los puntos de la ciudad e incluso desde la otra orilla del Estrecho. Su simple presencia nos debería recordar que Ceuta requiere urgentes medidas para tratar sus residuos.

Hasta la fecha, la ciudad carece de un Plan de Gestión Residuos Sólidos Urbanos, aunque se encuentra en fase de tramitación en estos momentos. Desconocemos los detalles de este plan, pero sí ha transcendido la intención de la Ciudad Autónoma de Ceuta de instalar una planta incineradora para el tratamiento del 90% de las basuras que se generan en Ceuta, cuyo volumen, en términos porcentuales, es de los más altos de España. La respuesta de la sociedad ceutí contra el proyecto de construir una incineradora en Ceuta no se ha hecho esperar, constituyéndose una plataforma ciudadana que pretende informar a los ciudadanos de Ceuta sobre las consecuencias ambientales y sanitarias que se asocian a este tipo de instalaciones. La propia ejecutiva federal de Ecologistas en Acción tiene previsto dirigirse por escrito al Presidente de la Ciudad Autónoma para expresar su oposición a la instalación de una incineradora en Ceuta y hacerle llegar otras alternativas a este tipo de tecnología como la instalación de un planta reciclaje o la puesta en marcha de planes basados en la reducción, la reutilización y el reciclaje de residuos.

Resulta evidente que la Ciudad de Ceuta carece de políticas coherentes de residuos, tal y como ha manifestado Greenpeace en su reciente estudio sobre la gestión de las basuras en España. Las deficiencias en el tratamiento de los residuos que generan los habitantes de Ceuta no se limitan a los residuos domésticos. Otros tipos de residuos como los inertes, los voluminosos o los asociados a los automóviles son tratados de manera poca rigurosa. La presencia de chatarrerías y desguaces de vehículos ilegales, el más grande en la zona de Arcos Quebrados, provoca una elevada presencia de restos de chatarras con un gran índice de dispersión, junto con el peligro de vertido de sustancias tóxicas y contaminantes relacionadas con los coches.

Un fenómeno que observamos con gran preocupación es el gran número de vehículos abandonados que se localizan por toda la ciudad. Algunos de estos vehículos son objeto de incendios provocados, que pueden ocasionar graves daños materiales y humanos en caso de una explosión. Otros simplemente son tirados en los barrancos para hacerlos desaparecer.

El Polígono comercial del Tarajal, localizado junto a la frontera con Marruecos, concentra buena parte de la actividad económica de Ceuta, basada en la venta de productos con destino al vecino país alawita. Cada día miles de personas pasan la frontera para trabajar como porteadores de mercancías con destino a los mercados marroquíes. A su paso dejan un reguero de cartones y basura dispersos por toda la zona comercial. En los últimos tiempos, tras la aprobación de las nuevas normas sobre la gestión de los neumáticos fuera de uso, se vienen acumulando cientos de ruedas que quedan fuera de los sistemas integrados de gestión de este tipo de residuos al ser productos importados de países no comunitarios.

Los problemas ambientales de Ceuta están perfectamente identificados y son de sobra conocidos tanto por las autoridades competentes como por la sociedad ceutí. La voz y la opinión de los ciudadanos se pudieron conocer directamente durante el proceso de discusión y aprobación de la Agenda 21 Local de Ceuta, que contó con la activa participación de cerca de cuarenta colectivos de la ciudad. En este documento se recogen, por orden de prelación, las prioridades que deben conducir la política medioambiental de esta localidad española ubicada en el extremo septentrional del continente africano, y que ya cuenta con una representación de Ecologistas en Acción.