En la última reunión del Patronato del Parque Natural de los Valles Occidentales, celebrada el pasado 21 de noviembre en la localidad de Aragüés del Puerto, ganaderos, vecinos y nuestros representantes ecologistas denunciaron las maniobras militares que se vienen produciendo en este espacio. Es de destacar las alteraciones que se producen entre el transito de vehículos pesados, los vuelos de helicópteros y los campamentos que se montan, causando una serie de afecciones inadmisibles, que en caso de hacerlas cualquier ciudadano sería fuertemente sancionado. Pedimos que se prohíbanestas maniobras tan nocivas para la conservación y contrarias al Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de este espacio y al sentido común.

Los responsables políticos presentes en la reunión del patronato indicaron que por parte del Ministerio de Defensa se pedían permisos de acampada. No podemos entender que este tipo de maniobras se puedan autorizar bajo esta fórmula. Desde luego no estamos hablando de una acampada familiar, ni siquiera de una coloniajuvenil. Estamos hablando de operaciones con una importante flota de vehículos militares, armamento de todo tipo, helicópteros, y otras lindezas por lugares de interés natural, que no contemplan entre sus objetivos el disfrute del medio natural, su respeto o en el peor de los casos un simple plan lúdico festivo. Por parte del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón se anunció que se intentará evitar estas maniobras. Estaremos atentos a como se desarrolla este anuncio.

Seguramente recordaréis que el último fin de semana de junio aparecieron muertas 61 vacas que se habían despeñado por un barranco, cerca del refugio de Lizara. Desde el primer momento, sin ningún tipo de comprobación, los medios de comunicación daban como hipótesismás factible que un oso las hubiera asustado. No importaba que no se hubiera encontrado el menor rastro, que los dos osos que habitan el sector occidental de los pirineos esténcontrolados y se supiera que estaban en el lado francés durante esos días, que la zona donde se produjo el incidente no es zona habitual de presencia osera, el hecho era cargar la responsabilidad al de siempre, al oso. Sin embargo, cinco meses después, confirmado oficialmente que la causa del despeñamiento no tiene nada que ver con esta especie animal y a pesar de que algunos ganaderos informaron que durante esos días se estaban desarrollando maniobras militares en la zona, ningún medio se ha atrevido a indicar esta hipotesis como posible causa por la que las vacas se asustaron. Si les preguntamos, dirán que no hay pruebas, pero ¿las había para seguir deteriorando las imagen del oso en el Pirineo?