La encuesta sobre la percepción de la calidad de vida, los servicios municipales, la participación ciudadana y los factores estratégicos en la localidad, realizada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), nos describe una ciudad que bien podría parecer que está ubicada en el «Mundo Feliz» de A. Huxley, salvando las distancias, y no en el Suroeste de la Comunidad de Madrid. En cambio de la droga social que mantenía dóciles y contentos a los habitantes del futuro imaginado por Huxley, el Ayuntamiento de Móstoles intenta convencer «ad nauseam» a los mostoleños y mostoleñas con dispendiosas estrategias de mercadotecnia (marketing) y propaganda para que no veamos a través de su «ventana virtual» lo que otros vemos y sufrimos en el día a día paseando por la calle y hablando con unos y con otras.

Y lo que yo veo es que muchos jóvenes no pueden independizarse y quedarse en Móstoles, no ya porque el Ayuntamiento no haga o fomente suficientes viviendas, sino porque las que hay construyendose o construidas tienen un precio prohibitivo para las economías medias y bajas, porque el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no hacen casi nada para que se pongan en venta o alquiler la enorme bolsa de viviendas vacías, porque algunas constructuras del PAU Móstoles-Sur han estafado o intentan estafar a los agraciados con viviendas protegidas.

Otra cosa que veo, es que el Ayuntamiento no duda en beneficiar a sus amigos/as con puestos en el Ayuntamiento o con contratos públicos de mantenimiento y censurar a aquellos no son del agrado del político de turno.

También veo que su «participación ciudadana» sólo está al alcance de aquells/as que no sean verdaderamente críticos con la política del PP. La participación ciudadana no puede existir sin garantizar un verdadero acceso a la información pública y un diálogo respetuoso y sosegado en el que se tengan en cuenta las ideas de todo el mundo. Para ver el respeto a las opiniones diferentes y la posibilidad de participar, solo hay que pasarse a algún pleno ordinario o preguntar cuándo se celebran los Consejos Municipales de Medio Ambiente, que son los que yo conozco. En éste último, no tienen representación ninguna organización ambientalista ni ecologista. Unos, se fueron por el constante desprecio antidemocrático de la antigua Concejala de Medio Ambiente; otros, fueron «apartados» gracias a una modificación del Reglamento de Consejos Sectoriales, que negaba la participación a grupos políticos sin concejales en la corporación.

Otra cosa que he visto y oido es la desesperación e impotencia de muchos vecinos y vecinas que veían como de la noche a la mañana o a la vuelta de vacaciones, y sin que nadie les hubiera informado ni consultado, habían desaparecido bajo la acción de la motosierra, los parques a los que se sentian emocionalmente vinculados. Bajo las hojas de esos árboles, habían jugado sus hijos o ellos mismos, disfrutado de su sombra, de su frescor, su verdor, su oxígeno, sus pájaros. ¿Dónde ha quedado la participación ciudadana del Ayuntamiento en los proyectos de destrucción sin sentido de los parques de Móstoles?

Me han contado, porque yo apenas había nacido, como los vecinos y vecinas de Móstoles se movilizaron hace muchos años para que construyeran un hospital en Móstoles, y que no fuera privado. Ahora oigo, que van a construir un hospital de gestión privada en Móstoles y nadie nos ha preguntado a los vecinos y vecinas si nos parecía bien o no.

He visto y oído, que hay más policia en Móstoles, mucha policía. Y esos nuevos polícías no siempre tienen una actitud respetuosa y comprensiva con los ciudadanos de Móstoles. Cumplen órdenes y ordenanzas que impiden que los vecinos y vecinas pongan carteles reivindicativos en las paredes porque, si no tienen dinero, no hay espacio para ellos en los soportes de publicidad y propaganda del municipio. Tampoco pueden poner mesas informativas esos vecinos y vecinas porque a pesar que intentar pedir permiso, el ayuntamiento no tiene la deferencia de contestarles ni si ni no. Aunque tengan permiso de la Delegación de Gobierno para informar de pie, el ayuntamiento manda media docena de agentes de la BESCAM (Policía Municipal para Seguridad Ciudadana) para vigilar que los ciudadanos no se atrevan a acercarse a esos vecinos y reciban otra versión de ese «Mundo Feliz» que gobierna D. Esteban Parro.

Yo he decidido quedarme en Móstoles, no porque sea el mejor sitio para vivir ni porque esté a gusto con los polític@s que tenemos y sus políticas, sino porque me crié aquí, aquí está mi familia, mis amigos, mis vecinos, mi gente. Y porque sería cobarde dejarme avasallar por aquellos que no piensan como yo y no me dejan expresarme libremente en la calle, y prefiero hacer lo que esté en mi mano para que «mi ciudad» sea más libre, más tolerante, más justa y más sostenible.

Raúl Navarrete, Ecologistas en Acción Suroeste de Madrid