Un reciente informe de Eurostat sobre la gestión de los residuos en la UE establece que la población española genera 547 kilos de basura anuales, situándose la media europea en 513 kilos. También se afirma que España recicla menos basura (15 %) y envía más a vertederos que la media europea (52 % frente al 38 %), si bien es de los países que más compostaje realiza.

Ecologistas en Acción destaca que la generación de residuos en la UE es muy dispar y varía entre 400 y 800 kilos anuales por habitante [1], así como también lo es la voluntad política de utilizar la basura como un recurso más. Recordemos que casi el 90 % de la basura se puede aprovechar y que, según Eurostat, “para ello, las instituciones comunitarias y los Estados miembro deben promover la prevención, la reutilización y el reciclado.”

Salvo contadas excepciones, en España la gestión de los residuos no es una cuestión prioritaria ni para las Comunidades Autónomas ni para el Estado, tal y como demuestra el borrador de la Ley de Residuos actualmente en fase parlamentaria. Aquí la normativa suele limitarse a transponer los objetivos mínimos de las directivas europeas, sin mayor ambición que la de cumplir la legislación comunitaria. Estamos lejos de pertenecer a los que las instituciones europeas llaman “sociedad del reciclaje”.

Un buen ejemplo de ello es el supuesto compostaje que se realiza en nuestro país, donde teóricamente se composta un 24 % de los residuos municipales frente al 18 % de la media europea, superado sólo por Austria (40 %), Italia (32 %) y Holanda (28 %). En realidad, la mayoría de las veces se “composta” la fracción resto, es decir, la materia orgánica mezclada con todo lo que no es ni vidrio, ni envases, ni papel-cartón.

Este tratamiento es un despilfarro inútil porque el producto obtenido no es compost (un mantillo o abono natural procedente de la descomposición de la materia orgánica), sino un material contaminado que no tiene valor comercial ni se puede utilizar en agricultura.

La Conferencia sobre reciclaje de bioresiduos que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) organizó en Barcelona el 15 de febrero de 2010, concluyó que “el reciclado de bioresiduos proporciona beneficios ambientales, sociales y económicos porque contribuye al aprovechamiento y uso sostenible de los recursos, la protección del suelo, la producción de energía renovable y la lucha contra el cambio climático. […] Para ello hay que fomentar la recogida selectiva, establecer objetivos de reciclaje y adoptar criterios de calidad del compost”. Una conclusión que Ecologistas en Acción siempre ha defendido como obvia.

Entonces, se pregunta la organización ecologista, ¿por qué no ha plasmado el MARM este convencimiento en la nueva Ley de Residuos?

Notas

[1] Chequia, Polonia: 316 kg, Luxemburgo: 707 kg, Chipre: 778 kg, Dinamarca: 833 kg. Media: 513 kg.