El Gobierno español publica en el BOE la solicitud de la empresa Capricornio Spain SL de realizar prospecciones de hidrocarburos en más de un millón de hectáreas de la Costa Brava, poniendo en grave peligro la salud de los hábitats, la economía local pesquera y la fauna de la zona, tan importantes en el entorno del Cabo de Creus.

El día 17 de enero la Dirección general de Política Energética y Minas del ministerio, hizo público a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), la solicitud de la empresa Capricorn Spain SL, filial española de la multinacional escocesa Cairn Energy, de realizar proyectos de prospecciones sísmicas para la búsqueda de hidrocarburos en el entorno del Cabo de Creus. Éstas alcanzarían más de un millón de hectáreas mar adentro (unos 11.500 kilómetros cuadrados), que formarían parte de la Costa Brava y también del Maresme.

La Empresa Capricorn Spain SL ha solicitado doce permisos para investigar la posible existencia de hidrocarburos, reservas de gas y petróleo en la zona. Los métodos sísmicos de prospección se realizarán mediante cañones de aire comprimido “Air-guns” capaces de generar ondas sonoras, emisiones acústicas de alta intensidad, que definen la estructura del suelo y subsuelo marino localizando así los yacimientos.

Estos métodos producen una contaminación acústica intolerable por la fauna marina y pueden provocar daños físicos y de comportamiento a cetáceos, tortugas marinas, cefalópodos y peces, y en ocasiones resultar en varamientos. Esto es preocupante teniendo en cuenta que la zona del Cabo de Creus es una zona muy transitada por cetáceos, como por ejemplo Rorcuales comunes, protegidos por directivas internacionales (convenio de Washington, CITAS, Directiva 92/43/CEE, etc.) delfines listados y comunes, Cachalotes y demás.

Según estudios científicos las prospecciones tienen un impacto directo en los recursos pesqueros, debido al desplazamiento de los peces, causando una disminución de 50% a las poblaciones de alto interés comercial como la merluza, la bertorella y el rape. Hay que destacar que la zona de Cabo de Creus es explotada por las cofradías de Llançà, Port de la Selva y Roses, donde la pesca es una de las principales fuentes de ingresos de la zona.

Desgraciadamente, las prospecciones sísmicas son solo el primer paso de una serie larga de operaciones destructivas hacia el medio marino. En el caso de encontrar reservas y empezar la explotación de los recursos fósiles, los impactos se multiplicarán ya que la perforación y extracción de combustibles fósiles destruye el subsuelo y sus hábitats, y contamina el mar debido al uso de mezclas sintéticas tóxicas y la producción de residuos altamente contaminados, la mayoría de ellos cancerígenos.

No hay que olvidar la grave amenaza que existe de derrame accidental de crudo en el mar, desde las largas conexiones de oleoductos así como en el transporte marítimo, poniendo en grave peligro a zonas de alto interés ecosistémico de la zona como son el parque natural del Cabo de Creus, la reserva marina de las Islas Medas, entre muchos otros ecosistemas, hábitats, fauna y flora de gran importancia que se extienden en dicha zona.

Este proyecto, el cual se sumará a los 30 permisos de prospecciones de hidrocarburos aprobados actualmente por el Ministerio, reitera la clara apuesta del gobierno hacia las energías no renovables y altamente contaminantes, una dirección opuesta a los requerimientos de la lucha contra el cambio climático, la contaminación ambiental, la salud humana y de los ecosistemas. Además, las empresas petroleras en España han demostrado gran irresponsabilidad ambiental durante la producción de petróleo en el mar, ya que en Tarragona, donde existen 4 pozos de producción de petróleo, se han registrado por lo menos 18 vertidos desde sus instalaciones.

Ecologistas en Acción se opone rotundamente a la decisión de la realización de prospecciones petrolíferas en la Costa Brava y en todo el litoral catalán y reclama al gobierno español que no autorice este proyecto y que abandone de una vez por todas la vía de las prospecciones petrolíferas y las energías no renovables y contaminantes como son los combustibles fósiles y empiece a apostar firmemente por la transición hacia un nuevo modelo energético sostenible.