En Noviembre de 2010, la Comisión Europea presentó un comunicado en el que establecía los objetivos y diversos escenarios relativos a la Política Agrícola Común de la UE para 2014-2020.

Dicho comunicado contiene tres opciones para la futura Política Agrícola Común, que pueden resumirse de la siguiente forma:

1. Ajustes graduales a la PAC actual, con una mayor equidad en los pagos entre Estados Miembros

2. Una reforma de la PAC con medidas más específicas destinadas a hacer que las ayudas a la agricultura respondan a una política más equilibrada y sostenible, en consonancia con “los objetivos de Europa 2020 de un crecimiento inteligente, sostenible e incluyente”

3. “Abandonar gradualmente las ayudas a la renta y la mayoría de las medidas de mercado” y centrar la futura PAC en objetivos medioambientales y de cambio climático a través de una política de desarrollo rural.

La Comisión Europea ha manifestado claramente su preferencia por la opción nº 2. Un argumento de peso a favor de esta opción es la competitividad global de la agricultura Europea. Se pretende asegurar así que los precios de los productos agrícolas básicos producidos en Europa sean lo suficientemente bajos como para que la industria europea de transformación y exportación de alimentos compita en el mercado alimentario mundial.

Nosotras, las organizaciones signatarias del presente documento, no estamos a favor de ninguna de las opciones propuestas por la Comisión. Existe una cuarta opción – la opción QUE FALTA – que proponemos en este documento.

Esta opción establece los siguientes objetivos como base de la futura PAC: acceso a alimentos saludables para todos, rentas estables y justas para los campesinos, precios estables y justos para los consumidores, formas de producción ecológicamente sostenibles, reducir las emisiones de carbono (frenar el calentamiento global) y reducir el uso de combustibles fósiles, así como acabar con la destrucción de los mercados domésticos para los productores locales en el Sur Global como resultado del dumping.

Esta es la opción propuesta por un número creciente de movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil en Europa. Dicha opción abordará realmente los retos alimentarios y agrícolas actuales – en Europa y a nivel global. Además, esta opción requiere un presupuesto menor al de la política actual y las opciones propuestas por la Comisión.

Esta cuarta opción pone al planeta y a las personas por delante de las ganancias, y la solidaridad antes que la competitividad. Creemos que la Política Alimentaria y Agrícola Europea debe ser una política pública fuerte, cuyos valores centrales se basen en proveer comida saludable y de calidad, con sostenibilidad y equidad.

I. OBJECTVOS: Que debe lograr la futura Política Común de Agricultura y alimentación?

La nueva Política Alimentaria y Agrícola Común debe alcanzar los siguientes principios :

1) considera la alimentación como un derecho humano universal, y no simplemente como una mercancía

2) fija como prioridad de producir la alimentación humana y animal para Europa y vuelve a poner el comercio internacional en su justo sitio, controlándolo con equidad, justicia social y durabilidad medioambiental. La PAC no debe danar la agricultura de otros paises.

3) promueve modos alimentarios sanos, dirigiéndose hacia regímenes basados en los vegetales y un consumo menor de carne, grasas saturadas, productos ricos en energía y de productos altamente transformados, respetando los modos alimentarios culturales y las tradiciones populares.

4) da prioridad al mantenimiento de la agricultura con numerosos campesin@s en todas regiones que producen la alimentación y mantienen el paisaje. No esta posible sin precios agrícolas justos y seguros, que deben permitir una renta decente por l@s campesin@s, l@s asalariad@s agrícola@s y precios justos por los consumidores.

5) garantice condiciones justas y no discriminatorias a l@s campesin@s de Europa Central y Oriental, y apoya un acceso exactamente y equitativo a la tierra.

6) respeta el medio ambiente global y local, protege los recursos terminados del suelo, del agua, aumenta la biodiversidad, y respeta el bienestar animal.

7) garantiza que la agricultura y la producción alimentaria son libres de transgénicos, y fomenta las semillas de los agricultores y las especies domésticas de animales y el conocimiento de culturas alimentarias locales.

8 ) deja de promover la utilización y la producción agro-combustibles industriales y da la prioridad a la reducción del transporte en general.

