Las alegaciones se fundamentan en conseguir alcanzar los objetivos ambientales que marca la Directiva Marco de Aguas y que el futuro Plan Hidrológico no se convierta en un instrumento que solo sirva para satisfacer las demandas de los grandes sectores productivos, actualmente consumidores del 87% del total del recurso en la cuenca.

El Proyecto de Plan Hidrológico que salió a exposición pública hace seis meses no recoge las directrices europeas en cuanto a la consecución del buen estado ecológico para 2.015 de todas las masas de agua (superficiales y subterráneas) incluidas las costeras y de transición, por los problemas socio-económicos que ello conllevaría y los diferentes intereses que hay en juego. Se contempla más demanda para regadío, a pesar de ser una cuenca deficitaria y el principio de precaución, y por ejemplo, omite hablar del ineficaz control de las extracciones ilegales. El propio organismo de cuenca admite que el Plan no asume las directrices europeas, es aspectos como ajustar la demanda a la oferta, garantizar el buen estado ecológico de las masas de agua o ajustar el precio del suministro a su coste real.

Para Ecologistas en Acción de Andalucía, estamos ante un Plan transitorio que además llegar con retraso y, que lejos de alcanzar el objetivo previsto, se centra en equilibrar la “brecha” existente entre la oferta y la demanda. Por ello, hemos realizado propuestas para lograr alcanzar el objetivo del buen estado ecológico para 2.015. Algunas de estas propuestas son:

- Las presiones del sector agrario impiden cumplir los objetivos ambientales, por ello proponemos la eliminación del mantenimiento de las demandas como objetivo primordial de la planificación, ajustando el Plan a las exigencias europeas y fortalecimiento del proceso participativo. No se han producido apenas debates públicos ni reuniones sectoriales de organismos sin relaciones privilegiadas.

- Compromiso claro de no creación de nuevas superficies de regadío, rechazando nuevas infraestructuras de regulación y posibilitando la permeabilización de otras.

- Creación de más Reservas Naturales Fluviales que las 7 que determina el Plan, añadiendo a este número las Riberas Sobresalientes y las propuestas por el CEDEX.

- La presión de las demandas de los usos productivos e industriales va a impedir garantizar los caudales ecológicos, ya que no se conciben como una restricción a los usos, como así lo obliga la norma. Más bien los usos son una restricción a los caudales ecológicos. Por ello, se propone fijar unos caudales ambientales para todos los cursos de agua, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Aguas, en el Plan Hidrológico Nacional y en la DMA. Especialmente garantizarlos en el Estuario y así evitar su colapso ecológico. Es necesario tener en cuenta las conclusiones del estudio realizado por el Comité Científico coordinado por Miguel Losada y Javier Ruiz y abandonar definitivamente la propuesta de dragado.

- Acometer un plan integral de saneamiento y depuración de las aguas en todos los municipios de la cuenca, así como controlar y prohibir el uso de sustancias tóxicas en la agricultura.

- Control de vertidos industriales y mineros como el de Cobre Las Cruces, declarando las masas subterráneas como en Mal Estado Cuantitativo.

- En la cuenca hay serios problemas de contaminación, fundamentalmente en los ríos de su margen izquierda, que es donde se concentra la mayoría de la población y en la que hay una actividad agrícola más intensa relacionada con el regadío, causando problemas de depuración y contaminación difusa, por ello se propone un Programa de acción integral en zonas inundables frente al desgobierno territorial y a las construcciones ilegales en zona de dominio público hidráulico.

- El agua hay que pagarla teniendo en cuenta sus costes económicos y ambientales reales, pero hay que hacerlo desde la transparencia de la Administración, la información y la participación social. Recuperación de costes para todos los usuarios del agua, incluyendo también un canon para los sectores productivos.

- Inclusión de planes y programas sectoriales, caracterizados por su gran proyección social en los últimos años. Por ejemplo los casos del Guadaíra, Pegalajar, Castril o Riopudio.

- En el Plan se trata de manera insuficiente la valoración del tratamiento del cambio climático en la cuenca. La planificación del agua no puede seguir ignorando las perturbaciones climáticas que ya están afectando tanto al régimen de aguas, como a la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos. Por ello se deberían contemplar reducciones medias del 14´3% ya constatadas, debido a las perspectivas del cambio climático.

Ecologistas en Acción de Andalucía considera que esta Proyecto de Plan se presenta como una herramienta útil para evitar la continua degradación y una oportunidad para la regeneración de los ecosistemas fluviales a través del sustancial giro que se da en los objetivos primordiales de las políticas de aguas, priorizando la consecución de la calidad de las aguas y sus funciones ambientales así como la gestión sostenible de la misma. Es una excelente oportunidad que no se puede dejar pasar porque el Plan Hidrológico del Guadalquivir de 1998 ha demostrado ser incompatible con la conservación del medio ambiente.