La Modificación Puntual que se somete a información pública, cuyo objetivo principal es propiciar la construcción de 625 nuevas viviendas en suelo rústico que las Normas Complementarias y Subsidiarias de 1989 preservaron de la urbanización por el alto valor ambiental del ámbito, carece de justificación y beneficiará únicamente a los propietarios de los terrenos, sobre todo a la promotora Inmobiliaria IKASA.

En la línea de las últimas propuestas promovidas o auspiciadas por la Comunidad de Madrid (macroproyectos impactantes social y/o ambientalmente: Eurovegas, Instalaciones deportivas en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares en Las Matas …), que se presentan a la opinión pública de forma ambigua y engañosa con la excusa de favorecer la creación de empleo, el Ejecutivo galapagueño insiste en sacar adelante de forma apresurada -cuando se está tramitando el Plan General- actuaciones urbanísticas de dudosa credibilidad, y cuyo desarrollo depende de modificaciones o adaptaciones a veces rocambolescas de la normativa vigente. (Ampliación Colegio Veracruz, Parcelas del Centro de Salud y Mercado Municipal).

En lo referente a la Modificación Puntual con Ordenación Pormenorizada en el Polígono P-40 (Parcial) “Los Altos de la Navata” conviene recordar ante todo que la vigente Ley del Suelo Estatal (RDL 2/2008) establece la necesidad de justificar las transformaciones del suelo rural.

En su respuesta a las Consultas Previas que la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y O.T. efectúa al iniciarse la tramitación, Ecologistas en Acción dejó bien claro que la propuesta no contenía datos que justificaran la necesidad de construir nuevas viviendas en función de la dinámica demográfica del municipio, o la imposibilidad de crear éstas en suelos ya clasificados como urbanos o urbanizables y que aún restan por desarrollar. No constaba el número de viviendas vacías, las previsiones de conversión de segundas viviendas en primeras o el grado de ejecución del planeamiento vigente. Hay que tener en cuenta que en la zona de La Navata, UA-San Gregorio, hay más de 200 viviendas pendientes de construir y 40 chalets en la UA-4, junto a la Ermita. Estos proyectos llevan aprobados más de seis años. En la linde con Colmenarejo, en Fuente Elvira, fruto de una desafortunada actuación urbanística pendiente de resolución judicial, hay 95 viviendas previstas, de las cuales 65 están a medio construir. En la Modificación Puntual del Colegio Veracruz, recientemente aprobada, que posibilitará la construcción residencial, el Alcalde, en declaración a los medios, expresó su deseo de construir 30 ó 40 viviendas con algún tipo de protección.

Por otra parte, no debe olvidarse el rechazo multitudinario de los vecinos a esta recalificación de suelo y al número de viviendas que se pretendía construir -menor por cierto que el de la M.P. que nos ocupa-, que quedó bien patente durante la tramitación del PGOU de 2005. Y, antes incluso de iniciarse la tramitación oficial de esta nueva Modificación Puntual, la Comunidad de Propietarios de la vecina Urbanización Carranza, ya se ha pronunciado totalmente en contra de la actual propuesta.

En cuanto a la otra prioridad, el equipamiento educativo, tampoco está justificada, en primer lugar porque el colegio concertado que se publicita se construiría únicamente para dar servicio al nuevo desarrollo, no para paliar la escasez de plazas escolares que pudiera haber en el municipio.

Otro argumento esgrimido por el equipo de gobierno para llevar a cabo este nuevo desarrollo, es “la creación de un parque forestal en el entorno de Parque Regional”. Cabe preguntarse si esto se conseguiría diezmando las especies arbóreas y arbustivas que ya existen en la zona, como ha ocurrido recientemente en un ámbito forestal de Ríomonte.

En resumen, a juicio de Ecologistas en Accion, es imperdonable seguir favoreciendo la especulación inmobiliaria, origen de la actual crisis económica, propiciando la construcción de casas que no se necesitan para vivir, y aunque para ello, como en este caso, deba sacrificarse una de las últimas zonas rurales próximas al casco urbano, ambientalmente valiosas, que tiene Galapagar.