Hace tiempo que los científicos cifran en 2ºC el aumento de temperatura que no se debe sobrepasar para evitar un ‘cambio climático peligroso'. No significa esto que hasta llegar ahí estemos seguros, ni que una vez sobrepasado ese umbral se desencadene una avalancha de desastres climáticos. Es más bien parecido al límite de velocidad en una carretera: por debajo de él no hay garantía de ser inmune a accidentes, pero si se supera las probabilidades de accidente son mucho mayores, tanto más grandes cuanto más lejos del límite.

Cristina Rois, Ecologistas en Acción. El Ecologista nº 54

No podemos evitar ya que el clima cambie porque con las emisiones de gases de efecto invernadero hemos alterado el balance energético del planeta. Pero ¿cuánto cambio climático podemos asumir sin que sea una amenaza global para las condiciones de vida y de alimentación de la humanidad? –lo que en la Convención Marco de Cambio Climático se denomina un “cambio climático peligroso” [1]–. Para que las sociedades puedan saber cómo deben reaccionar ante la nueva situación, de qué plazo disponen para evitar enfrentarse a desastres extensivos y, por tanto, en qué dirección deben ajustar las nuevas prioridades de su desarrollo, es muy útil tener ventanas al futuro donde ver, con cierto grado de inevitable incertidumbre, cuáles son los impactos a afrontar sobre ecosistemas y sociedades humanas en un mundo más cálido.

Calentamiento máximo 2ºC

Entre 1906 y 2005 la temperatura media global de la superficie de la Tierra ha aumentado 0,74ºC y la lista de alteraciones de sistemas físicos y biológicos es ya muy larga [2]. A medida que suba la temperatura los impactos se harán más profundos y extensos. Un calentamiento de 1ºC supondrá un riesgo adicional alto de falta de agua en algunas regiones. En el año 2020, entre 400 y 800 millones de personas más que ahora vivirán en zonas con problemas de disponibilidad de agua. El rendimiento agrícola mejorará en casi todos los países desarrollados, pero se estima que muchos países tropicales se encuentren con pequeños pero significativos descensos de producción. Ecosistemas como los bosques boreales tendrán que afrontar con mayor frecuencia incendios y plagas, y al menos tres entrarán en zona de alto riesgo: los arrecifes de coral, los bosques tropicales australianos y el Succulent Karoo, el desierto en el sur de África [3].

Si la temperatura supera 1ºC, la población expuesta a falta de agua podrá llegar a mitad de siglo a 1.500 millones que podrían declinar hacia el 2080 hasta 500 millones. La tendencia apuntada para la agricultura persistirá. Humedales costeros como Kakadú (Australia) o el Sundabarns de Bangladesh pueden reducirse a la mitad de su extensión. Aproximadamente el 20-30% de las especies de plantas y animales evaluadas hasta el momento probablemente tendrán más riesgo de extinción si los aumentos en la temperatura media global exceden de 1,5-2,5ºC.

Por encima de 2ºC el incremento de riesgo es sustancial. La demanda de agua en megaciudades de India y China podrá elevar la población afectada hasta los 3.000 millones con sólo 2,5ºC más. La producción alimentaria dependerá críticamente de la distribución de lluvias incluso en los países desarrollados del área templada. El riesgo de hambre crece rápido con la temperatura, pasando con 2,5ºC de 45-55 millones más de afectados a 65-75 millones con un calentamiento de 3ºC. Bajo esas condiciones, la población que habite en países con probables pérdidas en sus cosechas puede que esté entre 3.300-5.500 millones.

Los humedales costeros del Mediterráneo y el Báltico y los hábitats migratorios norteamericanos se podrán ver reducidos a la mitad. Los ecosistemas alpinos europeos se encontrarán en su límite de supervivencia, con probable extinción de especies vulnerables. Los bosques boreales de China disminuirán y se esperan cambios en la distribución de especies vegetales en Europa. Aún más preocupante es que la selva del Amazonas podrá sufrir daños irreversibles que la conduzcan al colapso. Ésta es la principal masa vegetal del planeta, y la vegetación absorbe hoy la cuarta parte de nuestras emisiones. Si dejara de hacerlo, el calentamiento se acelerará irreversiblemente.

