La Junta de Castilla-La Mancha, en su empeño por hacer una normativa cinegética a medida de los grupos de presión cinegéticos de la región, en otras cuestiones pretende permitir la utilización masiva de lazos para control de predadores e incorporar a la lista de aves de cetrería a una especie declarada en peligro de extinción, el águila perdicera.

Ecologistas en Acción considera que la actitud genuflexa de la Junta a las prácticas cinegéticas más abusivas e irracionales, pone en riesgo los notables avances en materia de conservación de naturaleza conseguidos en décadas de esfuerzo.

En la convocatoria del Consejo Regional de Caza de Castilla-La Mancha que tendrá lugar mañana en Toledo, la Consejería de Agricultura ha incorporado al orden del día dos puntos que tienen por objeto introducir modificaciones normativas muy relevantes en materia de control de predadores y de cetrería.

En materia de control de predadores se abordará el informe sobre dos órdenes de la Consejería de Agricultura que tratan sobre la homologación de los métodos de control de predadores y sobre las condiciones para la acreditación de usuarios tramperos.

En resumen, las órdenes pretenden la autorización del uso de diversos tipos de trampas para capturar zorros, urracas y perros asilvestrados y la habilitación de los guardas de caza mediante un cursillo para que puedan utilizarlos, haciendo renacer la temida figura del alimañero, aunque ahora con papeles. Estas órdenes toman como referencia las Directrices estatales que al efecto aprobó la Comisión de Conservación de la Naturaleza que forman las Comunidades Autónomas y el Ministerio y que ya fueron ampliamente contestadas y criticadas por los grupos ecologistas.

Castilla-La Mancha hace una transcripción parcial y a medida de los intereses de los cazadores de dichas directrices y así apuesta por unos métodos de captura, como los lazos de cierre libre y tipo wisconsin, cuya selectividad es escasa. Además, adopta una modalidad de colocación, el denominado alar, que supone rodear de lazos los cotos de tal manera que no habrá animal que no se vea obligado a pasar por uno de ellos.

El propio Ministerio, que validó las pruebas con estos métodos, reconoce que en los alares se ponen 240 lazos por cada 500 hectáreas, cuando en otros métodos de mayor eficacia y selectividad, como el uso de lazo tipo collarum al paso, sólo es necesario colocar 30 en la misma superficie.

Por otra parte, en el texto que ha salido desde la Dirección General de Montes y Espacios Naturales se ha omitido deliberadamente introducir un apartado sobre el procedimiento de autorización de estos métodos que según las Directrices debe ser muy restrictivo y controlado dado que de la utilización de estos métodos se pueden derivar graves daños para especies protegidas.

En cuanto a cetrería, se presenta una modificación del decreto vigente que da lugar a dos modificaciones muy significativas. Por un lado, se amplia el listado de aves de cetrería, incorporando especies amenazadas y de interés especial, como el águila real, el búho real, y otras. Pero lo que es más grave es que incorpora al listado al Águila perdicerea (Aquila fasciata) especie declarada en peligro de extinción en Castilla-La Mancha. Por otro lado, se reducen las exigencias en cuanto a marcaje de aves de cetrería, revisiones periódicas e inspecciones. Los cambios no pretenden otra cosa que transcribir literalmente las demandas de un sector muy minoritario de los cazadores que está deseoso de abrir al mercado de compra venta de especies algunas que tienen un elevado precio. Así el Águila perdicera, de las que apenas quedan 85 parejas en libertad en toda Castilla-La Mancha, se cotiza a 10.000-12.000 euros el ejemplar. Si a ello sumamos la laxitud que se ofrece en los controles (por ejemplo, si se quiere hacer una inspección la Consejería debe avisar con antelación al cetrero), es fácil deducir los riesgos que supone la modificación del decreto de cetrería.

Ecologistas en Acción ha pedido al Director General de Montes y Espacios Naturales y por escrito a la Consejera de Agricultura que se retiren las nuevas normativas o que, en su defecto, sean corregidas en profundidad. Les acusa a su vez no ya de atender sin criterio cualquier ocurrencia que les llega de los lobbies cinegéticos, sino de permitir que sean estos lobbies los que redacten las normativas para hacerlas directamente suyas.

Ecologistas en Acción considera que el daño que está produciendo la nueva política de caza de la Junta es cada vez mayor, se está dejando notar ya en el medio natural y se va a notar mucho más. Entre los impactos que se han detectado están las pérdidas de nidos de especies protegidas, la destrucción de los hábitats y la intensificación de prácticas crueles. Pero además, con las nuevas normas que ahora inician su trámite se estima que en Castilla- La Mancha se matarán anualmente en los lazos entre 3.000 y 12.000 ejemplares de especies protegidas, se incrementarán exponencialmente los expolios de nidos de rapaces para cetrería que ya para algunas especies afecta al 50% de los nidos en campo y se añadirá un nuevo problema a la larga lista de afecciones que han llevado al Águila perdicera al peligro de extinción.