9 ) asegura la transparencia a lo largo del sector alimentario, de modo que los ciudadanos sepan cómo su alimentación se produce, de ahí ella procede, lo que contiene y lo que se incluye en el precio final.

10) reduce la concentración de poder en la transformación y la distribución alimentaria y la influencia sobre lo que se produce y se consume, y promueve sistemas alimentarios que acortan la distancia entre campesinos y consumidores.

11) fomenta la producción y el consumo de productos locales, temporada, y de alta calidad, conectando de nuevo a los ciudadanos con su alimentación y los productores.

12) comprometa recursos para enseñar a los niños a las competencias y los conocimientos esenciales para producir, preparar, y apreciar una alimentación sana y alimenticia.

Más de 350 organizaciones de sociedad civil en Europa apoyan esto objetivos y principios, los cuales han sido definidos en la Declaración Europea (www.europeanfooddeclaration.org) la cual fue lanzada en Marzo 2010.

II. LOS INSTRUMENTOS: ¿Cómo se pueden alcanzar dichos objetivos y principios?

Para lograr los objetivos previamente mencionados, es necesario aplicar diversas medidas e instrumentos. En esta primera etapa, es suficiente con definir los principales elementos y dirección de la futura Política Alimentaria y Agraria Común. Nuestras propuestas están relacionadas con un estudio independiente realizado por científicos (principalmente economistas) de distintos países europeos.

A. Regular los mercados y la producción agrícola

Los objetivos previamente mencionados únicamente podrán alcanzarse con precios estables y no con el actual escenario de la gran volatilidad de precios agrícolas debida a las políticas desreguladoras de las últimas décadas. Al contrario de la propuesta de la Comisión Europea, proponemos reforzar las medidas de gestión de los mercados y situarlas al centro de la futura Política Alimentaria y Agrícola Común.

Para mantener una agricultura familiar sostenible, los campesinos – ante todo – deben obtener precios justos y estables que cubran el costo de producción. Para lograrlo, es necesario contar con los siguientes instrumentos:

- gestión pública de la oferta para equilibrar la oferta y la demanda y evitar excedentes estructurales. Esto prevendría que los precios fluctúen excesivamente. Se deben desarrollar varios instrumentos adaptados a las distintas producciones: las cuotas de la leche, por ejemplo, deben mejorarse en lugar de ser eliminadas.

- gestión de las importaciones agrícolas para evitar las importaciones a precios inferiores al costo medio europeo de producción . Esto debe estar vinculado a la prohibición de toda forma de dumping de mercado.

La regulación de los mercados agrícolas europeos con estos instrumentos permitirá a los campesinos obtener precios a la producción más justos y estables. Por consiguiente, se reducirá el gasto público destinado a las rentas de los campesinos, ya que estos obtendrían sus salarios principalmente a través del mercado, en lugar de mediante pagos directos. Actualmente, los campesinos europeos obtienen como media el 40% de sus rentas mediante pagos directos (aprox. € 39.000 millones del presupuesto de la UE), que subsidian la 'competitividad» de la industria europea de transformación y exportación de alimentos en los mercados mundiales, garantizando los bajos precios de sus materias primas. Los pagos directos actuales son así, por un lado, un subsidio indirecto para la industria alimentaria europea y por el otro, en el caso de las exportaciones, un subsidio indirecto a las exportaciones, que impide a las comunidades agrícolas de terceros países obtener un acceso justo a sus propios mercados.

A nivel internacional, la Unión Europea debe cuestionar las reglas actuales del comercio internacional y plantearlas en un marco de soberanía alimentaria, en el que el compromiso de acabar con toda forma de dumping se combine con el derecho de todas las naciones y regiones de protegerse de las importaciones a bajo costo. Para prevenir una posible inseguridad alimentaria a nivel mundial y para evitar la especulación alimentaria, se deben administrar las existencias públicas regionales, incluyendo a nivel de la UE, en especial en lo relativo a los cereales.

Para mantener la agricultura en todas las regiones

- Se deben tomar en cuenta los costos medios de producción para ajustar los precios agrícolas (véase A.). Además, es necesario el empleo de fondos públicos para las explotaciones agrícolas situadas en las zonas más desfavorecidas que tienen mayores costos de producción. Los pagos directos cubrirán la diferencia entre el costo real de producción y el costo medio de producción.