Aparte de los impactos graduales se sabe que los procesos de re-alimentación de los fenómenos climáticos pueden ser muy importantes y provocar cambios bruscos y no recuperables causados no tanto por el cambio rápido o lento de un parámetro climático (como la temperatura) sino porque ese parámetro supere un valor umbral y desencadene otros fenómenos que impliquen una modificación veloz del clima. De forma parecida a como el balanceo de una piragua es recuperable hasta que, en un cierto impulso se traspasa cierto umbral y vuelca. Se desconoce el valor del umbral o umbrales climáticos que puedan existir, pero se sabe que la probabilidad de cruzarlos aumenta con la temperatura.

Hay que poner freno al cambio climático, es una amenaza concreta en términos de pérdida de especies, de ecosistemas, de prosperidad… de vidas humanas. Necesitamos un plan para lograrlo: reducir emisiones sí, pero ¿cuánto y en qué tiempo?

¿Cuánto CO2 causa un aumento de 2ºC?

Para la ciencia ésta es una pregunta difícil. Y es que no puede ofrecer una evaluación única de la relación entre el forzamiento radiactivo [4] que causan los gases de efecto invernadero (GEI) y su traducción en alteración de temperatura en un plazo determinado. Varias de las características clave del sistema climático que se relacionan con esta cuestión se resumen en el parámetro sensibilidad climática [5], para el que el IPCC [6] estima un intervalo de 1,5 a 4,5ºC. Con un nivel de emisiones dado, el calentamiento final será más alto cuanto mayor sea el valor de dicho parámetro y paradójicamente también será mayor el retardo entre la aparición del forzamiento y el aumento final de temperatura consiguiente.

Por tanto, las respuestas a la cuestión de qué concentración de CO2 producirá un aumento de 2ºC en la temperatura media global son de tipo probabilístico. Estudios realizados con las estimaciones de sensibilidad climática de diferentes autores [7] indican que si la estabilización de gases de efecto invernadero se hace a 550 ppm CO2e [8] (475 ppm CO2) el riesgo de superar los 2ºC se cuantifica entre el 68% y el 99%; y se reduce notablemente, de 26% a 78%, si la estabilización es a 450 ppm CO2e (400 ppm CO2). Pero hay que reducir la concentración a un nivel de 400 ppm CO2e para alcanzar cierta seguridad de no exceder el límite. En ese caso la probabilidad se sitúa en el intervalo de 2% a 57%, con un valor medio de 27%. El riesgo bajaría mucho, al 8% de media (entre 0 y 31% máximo), si los gases se estabilizaran a 350 ppm CO2e.

Estas cifras se refieren a una situación de equilibrio en el sistema climático, estado que tarda en alcanzarse cientos de años en lo que se refiere a temperatura e incluso miles de años para la expansión del mar. Actualmente la concentración del conjunto de gases de efecto invernadero es de 425 ppm CO2e [9] (379 ppm CO2) pero debido a la gran inercia del sistema climático no experimentamos el aumento de temperatura correspondiente. Sin embargo, con un crecimiento de 2-3 ppm por año pronto estaremos en zona de alto riesgo de superar un calentamiento declaradamente peligroso. Es evidentemente necesario reducir la concentración atmosférica de los GEI para estabilizarla por debajo de 400 o al menos de 450 ppm CO2e. Todavía es posible hacerlo evitando reducciones traumáticas, pero sólo si se cambia el rumbo sustancialmente en los próximos años.

Los científicos han explorado [10] sendas de evolución de las emisiones que aunque superen temporalmente los niveles de riesgo aceptable pueden conducir igualmente a una estabilización no peligrosa del clima con reducciones alrededor del 2% anual (el aumento de 1990 a 2004 ha sido del 1,8% anual), a condición de que ésta comience no más tarde del año 2015. En concreto, se presenta el caso en la figura 1** de la estabilización a 400 y 450 ppm CO2e. En estos casos, aún llegando a concentraciones máximas de 480 y 500 ppm CO2e respectivamente, si el descenso de gases comienza en 2015 podrá alcanzarse el objetivo con reducciones de 2,6% anual, o de 1,8% en el caso menos exigente de 450 ppm.

Pero si se retrasa tan sólo cinco años el ritmo de reducción tendrá que ser casi el doble, y el nivel de emisiones en que nos situemos en 2050 considerablemente más bajo. Es decir, para situarse en 400 ppm, menos de la mitad que las emisiones en 1990, e incluso para la situación más fácil de 450 ppm, deberán ser inferiores al 30% de las de aquel año.

