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Decálogo de buenas prácticas tras un incendio

El nuevo presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, no debe repetir los errores de su antecesora con una nueva reforestación innecesaria, según advierten asociaciones ecologistas. El plan anunciado hoy en el discurso de investidura para Sierra Oeste amenaza con convertirse en un nuevo fiasco y un despilfarro, como subrayan las asociaciones ecologistas y vecninales ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Sierra Oeste Desarrollo S.O.Stenible. Las organizaciones han presentado a la Consejería de Medio Ambiente un decálogo de buenas prácticas para favorecer la regeneración natural que ya se está produciéndose en la zona quemada y ahorrar dinero público.

La experiencia de los últimos años demuestra que los trabajos de reforestación han supuesto una fuerte inversión pública con resultados nulos e incluso negativos. Los trabajos de reforestación han dañado gravemente el suelo y se ha perjudicado la regeneración natural. Además, el mantenimiento de las plantas introducidas ha sido costoso y dado los largos periodos de sequía propios d ela Comunidad de Madrid han provocado que muchas de estas plantas acaben muriendo.

Así sucedió con el alcornoque de dos metros que Esperanza Aguirre plantó ante las cámaras en 2006 en Sierra Oeste. El gran árbol de Aguirre se secó y tuvo que ser cortado, todo un símbolo del despilfarro que supuso la inversión de más de dos millones de euros en esa zona tras el gran incendio de 857 hectáreas en Navas del Rey y San Martín de Valdeiglesias.

No se trata de un caso aislado. En el monte Abantos (San Lorenzo de El Escorial) se ha replantado hasta tres veces, con una inversión superior a un millón de euros. Y en el paraje de Las Calerizas (Sierra Norte) las plantas se han secado casi por completo y el suelo ha quedado afectado por la maquinaria, tras la reforestación acometida entre 2009 y 2012 , con una inversión de 2,4 millones de euros.

Frente a estos casos, en los que el coste y el esfuerzo no benefician a la naturaleza, se comprueba que las plantas que se regeneran de forma espontánea son las que finalmente sobreviven y repueblan los parajes incendiados.

Hay ejemplos actuales, como los de Robledo de Chavela y Valdemaqueda, donde los robles se están regenerando con las primeras lluvias del otoño. Así lo han podido comprobar las asociaciones ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Sierra Oeste Desarrollo S.O.Stenible.

Estas organizaciones han presentado a la Consejería de Medio Ambiente y a Ignacio González un decálogo a tener en cuenta tras un incendio. Proponen, entre otras medidas, que no se emplee maquinaria pesada para preservar el suelo y fomentar la regeneración espontánea. También sugieren que se reduzca la repoblación artificial a aquellos casos que sea imprescindible, priorizando la semilla sobre la planta. Y resalta la importancia de involucrar a la sociedad civil para que tome conciencia de la importancia del monte, encargándoles trabajos voluntarios de censos y seguimientos y algunas plantaciones populares.

Tener en cuenta estas medidas ahorraría mucho dinero al erario público e incrementaría la regeneración de los espacios naturales incendiados.