El domingo pasado, preso por qué no decirlo de la preocupación e incertidumbre a que éste tipo de almacenes se presta, fui con mi familia a la concentración que había prevista en Villar de Cañas, dado que es una localidad que dista en línea recta a escasos 60 Km, de nuestra localidad, Campo de Criptana, y que la radiactividad ante un eventual incidente no entiende de límites de provincias.

Como quiera que nuestro río Záncara nace al lado de la ubicación del futuro ATC y que las nubes radiactivas ante esa hipotética eventualidad se desplazan a cientos y cientos de kilómetros, mi preocupación me llevó hasta allí, a escuchar y aprender.

Vimos un pueblo enmudecido, secuestrado por el miedo, donde no se puede opinar diferente a la línea marcada por el consistorio. Vimos también como la noche anterior, el pueblo fue literalmente empapelado en pro del cementerio nuclear, donde su plaza se encontraba plagada de pancartas con alegatos a favor del mismo. Hubo una de ellas, justo en la fachada del Ayuntamiento, que venía a decir que “quien está en contra es porque no está suficientemente informado”.

Eso hicimos, informarnos, en ello estuvimos descubriendo, que la industria nuclear es tremendamente voraz, descubrimos que lo primero que se le ocurre a ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), es comprar dichos lugares de ubicación con millones y millones de euros. Eso sí, que sean candidatos y que exista consenso. Descubrimos que se enmascara progreso, desarrollo y riqueza para la zona a sabiendas de que alrededor de residuos de alto poder radiactivo, siempre hay escepticismo, temor y miedo, mucho miedo. También dicen de estos almacenes que son muy seguros (en Chernóbil, Fukushima y anteriormente en N. México en 1945, en Canadá 1952 , en el Reino Unido en 1957 o en Rusia,1958, también lo dijeron). Hoy en esos lugares se puede presenciar horror, miseria y muerte porque la radiactividad está impregnada en las entrañas de la tierra. También nos hemos informado de que los residuos a depositar en éste pueblo, serán desplazados desde los 8 actuales reactores distribuidos por casi todo el territorio español, si añadimos además el actual desmantelamiento de Vandellós I (en Tarragona) y la José Cabrera (Zorita) en Guadalajara, surcarán prácticamente por todo el territorio los residuos para depositarlos en éste lugar -casi junto a mi casa y sin habernos consultado. Para eso, que no exista también intercambio desde el actual cementerio ubicado en El Cabril (Córdoba), actualmente ya saturado.

En esa intención de informarnos, el domingo escuchamos a un médico especializado en radiación nuclear, escuchamos a algunos vecinos de allí, donde se apreció, “que de consenso, nada de nada”. Intervino un físico nuclear, que a mí personalmente me aclaró todas las dudas y vi, señor alcalde de Villar de Cañas , que sus bondades loteras de las que usted presume con esta decisión, pidiendo se instale este ATC, son muy NEFASTAS. He descubierto también, que la seguridad que le aseguran hoy no se la pueden garantizar para mañana; que ese mañana son nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos, y… miles de años más donde este residuo sigue teniendo un poder prácticamente inalterable en radiación cancerígena.

En Francia, actualmente el debate sobre este tipo de residuos, está en el temor a la memoria en el futuro, del lugar donde se están depositando, porque nadie puede hacer previsiones a miles de años.

Es cierto, de que para entonces ni usted ni yo estaremos, pero a mi me preocupa y mucho, veo que más que a Ud., la herencia que con estas torpes medidas vamos a dejar. Me da señor alcalde de Villar de Cañas que usted también tiene muchas cosas que aprender, la historia me dice que quien trabaja con fuego puede quemarse y lo peor es que usted ha decidido prender esa llama, en la que en una mano tiene la cerilla y en la otra la lata de gasolina, y no será a usted solo y a su pueblo, a quien les afecten las llamas.

Por todo lo dicho, y porque me queda una duda algo difícil de resolver, el por qué habiéndose situado por el comité científico a Villar de Cañas como cuarta opción, entre los candidatos, después de Zarra con 304 puntos, Ascó con 300 y Yebra con 290 pasa a ser única candidata con 272 puntos, para la construcción de dicho cementerio. Puede que no sepa responderme… o que lo sepa muy bien, pero tenga que callar, que también es posible. Lucharemos por encima de los intereses que le han llevado a dicha opción y no cesaremos en el empeño, porque somos cada vez más los que adivinamos “más riesgo que lotería” y cada vez más los que decimos: NI ALLÍ NI EN NINGÚN SITIO QUEREMOS CEMENTERIO NUCLEAR. APOSTEMOS (APUESTE) POR LAS ENERGIAS RENOVABLES QUE SON LIMPIAS, CREAN MÁS EMPLEOS ESTABLES QUE LAS NUCLEARES Y NO GENERAN RESIDUOS DE MUERTE.