En estos días, los medios de comunicación han informado acerca del expediente sancionador abierto en su día por la Consejería de Medio Ambiente sobre el asfaltado de una vía pecuaria en Magallanes y del requerimiento de información, tanto al Ayuntamiento de Jerez como a Ajemsa, al objeto de depurar posibles responsabilidades en esta actuación que no contaba con la autorización, de acuerdo con la normativa vigente.

Lo sucedido en Magallanes no es sino un eslabón más de la larga cadena de ilegalidades que desde hace varias décadas se vienen registrando en las vías pecuarias, las “cañadas”, de nuestro término municipal, una extensa red de caminos rurales que con una longitud aproximada de 525 km. y una anchura media de 52 m. ocupan una superficie de 3.089 hectáreas. Un patrimonio común, que pertenece a todos los jerezanos y que es preciso conservar, al que la normativa protege como «bienes de dominio público, que no son susceptibles de prescripción, ni enajenación, ni podrá alegarse para su apropiación el tiempo que han sido ocupadas ni legitimarse las usurpaciones de que han sido objeto».

Sin embargo en Jerez, lo relativo a las vías pecuarias parece ser muchas veces papel mojado. Hace apenas dos años Ecologistas en Acción de Jerez presentamos un amplio informe, que adjuntamos, en el que tras recorrer algunas de las vías pecuarias de nuestro término, a modo de muestreo, denunciábamos con un completo dossier fotográfico el progresivo deterioro de estos espacios públicos. Las administraciones implicadas, a las que remitimos copia, no podrán alegar ignorancia de las usurpaciones y ocupaciones que entonces se denunciaban. Lo lamentable es que en estos dos años apenas se ha intervenido y que las irregularidades que ahora se denuncian en los medios de comunicación acerca del asfaltado de la cañada de Magallanes, son sólo una pequeña muestra de las muchas que se han sucedido en estas últimas décadas en las vías pecuarias de Jerez.

A día de hoy siguen las usurpaciones en la Cañada de Lomopardo y en la de Albadalejo y Cuartillos con construcciones, en la mayoría de los casos, para segunda residencia. Continúan realizándose nuevas obras y cerramientos en ésta última, la Cañada real de Albadalejo, a su paso por Cuartillos. Se amplían las ocupaciones y la construcción de cabañas en la Cañada de Vicos. En la denominada “Puerta verde” de Jerez, los terratenientes y las parcelas colindantes han incorporado parte del trazado a sus fincas. Ciudadanos ¿anónimos? han parcelado la vía pecuaria y siguen construyendo en las cercanías de El Mojo, donde se aprecian también más usurpaciones en la Cañada de los Arquillos. La Cañada Real de la Isla, en los alrededores de la Subestación de las Quinientas, ofrece todo un muestrario de irregularidades que se actualiza a cada día que pasa. Las del Amarguillo, o Pinosolete son auténticos vertederos para desaprensivos atraídos por los muchos escombros que hay sin recoger desde hace años, como sucede en la caña da de Las Tablas, junto a Nueva Jarilla, donde algunos propietarios agrícolas han incorporado parte de su trazado a las parcelas… En la Cañada del Calderín y Catarranas pasa otro tanto de lo mismo y la de la Loba, junto a la carretera de Sanlúcar, es un ejemplo de la degradación del entorno urbano como vertedero…. Y todo ello por no hablar de las usurpaciones de las hijuelas y cordeles menos transitados, absorbidos por los propietarios de tierras colindantes u ocupados por personas que quieren tener su huerto de fin de semana, su cabaña para criar animales… en un suelo que es de todos y del que se benefician sólo ellos, mientras quienes deben velar por su protección permanecen sin actuar.

Las vías pecuarias tienen un valor natural, histórico y etnológico de primera magnitud y constituyen un patrimonio público de enormes potencialidades ecológicas, paisajísticas, turístico-recreativas. La Ley de Vías Pecuarias y el Reglamento de la Comunidad Autónoma Andaluza recogen estos nuevos usos complementarios que permiten convertir a las cañadas en elementos dinamizadores del territorio rural. En nuestra provincia hay ya algunos ejemplos que muestran cómo esta red de caminos rurales pueden ser un elemento de desarrollo económico. Baste citar los casos del Corredor Dos Bahías, la red Cañadas de Puerto Real, la Vía Verde de la Sierra y otros espacios similares recuperados para el senderismo, el turismo ecuestre, las rutas en bicicleta, el disfrute de la naturaleza y el turismo rural.

Ecologistas en Acción ha reconocido desde siempre la existencia, en muchos casos, del problema social y humano que afecta a aquellas familias que tienen su única residencia (no la segunda ni su huerto de recreo) construida en una Vía Pecuaria, problemas ante los que nunca hemos permanecido ajenos e insensibles. Estamos de acuerdo en que ello requiere una solución justa y razonable que, a nuestro juicio, pasa por ser también respetuosos con la legalidad vigente debiendo compatibilizar los intereses de todos y respetar en todo caso el mantenimiento del dominio público, en cuanto bien inalienable.

Desde Ecologistas en Acción creemos que ha llegado el momento de no seguir escondiendo este problema y de abordarlo para buscar soluciones, antes de que el medio rural termine por degradarse aún más y, con ello, perdamos la oportunidad de poner en valor como fuente de riqueza y como factor de desarrollo rural estos corredores ecológicos y culturales que son las cañadas.