El 5 de mayo se cumplen dos meses desde que se produjo el incendio que destruyó el barco-cafetería situado en el cauce del Tormes junto al Puente Enrique Estevan y el Parque Fluvial, poniendo en riesgo la seguridad de las personas.

Ecologistas en Acción exige al Alcalde Julián Lanzarote que enmiende su error (puesto que fue él quien lo autorizó) y ordene a los actuales propietarios del artefacto (GRIJALBO HOSTELERIA S.L.) su inmediato desmantelamiento y la restitución de la zona a su estado original. Si éstos no lo hicieran debe ser el Ayuntamiento quien se responsabilice de forma subsidiaria, repercutiendo los costes a los propietarios.

Ecologistas en Acción va a ejercer la acción pública urbanística en este caso para evitar que la instalación se convierta en un adefesio que permanezca sin uso y causando problemas durante años, como ya ocurrió con la terraza del Campo de San Francisco autorizada por el Alcalde Trocóniz en la zona monumental de aquel parque.

Esta instalación se colocó en el cauce en junio de 1997 promovido por un grupo de empresarios salmantinos (José Comerón Barahona, Manuel Santos y Julián Hernández) y contó con el apoyo entusiasta del Alcalde Julián Lanzarote y de su concejal de urbanismo, Jesús Encabo, además de la autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero, el acuerdo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta y el “apadrinamiento” de la Asociación BATEUN (de donde uno de los empresarios implicados es directivo) con su ínclito presidente perpétuo, Luis Delgado Castaño, a la cabeza.

La Asamblea de Grupos Ecologistas (precedente de lo que hoy es Ecologistas en Acción) fue la única organización ciudadana que compareció en los procedimientos de información pública abiertos con el de pedir a las administraciones implicadas (todas gobernadas por el PP) que no se autorizase la colocación de este bar con forma de barco en el Tormes. Los ecologistas argumentaron ante las administraciones, infructuosamente, que se produciría un evidente impacto visual, y se privatizaría y dañaría un lugar que pertenece al Dominio Público Hidráulico.

Ya durante las obras de instalación se llevaron por delante varios árboles de ribera con la complacencia del concejal de jardines, Juan José Hernández Araujo, que ya entonces daba muestras de su valía y capacidad. Durante ocho años el barco, con cambio de propietarios y épocas de cierre, ha perjudicado la imagen monumental de Salamanca y ha deteriorado su entorno, sin que se hayan producido los beneficios que preveían sus promotores y valedores. Paradójicamente algunos ciudadanos en este tiempo han reprochado a los ecologistas que “permitiesen” la instalación del barco, como si éstos pudiesen decidir al respecto, en lugar de reclamar responsabilidades a los políticos y técnicos que lo autorizaron.

Ecologistas en Acción cree que de esta experiencia se deben sacar conclusiones para no caer en los mismos errores, por ejemplo ahora que el Ayuntamiento de Salamanca debe decidir si autoriza la central hidroeléctrica proyectada por la empresa GRUPOSA, editora de La Gaceta Regional, en la aceña situada junto al Puente Romano.

En la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Salamanca se prevé incluir por fin un Plan Especial de protección del río Tormes y sus márgenes. Se trata de una reivindicación histórica de los ecologistas salmantinos, y de una promesa incumplida de Julián Lanzarote quien lo incluyó en su programa electoral de 1999. También se comprometió a ello, faltando después a su palabra, en el Convenio firmado en febrero de 1999 con los ecologistas que permitió desbloquear las obras del Puente de San José, paralizadas judicialmente. Ecologistas en Acción confía en que este Plan sirva para evitar futuros atentados y proteja y regenere el Tormes, sus riberas y márgenes.