- Para las pequeñas explotaciones que producen solo cantidades pequeñas de alimentos, pero las cuales tienen un papel multifuncional positivo, recibir pagos directos adicionales.

Este apoyo debe de proveerse en forma de pagos directos. Para fomentar la agricultura como un sector profesional atractivo para los jóvenes, hay que complementar las medidas anteriores con la creación de esquemas financieros y de propiedad de la tierra en todos los Estados miembros, que permitan a los jóvenes iniciar y mantenerse activos en el desarrollo de actividades relacionadas con la agricultura. De hecho son cada vez más los jóvenes interesados en la agricultura, pero no tienen acceso a la tierra, ni en régimen de alquiler ni en propiedad.

B. Una cadena alimentaria justa y transparente

En la actualidad, la cadena alimentaria está controlada de forma cada vez mayor por unas pocas corporaciones multinacionales de productos agrícolas y alimentarios y grandes supermercados. Son ellas quienes cada vez más determinan los precios para los campesinos y consumidores. Para poder reducir el poder de estos actores y democratizar la cadena alimentaria, es necesario contar con los siguientes instrumentos:

- Leyes de transparencia pública vinculantes en cuanto a la distribución de los beneficios de quien gana que porcentaje de valor en la cadena alimentaria. Dichas leyes deben ser aprobadas por entidades públicas tras un proceso de consultas con todas las partes interesadas.

- Apoyo proactivo para promover alternativas sostenibles y locales las cuales pongan el control de la cadena alimentaria en las manos de los agricultores y consumidores, tales como cooperativas, mercadotecnia directa, cadenas locales y regionales, entre otras.

- Medidas regulatorias para prevenir la concentración en la cadena alimentaria en un país y a través de Europa, y dentro de los diferentes sectores de la cadena alimentaria (desde las semillas hasta los supermercados).

- Reglas de seguridad y sanitarias que permitan, apoyen y fomenten la transformación de alimentos local y a pequeña escala.

- En cada Estado miembro se debe establecer un salario mínimo para los trabajadores agrícolas para asegurar que los trabajadores reciban un porcentaje justo del valor de los productos. También un sistema en que rijan los mismos derechos para todos ellos, ya sean europeos o migrantes, en términos de igualdad.

C . Un sistema agrícola y alimentario sostenible a nivel europeo

Los modos actuales de producción sumamente industrializados de los alimentos en Europa se tienen graves consecuencias negativas para la población y el medio ambiente, como el aumento de los riesgos para la salud, el impacto negativo sobre el calentamiento global, la contaminación del suelo y el agua, entre otras muchas. Las externalidades de este modelo de producción las sufre ahora la población en su conjunto.

Para proveer alimentos saludables para todas las persona, proteger el medio ambiente, respetar el bienestar de los animales, garantizar la producción y el consumo de productos locales, de calidad y de temporada, reducir el transporte, lograr una agricultura sin OGMs y fomentar la biodiversidad, los modelos de producción imperantes actualmente deben transformarse en métodos agrícolas social y medioambientalmente sostenibles. Es necesario poner en marcha las siguientes medidas:

- Las formas de producción agro-ecológicas deben definirse como la forma de producción estándar en la UE. Todas las explotaciones agrícolas tendrán que producir con niveles más bajos de insumos y consumo de energía, según un modelo que potencie la biodiversidad, el bienestar de los animales y favorecer otras prácticas sostenibles como sistemas de pastoreo, entre otras.

- Para lograr esta transición, se tendrá que dar una combinación de ayudas públicas a las prácticas estándar previamente mencionadas y un aumento de los impuestos a los modelos no agro-ecológicos, responsables de los impactos sociales y medioambientales negativos, y a sus externalidades es necesario. Estos impuestos incluyen los costos externos de esta forma de producción en el precio mismo, para reflejar el costo real. Así los precios para productos producidos de manera no sostenible serán más altos siendo así esto un incentivo para las prácticas sostenibles.