El informe publicado en mayo de 2007 del Grupo de Trabajo sobre Mitigación del IPCC declara la necesidad de que las emisiones globales alcancen su máximo no más tarde de 10-15 años y luego se reduzcan a niveles muy bajos hacia mitad de siglo, inferiores a la mitad de las emisiones del año 2000. En definitiva, si en la próxima década no somos capaces de comenzar reducciones globales sostenidas de gases de efecto invernadero, la tarea se volverá con mucha rapidez más difícil y será muy probable que se supere un umbral de calentamiento peligroso.

¿Es Kioto la receta para no superar 2 ºC?

No, el objetivo de Kioto siempre se consideró solo un primer paso. Es muy modesto, una reducción del 5% en las emisiones globales respecto a 1990 que deben cumplir los países industrializados en estos próximos años 2008-2012. Pero se celebran conversaciones internacionales dirigidas al post-Kioto, la última en Viena este pasado agosto. En ella se vieron las típicas situaciones de las cumbres del clima: alergia a hablar de compromisos concretos, oposición a ellos de Japón, Canadá, Rusia, etc. y obstaculización de EE UU y Arabia Saudí. La novedad fue el papel relevante de los grandes países en desarrollo, China, India y Brasil, pues son nuevos grandes emisores que no aceptan hablar de límites de sus gases de efecto invernadero.

En Viena tampoco se podía hablar de objetivos de reducción para los países industrializados, ¡ni siquiera poner plazo para que cada cual proponga el suyo! A pesar de ello, el informe del IPCC tuvo un gran peso, y las conclusiones de la reunión reconocen que para alcanzar un nivel de estabilización entre 445 a 490 ppm (el más bajo que evalúa el informe) los países industrializados tendrán que reducir emisiones en 2020 hasta un 25-40% con respecto a las de 1990. Esto es reconocer que el rumbo del cambio climático se decide en los próximos diez o, con suerte, quince años. La cuestión es si se actuará en consecuencia.

Notas

[1] Artículo 2, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Naciones Unidas 1992.

[2] Véase el informe de impactos del IPCC (www.ipcc.ch) o la traducción no oficial: http://www.mma.es/portal/secciones/cambio_climatico/areas_tematicas/impactos_cc/wg2_ipcc.htm

[3] Relationship Between Increases in Global Mean Temperature and Impacts on Ecosystems, Food Production, Water and Socio-Economic Systems, B. HARE, Avoiding Dangerous Climate Change, Ed. H. J. SCHELLNHUBER, Cambridge University Press, 2006, www.metoffice.gov.uk/corporate/pressoffice/adcc/index.html

[4] Forzamiento radiactivo: es una medida de la influencia de un cierto factor en la alteración del balance de energía que entra y sale del sistema Tierra-atmósfera, y es un índice de la importancia de ese factor como potencial mecanismo de cambio climático. Se expresa en W/m2.

[5] Sensibilidad climática: cambio, en condiciones de equilibrio, de la temperatura media de la superficie mundial a raíz de una duplicación de la concentración de CO2 o CO2 equivalente en la atmósfera. No incluye efectos que varían la concentración de gases en la atmósfera, como grandes cambios en el ciclo del carbono ni la posible inyección de metano a la atmósfera por descomposición de los hidratos de metano.

[6] IPCC: acrónimo en inglés de Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático.

[7] B. HARE y M. MEINSHAUSEN: How much warming are we committed to and how much can be avoided? PIK report no. 93, Potsdam Institute Climate Impact Research, Octubre 2004, www.pik-potsdam.de

[8] ppm: partes por millón. Es el ratio del número de moléculas de gas de efecto invernadero con respecto al número total de moléculas de aire seco. P. ej.: 300 ppm significa 300 moléculas de un gas de efecto invernadero por cada millón de moléculas de aire seco.
CO2e: CO2 equivalente: Concentración de CO2 que produciría el mismo nivel de forzamiento radiativo que una mezcla dada de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

[9] Questions and Answers on the Commission Communication Limiting Global Climate Change to 2°C, MEMO/07/17, Brussels, 10 January 2007.

[10] M.G.J. DEN ELZEN, M. MEINSHAUSEN: Meeting the EU 2°C climate target: global and regional emission implications, Report 728001031/2005, Netherlands Environmental Assessment Agency, www.mnp.nl.