La caza furtiva, masiva y sin control con parany, tipificada en el Código Penal como delito, es una realidad tras 10 años de prohibición. Se han localizado paranys en todas las comarcas y municipios paranyeros de la provincia, sin excepción, en total unos 45 municipios, siendo el cálculo provisional de más de 1.000 paranys. Todos ellos cazaban con reclamos electrónicos.

La detección de paranys en la Plana Baixa con las varetas con liga colocadas durante todo el día y noche y todos los días, en paranys muy visibles y junto a las poblaciones, demuestra la impunidad y la tranquilidad con la que se ejerce la caza furtiva si bien también se ha constatado como cada vez son más los furtivos que intentan disimular la actividad utilizando únicamente horarios nocturnos y días festivos, cuando los agentes medioambientales aún no han iniciado su jornada laboral y/o cuando los efectivos son inexistentes. Queda demostrada, una vez más, la gravedad de este método masivo y no selectivo de caza que se practica incluso dentro de las parcelas valladas de los chalés.

De hecho, la caza de aves con pegamento (liga) es el único delito penal, que conozcamos, donde se avisa repetidamente a los agentes de la autoridad, a través de teléfonos de emergencias 112 y 062, sin que aparezca nadie para evitar el delito. Así lo constataron los controles del CABS, ecologistas de diferentes países europeos que visitaron la semana pasada las comarcas de Castellón y que estuvieron durante una semana intentando denunciar aunque fuera un solo parany, sin conseguirlo. Así, la única respuesta recibida a través de los teléfonos de emergencias fue evasivas y desidia. También se tomaron imágenes de aves insectívoras destrozadas en los diferentes paranys demostrando la no selectividad del método, la masividad con que se practica y el nulo control sobre la actividad por parte de la administración valenciana.

Las ONGs medioambientales denunciamos que el nulo control de las autoridades anima a los furtivos a delinquir, delitos penales que no se persiguen y que quedan impunes. Esta relación causa-efecto se confirma tanto por los centenares de paranys que se han preparado en el último momento, una vez ya avanzada la temporada, como por paranys de nueva construcción que se han detectado.

La impunidad del parany choca frontalmente con el compromiso que ha adquirido recientemente el Gobierno Español en foros internacionales. En concreto, la Conferencia Europea sobre Caza Ilegal de Aves, organizada por el Consejo de Europa en Larnaca (Chipre) en 2011, implora tolerancia cero hacia la caza ilegal y una plena y proactiva acción en la lucha contra esta actividad ilegal. Igualmente, recientemente el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN acordó por unanimidad la participación de sus miembros, entre los que se incluye en Estado Español a través del MAGRAMA, en esfuerzos cooperativos para erradicar la captura ilegal o insostenible, el comercio y la muerte de aves migratorias.

Una vez más, los hechos comprobados en el campo por las ONGs medioambientales demuestran que el anteproyecto de la caza sin muerte de la Conselleria no es más que una absurda y falaz quimera. Observaciones que el CABS llevará a la Comisión Europea solicitando su urgente intervención.
Tras la reunión con el MAGRAMA, la Consellera Isabel Bonig declaró a los medios de comunicación que «una de las principales exigencias del ministerio y una de las mayores preocupaciones de la Unión Europea son los mecanismos de control, así que vamos a trabajar en este sentido».

Las ONGs medioambientales ofrecemos nuestra ayuda a la Consellera con el fin de despejar las dudas que aún pudieran albergar tanto el MAGRAMA como la Comisión Europea: aportaremos los datos y pruebas que demuestran claramente que, más allá de unos pocos agentes medioambientales concienciados, no existe control alguno sobre esta actividad tipificada como delito penal, ni respuesta alguna de las autoridades cuando se intenta denunciar esta actividad in situ.

La lamentable situación, diez años después de su ilegalización, es que el parany, junto al enfilat, y ahora también el enfilat científico, sólo son tapaderas para continuar en pleno siglo XXI con una inadmisible fiesta gastronómica que se sustenta en miles de delitos penales que quedan impunes.

Acció Ecologista-Agró, APNAL-Ecologistes en Acció, GECEN Y GER- Ecologistes en Acció