Con el verano el ruido aumentará y dañará la tranquilidad y la salud de muchos vecinos y vecinas. Es lamentable la permisividad de muchos ayuntamientos en esta contaminación que sufren muchas personas durante meses y hasta años, sintiéndose impotentes al no ser escuchadas por las autoridades, que deben cumplir y hacer cumplir la Ley. Se puede demostrar como dan licencias sin comprobar que los locales cumplen las condiciones a las que la normativa obliga. Incluso se permiten discotecas al aire libre, cercanas o dentro del casco urbano. Es decir, a sabiendas, las autoridades muchas veces incumplen la normativa ambiental y permiten el daño a la salud de sus vecinos y vecinas.

Está comprobado que ante la contaminación acústica hay que intentar unirse a otros afectados, protestar y llegar lo antes posible a la vía judicial, si queremos terminar con el problema, aunque costará mucho esfuerzo y tiempo. Hay que hacerse visible en los medios de comunicación. Las quejas telefónicas no suelen dar resultado; es mejor presentar denuncias. Las quejas oficiales, informes médicos, técnicos, mediciones fiables del ruido, las denuncias administrativas, ante la policía…, desgraciadamente, no suelen servir para solucionar el problema, aunque nos valdrán como pruebas muy necesarias para la vía judicial. Solo en algunas ocasiones se precintan equipos de música y se actúa conforme establecen las normas. Nuestros jueces ya están tomando conciencia y las sentencias contra alcaldes y empresas cada día son más.

Las sanciones administrativas contra el ruido dependen más de la presión que se ejerza que de la gravedad del hecho denunciado. Sin embargo, las denuncias por la vía judicial, como decía anteriormente, necesitan pruebas de todo tipo y dependerán de la importancia del hecho denunciado. Los Ayuntamientos, si no ven una presión externa que les obliga a actuar, suelen permanecer pasivos ante estas denuncias. Incluso permiten que locales sin licencia municipal sigan ejerciendo su actividad ruidosa durante toda la noche o todo un verano. El amiguismo o los intereses electoralistas, personales o familiares también “funcionan”, por lo que la igualdad en el trato disciplinario es inexistente.

Tenemos una extensa legislación para fundamentar nuestras denuncias que podemos ver en numerosas páginas Web. También hay plataformas y abogados especializados en el tema, que podemos encontrar fácilmente en Internet. Además de las ordenanzas municipales, inexistentes en algunos municipios, hay una amplia normativa, leyes, reglamentos, decretos, directivas europeas, sentencias y leyes donde apoyar nuestras denuncias. En toda esta legislación, entre otras condiciones, se obliga al aislamiento acústico de discotecas o establecimientos con música.

Estas leyes y normas tratan de compaginar el derecho al descanso con el derecho a la diversión y dejan muy claro que el primero es prioritario. La administración local, cuando no lucha contra la contaminación acústica, consiente presuntos delitos contra la salud, la inviolabilidad de domicilio o el medio ambiente, entre otros. Este comportamiento pasivo, si existen pruebas determinantes, podría considerarse por un juez o jueza como un delito de prevaricación. Ya hay alcaldes inhabilitados en sentencias contra el ruido.

En definitiva, es lamentable como las administraciones municipales, teniendo la sartén por el mango, no cumplen con las ordenanzas y legislación vigente, haciendo que vecinos indefensos tengan que soportar una situación muy frustrante. Una razón más para desconfiar de los políticos a los que les damos el poder y nuestra confianza.

Por Luciano Lozano (http://opinaconluciano.wordpress.com)