Hay casi 240 especies de mariposas en España

Rafael Obregón Romero, Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal, Universidad de Córdoba. Revista El Ecologista nº 68

Las mariposas diurnas, por el llamativo colorido de sus adultos, son uno de los grupos de insectos más conocidos y estudiados, siendo utilizados a veces como bioindicadores. En este sentido, en las últimas décadas se ha apreciado un importante descenso de la abundancia de algunas especies, lo que es otro resultado más de la insostenibilidad de nuestro desarrollo.

“Hadas, con sus alas cubiertas de escamas multicolores, que mecen el viento con su balanceo coloreando la primavera. Bellas mariposas que evocan nuestros más maravillosos recuerdos, dulcificando aquel lugar o momento en el que aparecen. Sus orugas son los duendes que habitan la espesura y que escondidas entre la vegetación se desarrollan para dar lugar a la fase alada de un nuevo y efímero ciclo”.

Son las mariposas, ese grupo de bellos insectos alados abundantes durante la primavera y principios de verano, las que llenan de color nuestra geografía. Todos los colores son posibles en sus escamas. Su gran diversidad, abundancia y ubicuidad hacen a este orden de insectos uno de los más conocidos y estudiados, perseguidas y veneradas por infinidad de especialistas y aficionados que encuentran en este grupo un encanto especial. Pueden aparecer en casi cualquier hábitat, desde un bosque bien conservado hasta un área humanizada o degradada y desde el nivel del mar hasta los canchales alpinos a más de 3.000 metros de altitud. La riqueza de especies y formas de adaptación las hacen especiales, ocupando una gran importancia dentro del grupo de los insectos.

Un grupo diverso

Se estima que existen unas 170.000 especies de lepidópteros, de las cuales 28.000 pertenecen al grupo de los ropalóceros (diurnas) y el resto lo constituyen los heteróceros (nocturnas). Unas 239 especies están presentes en España (Península Ibérica, Ceuta, Melilla, Baleares y Canarias). Una magnifica comparativa sobre la diversidad de especies la realiza Fernández-Haeger en 2004, en el libro El monte mediterráneo en Andalucía, con respecto a la selva peruana, donde en tan sólo 55 km2 el número de mariposas asciende a algo más de 1.200. Este dato es más sorprendente al compararlo con los 500.000 km2 de España: una extensión territorial casi diez mil veces mayor y a pesar de ello, la riqueza proporcional de especies es seis veces menor.

Las mariposas son un excelente organismo modelo, muy utilizado desde mediados del siglo XX en experimentos de campo o de laboratorio. Las migraciones o el comportamiento dispersivo, sumado a las interacciones con otros insectos como la mirmecofilia (ver cuadro), han provocado que este grupo sea un importante modelo para la ecología terrestre. Además, son unos de los mejores bioindicadores de la calidad del medio, siendo extremadamente sensibles a la alteración del hábitat y a los cambios ambientales. Desde hace algunos años se están utilizando para valorar el cambio climático a diferentes escalas.

Este orden de insectos presenta varias características que lo hace especialmente único. Al igual que todos los representantes de la Clase Insectos, las mariposas presentan tres pares de patas. Son insectos pterigotas (Pteros=ala) y sus alas están cubiertas de escamas (Lepis=escamas) con variados colores que dan una sorprendente policromía a los adultos. Presentan un aparato bucal modificado, la espiritrompa, que está adaptado para succionar el néctar de las flores de las que obtienen la energía necesaria para su metabolismo.

Las mariposas se clasifican en dos grupos sin carácter taxonómico:
- Ropalóceros: mariposas diurnas con antenas terminadas en masa. Normalmente de colores muy llamativos que siempre vuelan durante el día.
- Heteróceros: Se engloban en este grupo a todas las mariposas nocturnas, además de algunas otras que pueden volar de día como la familia Zygaenidae y algunos representantes de Arctidae y Lasiocampidae. Sus antenas no terminan en masa y pueden ser muy variadas.

El grupo de los ropalóceros, comúnmente conocido como mariposas diurnas, engloba a las siguientes familias en la Península Ibérica: Papilionidae, Pieridae, Nymphalidae, Lycaenidae y Hesperiidae.

Riodininae (subfamilia de Lycaenidae) esta relegada a la zona más septentrional de la Península Ibérica, con un solo representante en España, el perico (Hamearis lucina). La subfamilia Danainae (Nymphalidae) es una familia tropical con dos especies en la Península, la mariposa monarca (Danaus chrysippus) y la mariposa tigre (D. plexippus), ambas procedentes de individuos migradores que han establecido en zonas costeras mediterráneas sus poblaciones. El resto de familias se encuentran ampliamente distribuidas y bien representadas a lo largo de la geografía española.

La mayoría de especies presentes en la Península Ibérica son predominantemente de origen paleártico (eurosiberianas). El resto de especies (muy pocas) son de origen norteafricano que se asentaron en el continente europeo tras la última retirada de los glaciares. Estas últimas quedaron establecidas en la mitad meridional y zonas costeras donde las temperaturas son algo más moderadas.

