El fracking es una técnica para extraer gas mediante fracturas y roturas en el subsuelo. Entre sus impactos ambientales se cuenta desde contaminación de acuíferos hasta movimientos sísmicos. La Junta de Andalucía autorizó recientemente a empresas del sector de los hidrocarburos a realizar investigaciones para extraer gas mediante fracking en las provincias de Sevilla, Jaén y Córdoba.

Fracking o fracturación hidráulica es una técnica de explotación del gas natural que se encuentra confinado a grandes profundidades (varios kilómetros) en vetas de roca de pizarra. Para extraer el gas es necesario perforar el suelo y subsuelo hasta alcanzar las vetas que contienen el gas de forma dispersa, posteriormente se inyectan grandes cantidades de agua y arena a presión así como productos químicos muy contaminantes.

En este proceso se puede provocar la liberación de los productos químicos y del gas natural a acuíferos subterráneos provocando su contaminación, también se puede liberar gas natural a la atmósfera, siendo este un gas de gran potencial de efecto invernadero. Existen también antecedentes de pequeños terremotos en Inglaterra asociados al fracking, a su vez esta técnica acarrea un gran consumo de agua y la generación de aguas residuales contaminadas pudiendo llegar éstas a ser radiactivas. El fracking implica también un gran impacto visual sobre el terreno puesto que los pozos están al aire libre y es necesario realizar aplanamientos de terreno y una red de conexiones viarias para un alto trasiego de camiones.

La técnica del fracking nunca ha sido aplicada antes en el Estado español pero actualmente hay una avalancha de permisos de investigación relacionados con el fracking. Los más avanzados se encuentran en el País Vasco y Cantabria. La normativa no recoge la necesidad de aplicar Evaluaciones de Impacto Ambiental debido a la novedad de la técnica y a la falta de información.

En Estados Unidos estas mismas políticas de ausencia de información y permisividad administrativa han causado graves impactos ambientales, es por esto que hoy en día conocemos las consecuencias. En la Unión Europea aún no está claro el posicionamiento frente al fracking aunque algunos países, como Francia, han aplicado ya moratorias para evitar la proliferación de proyectos.

Las provincias andaluzas afectadas serían Sevilla, Jaén y Córdoba. Ecologistas en Acción ha solicitado toda la información existente acerca de estos permisos de investigación a la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía y está a la espera de su respuesta.

La explotación de este tipo de recursos no hace más que profundizar en el actual modelo de consumo de recursos fósiles, modelo socialmente insostenible y contaminante basado en la quema petróleo, gas natural y carbón para producir electricidad y posibilitar el transporte. Apostar por este tipo de recursos implica retrasar aun más el desarrollo e implantación de las energías renovables y el ahorro energético además de seguir aumentando las emisiones de efecto invernadero en el Estado español.

Ecologistas en Acción exige que la Junta de Andalucía que:
- materialice una moratoria, tanto para la investigación como para la extracción de gas natural mediante la técnica de fracking.
- paralice las autorizaciones de investigación vigentes hasta que no hayan sido evaluados correctamente los impactos ambientales
- que se sometan a exposición pública todos los proyectos que contemplen esta técnica.

De igual modo, también invita a los alcaldes de las localidades afectadas a que se informen de los proyectos de investigación en su municipio y que tomen las medidas oportunas.

Mapa de las prospecciones de hidrocarburos en el estado Español. Ministerio de Industria Turismo y Comercio: