Ecologistas en Acción saluda la retirada de las tropas de combate estadounidenses en Iraq, sin embargo lamenta el panorama que queda detrás: un país devastado y un Gobierno títere.

Es indudable que el balance de la invasión de Iraq por parte de EE UU y sus aliados, entre los que estuvo España, es nefasto: entre 100.000 y 1.000.000 de civiles iraquíes muertos según distintas fuentes, más de 2.500.000 de personas desplazadas, unas infraestructuras básicas destrozadas con más del 50% de los hogares sin agua potable y serias restricciones al suministro eléctrico, una tasa de paro que ronda el 60% y con un cuarto de la población bajo el umbral de la pobreza. Y además no podemos olvidar las torturas en las cárceles como Abu Ghrarib y las mentiras sobre las armas químicas y biológicas de destrucción masiva.

Pero el panorama que tiene por delante el país asiático no es muy prometedor, con la presencia de 50.000 militares estadounidenses, por lo menos hasta 2011, un Gobierno títere de la potencia americana, que ni siquiera es capaz de conformarse meses después de unas elecciones realizadas bajo un régimen de ocupación, y una situación interna que podría calificarse como de guerra civil entre la resistencia y el Gobierno títere.

Por ello el grito de “no a la guerra”, que enarbolamos los movimientos sociales, hoy se confirma como lo más sensato que se podría haber hecho.

Ecologistas en Acción considera que la retirada de Iraq debería venir acompañada de una petición expresa de perdón por parte de las potencias ocupantes, incluido el Estado español, y una compensación económica por ello.