- Reglas relativas a las adquisiciones públicas que garanticen la adquisición paulatina por parte de instituciones y programas públicos – como escuelas, hospitales, programas como el Programa Europeo de Ayuda Alimentaria, etc. – de modo que gradualmente todas las instituciones públicas se abastezcan comprando sus alimentos a explotaciones agro-ecológicas locales. La experiencia con las instituciones públicas adquiriendo café de comercio justo, prueba que este modelo es posible.

- Creación de programas y normas vinculantes para la protección de las semillas como patrimonio de la Humanidad, que garanticen el respeto de los derechos de plantadores y seleccionadores de semillas, así como el establecimiento y fomento de bancos públicos de semillas y especies, incluyendo la investigación encaminada a fomentar la mejora de la biodiversidad europea.

- Prohibición de los OGMs en la agricultura y la industria de transformación de alimentos, incluyendo los campos de prueba al aire libre y poner fin a la financiación pública para el desarrollo adicional en este campo.

Además de las medidas para el cambio de modelo de producción alimentaria, también se necesitan medidas de alimentación que fomenten la alimentación saludable y promuevan la cultura alimentaria local. Algunos elementos básicos de estas medidas para promover patrones de alimentación sostenibles son:

- Iniciativas educativas para recuperar y construir las capacidades y conocimientos necesarios para producir, preparar y disfrutar de alimentos saludables producidos a nivel local. Por ejemplo, huertas escolares y programas agrícolas que familiaricen a los niños con los procesos de cultivo, la preparación y la necesidad de obtener alimentos locales así como educación para la auto-producción.

- La educación agrícola tendría que estar al alcance de todos los ciudadanos y debería fomentarse un sistema social y ecológicamente sostenible basado en los objetivos e instrumentos anteriormente citados.

- Respaldar iniciativas que fomenten de forma activa y difundan una cultura alimentaria local y saludable y facilitar los sistemas de distribución para que estos productos sean accesibles a todos los sectores de la sociedad, en particular a los más desfavorecidos, pasando directamente de los campesinos a los consumidores.

D. Reglas para los pagos directos

En esta opción “que falta”, los pagos directos desempeñarán un papel mucho menos importante que en el sistema actual, dado que la mayor parte de la renta agrícola provendría del mercado. Esta opción no sólo reporta beneficios a la sociedad sino que además resultará más barata. No obstante, como se explicaba anteriormente, seguirá siendo necesario realizar algunos pagos directos aunque siempre de acuerdo con las siguientes reglas:

- los pagos directos se relacionarán con el número de agricultores empleados en la explotación

- se establecerá techo máximo por activo agrícola

- las explotaciones agrícolas que reciban pagos tendrán que cumplir los requisitos medioambientales y sociales descritos en el párrafo C.

E. Política rural

Una política de desarrollo rural tendrá que complementar la política agrícola, pero no sin sustituirla – como se propone en la opción nº 3 de la Comisión Europea. Existen una serie de necesidades específicas en las zonas rurales a las que se debe dar respuesta a través de fondos públicos, como inversiones en infraestructura, planes de empleo rural para la diversificación de las economías locales, apoyo a las pequeñas instalaciones de transformación de alimentos, apoyo a los sistemas de marketing directo y de alimentos locales, y el desarrollo y mantenimiento de los servicios públicos rurales. Será necesario debatir si estas medidas deberán ser cofinanciadas a partir del presupuesto de la PAC o de la política regional de la UE.

Primeras firmas:

Africa Europe Faith & Justice Network (AEFJN) Be

Afrika Europa Netwerk, the Netherlands

Amigos de la Tierra España

ASEED Europe, the Netherlands

Associazione Rurale Italiana, Italy

Attac Austria

ATTAC ESPAÑA, Spain

Austrian Platform for Food Sovereignty, Austria

Ecologistas en Acción, Spain

Eco Ruralis Association, Romania

European Coordination Via Campesina, Europe

Food & Water Europe

Friends of the Earth Cyprus

Friends of the Earth Europe

FUGEA / Belgian farmers organisation, Be

Gert Engelen, Vredeseilanden, Belgium

MIJARC ,Europe

Nederlandse Melkveehouders Vakbond, Netherlands

Norwegain farmer and small holder union, Norway

NOUSUD, España, Spain

Supermacht, Netherlands

XminY Solidarity Fund, The Netherlands