Con seguridad se puede afirmar que no hay en el calendario provincial
anual, un evento público subvencionado más fraudulento e insidioso que
INTERCAZA. Un ejercicio colectivo al servicio de la manipulación de la
realidad, que permita presentar en sociedad a los verdugos como garantes de la conservación de las especies silvestres y defensores de un mundo rural que agoniza ante la incomprensión de la población urbanita.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. Sólo hay que seguir la estela de los representantes del colectivo cinegético, especialmente el sector más reaccionario (APROCA y ATECA), para conocer descubrir los verdaderos intereses antisociales de este colectivo. Colectivo, que tiene acobardado a las Administraciones Públicas, consiguiendo tarde o temprano todo lo que quieren, sólo es cuestión de saber por donde y con que presionar a los casi siempre dóciles e indolentes políticos/as.

Como muestra, Ecologistas en Acción destaca dos ejemplos ilustrativos
entre los muchos que podría describir. Cada año, antes la insistencia de
la Federación Andaluza de Caza y de las Asociaciones de Silvestrismo de
Andalucía, la Dirección General de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, aprueba una resolución que convierte de facto, una modalidad de caza que sólo se puede autorizar excepcionalmente, la caza captura de fringílidos, en una práctica masiva. 175.000 pájaros cantores silvestres (jilgueros, verderones y pardillos comunes principalmente) acaban en jaulas o en las sartenes cada otoño, a pesar de las denuncias de las organizaciones ecologistas.

Para su captura se utilizan sistemas de caza prohibidos como las redes
japonesas o ligas artificiales. La Asociación de Agentes Medioambientales
de Andalucía (AAMAA) denuncia cada año, la imposibilidad de controlar a losmiles de aficionados ávidos de capturar a estas bellas aves protegidas por la normativa ambiental.

Los siempre mal tratados predadores silvestres, son los protagonistas del segundo ejemplo que desenmascara abiertamente los intereses del colectivo cinegético.

El control de depredadores se puede y se debe de considerar como la mayor obsesión en el mundo de la caza, tanto para cazadores de a pie, como para propietarios y responsables de orgánicas. En la actualidad, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino está elaborando unas Directrices Técnicas para los métodos de captura de especies cinegéticas predadoras, perros y gatos asilvestrados y para la acreditación de sus usuarios. Normas de regulación que deberían de servir para situar el control de depredadores en su justo lugar.

Sin embargo, el documento actualmente en discusión, contempla el control de predadores como herramienta prioritaria de gestión cinegética, tal como exigen los representantes del mundo de la caza, soslayando, el extraordinario daño que está práctica provoca a los cientos de miles de animales trampeados cada año, condenados en muchos casos, a una muerte por inanición y deshidratación, a las que hay que sumar las crías que queden desamparadas si los progenitores mueren.