Elena Espinosa ha sido cesada como Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, dejando como legado, según Ecologistas en Acción, un giro antiecológico en las políticas de ese Ministerio. Según la organización ecologista, Espinosa enmendó la plana a Cristina Narbona, paralizando de facto la aprobación o aplicación de importantes aunque insuficientes medidas para la protección medioambiental, desmontando equipos técnicos y despreciando a la totalidad del movimiento ecologista. Rosa Aguilar, antigua regidora de Córdoba, viene a cubrir una plaza, con un bagaje, en lo que a medio ambiente se refiere, escaso en el mejor de los casos y francamente negativo en el peor.

El Gobierno de Zapatero, que en los últimos meses ha acelerado su giro ideológico hacia políticas de derechas, lo que le ha supuesto un rotundo enfrentamiento con los movimientos sociales y sindicales, ha comenzado a hacer aguas. Para Ecologistas en Acción, esta es la razón por la que Zapatero aborda una crisis de Gobierno mucho más profunda de lo que había admitido hasta el momento.

Los diferentes sondeos demoscópicos han coincidido en un profundo desgaste del Ejecutivo, algo a lo que, para la organización ecologista, Elena Espinosa ha contribuido a través del desprestigio del Ministerio que ha presidido. El cese de esta política de bajo perfil ambientalista es, a juicio de Ecologistas en Acción, motivo para una esperanza matizada. Sin embargo, esta organización señala, que lo importante en el Ministerio de Medio Ambiente, no es hacer cambios cosméticos y sí modificar políticas que han abundado en el deterioro ambiental.

Para el coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Luis González, “Rosa Aguilar deberá demostrar desde el primer día, qué realmente quiere dar un giro ambiental a las políticas del Ministerio. De no ser así, el medio ambiente se seguirá resintiendo y el desprestigio acumulado de ese Ministerio arroyará la carrera política de la antigua regidora de cordobesa”.

La trayectoria de Rosa Aguilar, en lo que a políticas medioambientales se refiere, parece concitar no pocas críticas. Para Cecilia Montiel, coordinadora de Ecologistas en Acción de Andalucía, Rosa Aguilar “nunca tuvo como prioritarias las políticas medioambientales en el Ayuntamiento de Córdoba. De hecho, bajo sus mandatos proliferaron los diferentes atentados urbanísticos que hoy día sufre esa ciudad. Así, han proliferado multitud de construcciones ilegales en parajes serranos de valor singular, o construcciones en la vega del Guadalquivir que con las lluvias torrenciales se han visto inundadas, destruyéndose de esta manera entornos de gran valor ecológico y poniéndose en peligro decenas de vidas”.

La valoración que Montiel hace sobre el paso de Rosa Aguilar por la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía es clarificador: “Su perfil ha sido tan bajo que prácticamente no hay nada que haya hecho por lo que se la pueda juzgar”. Quizá se pueda atribuir esta inacción a su empeño en no desgastarse políticamente, a lo que se debería añadir los recortes presupuestarios en esa Consejería.

Para Luis González, “Rosa Aguilar debe actuar de manera inmediata en temas que son máxima urgencia:
- Primero: asumir una reducción del 40% de las emisiones domesticas responsables del cambio climático para 2020, a través de medidas concretas.
- Segundo: desarrollo de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad y muy especialmente la puesta en marcha del Plan Estratégico de Biodiversidad.
- Tercero: Bloquear la implantación de cultivos transgénicos en España, potenciando medidas que fortalezcan la soberanía alimentaria basada en el respeto ambiental.
- Cuarto: Aprovechar la actual Reforma de la Política Común de Pesca para revertir la tendencia actual, apoyando y priorizando la flota artesanal sostenible.”