Ecologistas en Acción informa que las aguas del Estrecho de Gibraltar, enlace del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, son un estratégico enclave que acoge cada año migraciones de numerosas especies, desde orcas a atunes rojos, y alberga una rica biodiversidad marina, todo un sistema que convive con amenazas como las gasolineras flotantes. Más de un centenar de especies como nidarios, corales, medusas, gorgonias, anémonas o bivalvos excepcionales como los Pinna rudis viven en el fondo marino de estas aguas.
Un hábitat frágil ubicado en la Bahía de Algeciras y en el que también viven numerosas especies de peces, entre otras una colonia estable de unos 1.700 delfines, junto a otros cetáceos, como el calderón común, rorcuales o tiburones.

Además de su riqueza estable, el estrecho de Gibraltar es también un paso importante en las migraciones de especies como las orcas y túnidos como los atunes rojos, que cada año circulan por esas aguas en sus viajes desde el Mediterráneo al Atlántico. La especial hidrodinámica de las aguas del lugar forman parte del secreto que hace que haya un ecosistema de interés en el que se siguen descubriendo especies nuevas para la ciencia.

Todo un ecosistema que convive en el Estrecho de Gibraltar, por el que anualmente circulan unos cien mil buques mercantes que, además aprovechan el paso para repostar combustible, lo que hace que en esta zona se trasiegue con siete millones de toneladas de fuel al año. Para repostar, los buques tienen dos opciones, fondear en el puerto de Algeciras para que una gabarra les suministre, o acudir a Gibraltar, que tiene alrededor de las aguas que rodean el Peñón tres gasolineras flotantes que, para Ecologistas en Acción, constituyen un verdadero peligro.

En estas gasolineras flotantes se ha pasado de trasvasar 0,8 millones de toneladas de combustible en 1990, a las cinco millones que se vendieron el año pasado. La mayoría de los barcos van donde el combustible es más barato, donde pagan menos tasas de fondeo y donde pasan más desapercibidos. Señalamos que estas gasolineras flotantes pueden albergar cien mil toneladas de fuel cada una y están en una zona en la que los fuertes temporales han llevado en ocasiones a que estos buques estén a la deriva.

Ecologistas en Acción ha denunciado reiteradamente esta actividad porque consideran que esta forma de avituallamiento no debe ser legal, sin haber accidentes, los vertidos al mar son constantes.

El Gobierno español pretende evitar estas gasolineras flotantes, en una de las medidas que se incluyen en el real decreto por el que ha declarado Zona de Especial Conservación el área marítima Estrecho Oriental.

Otro de los peligros a los que se ha enfrentado la zona son los rellenos con los que desde el Peñón se han ganado en el lado Este unas tres hectáreas, una ampliación que se ha realizado con materiales como piedras de cantera y desechos de las obras en construcción, en muchos casos procedente de España, y que ha dañado arrecifes de esa zona.