Durante este verano un grupo de activistas de Ecologistas en Acción, OMAL y la campaña ¿Quién debe a quién? han estado estado visitando Palestina y recogiendo información sobre el apartheid creado por Israel. Terminar con la restricción de derechos de la población palestina debe ser uno de los elementos centrales de las negociaciones en curso entre ambos gobiernos.

El apartheid fue el racismo de estado, sancionado legalmente, practicado en Sudáfrica durante el siglo XX. Israel está realizando lo mismo al someter a la población palestina al régimen jurídico militar, mientras que la israelí tiene el civil. Pero, más allá de los formatos legales aplicados a cada población, hay numerosos ejemplos que ilustran el apartheid.

Hebrón

La ciudad es santa tanto para musulmanes/as como judíos/as, ya que allí está enterrado Abraham. Aunque teóricamente el control de la ciudad debería ser palestino, en la práctica está separando en dos zonas (H1 y H2).

Una de ellas es de control total de Israel, donde el ejército patrulla las calles vacías, reflejando claramente el estado de ocupación. En esta zona, otrora el centro comercial de la ciudad, toda la población palestina ha tenido que salir. El resultado es un barrio fantasma, como se refleja en la foto.

La otra es de control de facto del Gobierno israelí, ya que tiene numerosos asentamientos de colonos/as judíos/as, que hacen que las principales calles, por ejemplo, estén enrejadas, separando a la población palestina (abajo) de la israelí (arriba).

Por supuesto, aunque la tumba de Abraham está en la unión de una mezquita y una sinagoga, el control de la misma es israelí.

Todas las semanas se produce una manifestación en esta ciudad para denunciar estos hechos.

Bel'in

Otro ejemplo es Bel'in. La construcción del muro dejó el 60% de las tierras fértiles cultivadas por la población palestina al otro lado. Desde hace cinco años la población local, junto con israelíes contra la ocupación, protestan todos los viernes pacíficamente intentando atravesar el paso hacia sus tierras. Todos los viernes el intento termina igual: con al disolución de la manifestación con gases lacrimógenos.

Lo más irónico de este caso es que el Tribunal Supremo de Israel ha reconocido el derecho a los/as habitantes del pueblo a atravesar el muro hasta sus tierras, y ha dictado sentencia afirmando que el trazado del mismo debe cambiarse en esa zona.

Kalandia

Es el principal paso entre Jerusalén y Ramallah (la “capital” palestina). Es un ejemplo paradigmático de lo que su pone el muro construido por Israel para separar a la población palestina. Es uno de los check-points principales de la región, pero ni mucho menos el único.

Por él cruzan miles de palestinos/as todos los días para ir a trabajar a Israel. El cruce se produce después de larguísimas colas que les obligan a estar en ellas desde las primeras horas de la madrugada para llegar a tiempo al trabajo. El control incluye, además los arcos para metales, la revisión de equipajes, el cacheo y el control de documentación, el registro de las huellas dactilares.

Pero el control no sólo es al entrar a Jerusalén, sino que se repite al salir, para garantizar que todos/as los/as palestinos/as han salido de Israel a la hora que tienen asignada.

Es lo más parecido a un tercer grado penitenciario que puede existir.

Asentamientos

Otra forma más en la que se expresa la diferencia jurídica de la población palestina y la israelí es en la política de asentamientos. Aunque en teoría la construcción de más asentamientos para colonos/as en la zona palestina está parada por el Gobierno israelí (además de ser ilegal según la legislación internacional) en la práctica esto no se está produciendo.

En la foto se aprecia una protesta de población israelí contraria a la ocupación, contra un nuevo asentamiento judío en Jerusalén tras el desalojo de la población palestina allí existente.

Mientras, siguen las demoliciones de viviendas palestinas utilizando argucias legales.

Segregación de carreteras

Numerosas carreteras en toda la región son de uso exclusivo para israelíes. Para ello se sitúan check-points, o directamente se cortan los accesos desde la zona palestina con bloques de piedras o zanjas en las carreteras.

Este hecho se da también en cascos urbanos como el de Hebrón. En la fotografía se ve una calle, bajo su teórico control, a la que los vehículos palestinos tiene cortado el acceso mediante barreras (a la derecha de la foto) vigiladas continuamente (con la torreta y cámaras).

Controles selectivos

La presencia del ejército en las calles es continua y la realización de controles de identidad a la población palestina también. Es obvio el acoso que sufre la población con rasgos físicos o estética palestina frente a la judía a la hora de realizar paradas para el control de documentación, que en muchos casos terminan en registros.

Además se siguen produciendo incursiones del ejército israelí en zonas fuera de su control teórico, como Nablus, donde los soldados entran por la noche a raptar a personas si así lo consideran necesario.

Muro

Finalmente, una de las políticas más claras de apartheid es la construcción del muro para separar a la población palestina de la israelí. El muro resume y expresa físicamente la segregación por motivos religiosos de una parte de la población local. Es la creación de un Soweto en versión palestina.