Quince activistas antitransgénicos entre los que se encontraban Ecologistas en Acción han cortado ocho minutos el tráfico en la avenida de la Montaña de Cáceres, frente a la Subdelegación del Gobierno en cuya entrada han echado cerca de media tonelada de maíz.

La acción de protesta comenzó a las 10.20 horas, llegando inmediatamente agentes de la Policía Nacional, Policía Local y Guardia Civil. Los activistas fueron identificados y seguramente serán sancionados con una multa.

Esta actividad es la única de este tipo que se realiza en Extremadura hoy. Se han hecho actos similares en Barcelona, Sevilla, Valencia y Córdoba entre otras ciudades.

Los grupos antitransgénicos piden al Gobierno de España que imite la postura de otros nueve países europeos que luchan contra estos cultivos al considerarlos peligrosos para la salud. Indican que en Extremadura hay actualmente 11.000 hectáreas cultivadas con maíz transgénico, y hay cuatro campos experimentales abiertos.

Recalcan que los organismos modificados genéticamente se obtienen mediante la manipulación genética, creando plantas, animales y microoganismos artificiales; lo cual produce un aumento de las alergias alimentarias, intoxicaciones, se usan herbicidas cancerígenos y se pierde biodiversidad.

Recordar que España es el único país de la UE en el que se cultiva comercialmente maíz transgénico, unas 70.000 hectáreas, de las cuales 11.000 en Extremadura, según la Plataforma Extremeña Contra los Transgénicos .Varias organizaciones de agricultores y ecologistas llevan años denunciando los abusos de Monsanto y la permisividad de los sucesivos gobiernos españoles.

Además el Gobierno tramita nuevos ensayos con transgénicos peligrosos para la salud. 67 municipios pueden albergar nuevos ensayos, entre ellos Villanueva de la Serena, en Extremadura. Una de las variedades de maíz transgénico para las que se ha vuelto a solicitar autorización (NK603xMON810) ha sido el centro de la polémica los últimos meses al haberse descubierto que su consumo plantea graves riesgos para la salud. Un estudio, patrocinado por el Gobierno de Austria, concluyó que los ratones alimentados con este maíz transgénico tuvieron menos descendencia que los alimentados con maíz no transgénico. Y que este efecto se puede atribuir a la diferente alimentación.