El 22 de septiembre Ekologistak Martxan junto con Biziz Bizi celebró el Día sin Coches. Cientos de personas en bizis y patines pasaron por las calles de Bilbao, repletas de vehículos motorizados. La marcha hizo una escala en el barrio de Rekalde, para mostrar su apoyo a las reivindicaciones ciudadanas en defensa del gaztetxe Kukutza III que es centro cultural del barrio, en amenaza de derribo. Luego continuó su trayecto hasta la Ekoetxea, sede de Ekologistak Martxan en Bilbao, donde se pudo degustar una merienda reconstituyente como colofón del festejo.

El término «celebración» continúa siendo un eufemismo, para nombrar esta convocatoria de ámbito internacional, apoyada desde el año 2000 por la Comisión Europea. Y la tendencia no augura cambios muy positivos: falta de planificación urbanística que priorice la movilidad no motorizada, ausencia de campañas de información ciudadana, aumento de infraestructuras que fomentan el uso del coche y la moto en la ciudad, etc…

Entre tanto, la ciudadanía seguirá sufriendo las consecuencias, en pérdida de salud y calidad de vida, que genera la movilidad basada en el coche.

El último estudio sobre movilidad llevado a cabo por Gobierno Vasco (2007) con respecto al Territorio Histórico de Bizkaia eran claros: diariamente el 42,2% de la ciudadanía se desplaza andando, un 12,4% en ferrocarril y un 8,9% en transporte público, únicamente el 34,9% lo hace en coche. En el caso de Bilbao, los desplazamientos a pie se incrementan al 58,9% mientras que el uso del automóvil se queda en un 10%.

En este contexto el reciente debate abierto con la apertura de la Variante Sur Metropolitana (Supersur) plantea a nuestro entender otra serie de cuestiones importantes más allá de la del peaje. Dicha infraestructura en su conjunto se presupuestó en 1.120 millones de euros de los cuales solo la primera fase estaba valorada en 650 millones. Únicamente va dirigida al 6% del tráfico de paso, el resto son viajes internos 68% o de salida o entrada al área metropolitana.

El problema del transporte de mercancías por carretera una de las causas periódicas de saturación de la A8 (cada vez que hay un accidente el sistema se colapsa) está relacionado con un problema de fondo más grave. La gran mayoría del movimiento de mercancías en el área metropolitana de Bilbao está generado por el Puerto de Bilbao, y su solución pasa por ir desviando progresivamente dichas mercancías al sistema ferroviario. Dicho sistema resulta más eficiente y generando menos costes económicos y medio ambientales. Las directrices de la Unión Europea expresadas en el Libro Blanco del Transporte son claras en este sentido.

Asimismo, con respecto al peaje, habría que realizar una serie de puntualizaciones. El peaje es algo obligatorio y está vinculado a la creación de una nueva infraestructura viaria. El Libro Blanco del Transporte de la Unión deja claro que el usuario de la infraestructura tiene que empezar a pagar su coste. Por otra parte, es cierto que no se le puede obligar a nadie pagarlo si hay carretera alternativa. La disyuntiva es grave, se construye una infraestructura sin definir claramente la demanda que pueda tener, definiéndose ésta, posteriormente (primero pagamos la infraestructura y me temo que al final financiaremos el peaje para crear una demanda que no existe). La experiencia de los Tuneles de Artxanda es ilustrativa de como se está financiando las infraestructuras, hemos tenido que pagar 62 millones de las arcas públicas a sus gestores, porque no había el negocio que se les había prometido.

Vamos progresivamente saturando el Área Metropolitana, de infraestructuras viarias aun coste económico cada vez mayor y los problemas básicos de movilidad siguen sin resolverse. La movilidad en un área determinada está vinculada a la forma de cómo se planifica una ciudad y un territorio. No hay tanto un déficit de infraestructuras, como un problema de gestión de la demanda de los diversos sistemas de transporte y un grave problema de planificación urbana y territorial.