Biología de las mariposas

Como hemos mencionado antes, las mariposas son insectos alados, lo que les permite volar en varias generaciones anuales (polivoltinas), o bien en una o dos (uni- o bivoltinas respectivamente), siendo estos dos últimos casos los más habituales. El voltinismo depende del clima. A mayor continentalidad, mayor probabilidad de encontrar especies univoltinas, ya que sus plantas nutricias perecen a consecuencia de las altas temperaturas estivales o de las bajas invernales. Así, pocas son las especies multivoltinas, típicas de zonas tropicales o subtropicales, que en nuestra geografía se concentran habitualmente próximas a la costa, con temperaturas moderadas.

Las mariposas presentan un importante papel como polinizadores, tal es el caso de algunas flores que están especializadas para ser polinizadas en exclusiva por mariposas. La coevolución entre plantas e insectos polinizadores ha derivado en una producción del néctar necesario para el desarrollo del ciclo alado de las mariposas, de forma que colaboran, sin saberlo, en la polinización de las flores.

Para localizar y observar estas bellezas aladas, hay que conocer muchos aspectos de su biología, como sus plantas nutricias o sus hábitats más idóneos. No es necesario realizar grandes viajes, sólo necesitamos dar un breve paseo por nuestra ciudad en cualquier jardín con flores para poder observar algunas de las especies más comunes.

Como no puede ser de otro modo, las mariposas forman parte de las cadenas tróficas en los entornos en los que viven. Así, tienen un gran número de peligros naturales debido a la depredación, parasitismo o competencia inter e intraespecífica. Los lepidópteros sufren depredación en todos sus estadíos. Sus huevos o larvas sirven de alimento para otros invertebrados como arañas, escarabajos (coleópteros), chinches (hemípteros) o avispas (himenópteros), además de aves insectívoras y roedores, dentro de los vertebrados. Los adultos o imagos también son un excelente bocado para aves, reptiles, anfibios y algunos invertebrados de gran tamaño como libélulas, mantis o grandes arácnidos.

Las larvas también pueden sufrir parasitismo sobre todo por parte de moscas (dípteros de las familias taquínidos y califóridos) o avispas (himenópteros de las familias de los ichneumónidos o bracónidos).

Para finalizar habría que señalar como peligros naturales las muertes producidas por infecciones: micosis, enfermedades víricas y bacterianas, comunes éstas en condiciones de alta densidad o humedad extrema.

Tres décadas de declive

En los últimos 30 años se ha podido observar un fuerte descenso en la abundancia y presencia de mariposas en la Península Ibérica. La incesante destrucción de los hábitats naturales como consecuencia del avance urbanístico, desarrollo viario, agricultura y gestión hidráulica de la mayoría de los ríos peninsulares, han sido algunos de los más importantes. Otros peligros de carácter antrópico a los que se han visto sometidos los lepidópteros son la contaminación por vertidos, las malas prácticas silvícolas, el sobrepastoreo o los incendios.

Todo ello ha provocado la desaparición de algunas mariposas que hace algunas décadas eran muy abundantes. Algunas de ellas eran verdaderas reliquias que habían soportado fuertes cambios climáticos tras las glaciaciones, pero que no han podido tolerar la acción destructora del hombre, desapareciendo por completo. Otras, están en serio peligro al borde del abismo de la extinción. Si no se cesan en breve las perturbaciones o se aborda la mejora de sus hábitats, desaparecerán en un periodo no muy largo.

La mirmecofilia: una relación curiosa entre mariposas y hormigas
La mirmecofilia es la asociación de las orugas de las mariposas u otros insectos, con las hormigas. No todos los lepidópteros presentan este comportamiento. Son especies de la familia de los licénidos las que están más ligadas a ser atendidas por hormigas.

La mirmecofilia puede ser obligada (totalmente necesaria) o facultativa (no estrictamente necesaria). El primer tipo de asociación es imprescindible para unas pocas especies que sin el cuidado de las hormigas la supervivencia de las orugas sería nula. En el caso de la mirmecofilia facultativa, la asociación suele ser temporal en parte de sus estadíos larvarios, por lo que las orugas no corren ningún riesgo en el caso de que desaparezca la asociación. El interés de esta asociación es la protección que obtienen las orugas frente a posibles parásitos o depredadores y a cambio las hormigas reciben una compensación nutritiva como néctar azucarado. Las hormigas estimulan con sus antenas los órganos secretores de las orugas para que éstas les ofrezcan sustancias en forma de aminoácidos y carbohidratos.

Bibliografía
- Carrión, J. y L. Munguira, M. 2001. “La conservación de mariposas en espacios protegidos. La actual red de parques excluye a diez especies”. Quercus. nº 184 pág. 12
- Fernandez-Haeger, J. y Jordano, D. 2007. “Las Mariposas”. En: El monte mediterráneo. Junta de Andalucía.
- Fiedler, K. 1991. “Systhematic, evolutionary and ecological implications of myrmecophily within the Lycaenidae (Insecta: Lepidoptera: Papilionoidea)”. Bonn Zool. Monogr. 31:1-20.
- Manley, W.B.L. & Allcard, H.G. 1970. A Field Guide to the butterflies and Burnets of Spain. E.W. Classey, Hampton.
- Romo, H., 2007. Diversidad geográfica de las mariposas diurnas Ibero-baleares. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid.
- Tolman, T. y Lewington, R. 1997. Butterflies of Britain & Europe. Harper Collins, London.
- http://perso.orange.es/meul_12345/index.htm (Web del especialista en mariposas Felipe Gil-T)