Con motivo del Día Mundial del los Humedales, Ecologistas en Acción de Ciudad Real denuncia el pésimo estado de nuestros ecosistemas hídricos, alerta sobre el creciente número de agresiones y amenazas y responsabiliza al Gobierno de Castilla-La Mancha de ello.

El agua es uno de esos recursos que son esenciales para la vida y el desarrollo de cualquier actividad humana, y prueba de ello es que las comunidades humanas siempre se han concentrado durante miles de años en los valles fluviales, sus llanuras inundables y otros sistemas de humedales como los manchegos.

La importancia de los humedales reside, a parte de ser los principales generadores de recursos hídricos para abastecimiento de agua dulce, y más allá el valor económico que aporta a sectores como la agricultura, la pesca, la industria o el turismo, en la gran diversidad biológica que albergan. Son reguladores del ciclo del agua, reteniendo las grandes avenidas, almacenando el exceso de agua en los periodos húmedos y liberándolo en lo secos. Sirven de depuradoras naturales que retienen el exceso de nutrientes o contaminantes de las aguas. Y también son reguladores del clima, jugando un papel esencial contra el cambio climático al ser importantes sumideros de carbono.

Si algo no hemos aprendido de nuestros antepasados, por mucho progreso y avance tecnológico del que nos jactemos, es a valorar y proteger los recursos naturales y los ecosistemas que hacen posible nuestra vida y la de las futuras generaciones. En unas pocas décadas hemos destruido este enorme legado de la Naturaleza que nuestros antepasados si supieron gestionar de forma sostenible. Las políticas insostenibles del pasado siglo que han potenciado la agricultura industrial intensiva, el urbanismo desaforado y el cambio climático han secado nuestros ríos, lagunas y acuíferos, y han contaminado sus aguas hasta el punto de poner en serio riesgo su potabilidad, hipotecando la salud ambiental de nuestro presente y el futuro de nuestros hijos y de la biodiversidad. Nuestros grandes tesoros húmedos, como el parque nacional de las Tablas de Daimiel o el parque natural de las Lagunas de Ruidera agonizan lentamente. La sobreexplotación del acuífero 23 ha llevado a Las Tablas a un estado crítico, mientras que el urbanismo descontrolado ha desvirtuado por completo el paisaje singular de las Lagunas de Ruidera (si alguien ha podido visitar los lagos Lagos Plitvice en Croacia, que son formaciones karsticas similares a las de Ruidera, sabrá a qué nos referimos cuando hablamos de proteger el paisaje).

Pero como siempre que se trata de la gestión de lo público, el principal responsable de esta catástrofe no es otro que nuestro gobierno autonómico, que ha consentido en muchas ocasiones, e impulsado en otras, todas estas agresiones, en nombre de un crecimiento económico que siempre acaba beneficiando a unos pocos y perjudicando a la mayoría. Si el antiguo gobierno del PSOE fue el principal impulsor de la sobrexplotación del acuífero por unos prevaricadores cálculos electorales y de la especulación urbanística en La Mancha, al nuevo gobierno del PP le ha faltado tiempo para acabar con el Plan Especial del Alto Guadiana, y volver a pedir la barra libre de agua para sus amiguetes terratenientes por los mismos motivos electorales cortoplacistas, poniendo en seria duda a pesar de la tímida recuperación del acuífero, el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua. Estos despropósitos medioambientales, han puesto también en serio riesgo la catalogación de la Mancha Húmeda por parte de la UNESCO como reserva de la Biosfera, por negarse el Gobierno Regional a presentar ante este organismo una propuesta de zonificación que delimite las zonas a proteger. Tal descatalogación y sanción supondría no sólo una catástrofe ambiental sin precedentes, sino también una importante pérdida de credibilidad e ingresos de la Unión Europea.

Y por si no fuera poco, al tiempo que vuelven los viejos fantasmas de la sobreexplotación de los acuíferos, surgen nuevas amenazas para nuestros desvalidos humedales. La última se llama fractura hidráulica (fracking en inglés), y es un nuevo sistema de extracción de gas enormemente agresivo. La extracción del gas se produce mediante la ruptura y disolución de los estratos geológicos de pizarra y para ello se inyecta a presión en el subsuelo, a varios cientos de metros de profundidad, una mezcla de más de cien ácidos y otras sustancias químicas, que acaban filtrándose a los acuíferos y también a las aguas superficiales, contaminándolos. Los impactos de esta nueva técnica son bien conocidos en EE UU donde lleva aplicándose hace años y ha llegado a provocar incluso movimientos sísmicos. En nuestra región ya han dado luz verde a varios estudios de prospección en la zona de las Lagunas de Ruidera. Desde Ecologistas en Acción, pedimos a nuestro gobierno que siga el ejemplo de otras comunidades autónomas como Aragón, que han comprendido la gravedad de esta nueva amenaza y se han declarado territorio libre de fracking.

También queremos recordar al actual gobierno que el agua es un bien común, del que todos y todas, no sólo los agricultores, tenemos derecho a beneficiarnos. Es un error tratar de salir de esta crisis económica sobreexplotando nuestros recursos naturales y agudizando la crisis ambiental, porque finalmente el destino del hombre va unido al de La Naturaleza. Tenemos derecho a ver correr nuestros ríos y arroyos, sus límites deslindados, a que sus cauces y riberas se pueblen de vegetación constantemente, a que nuestras charcas, navas, vegas, tablas, lagunas y aguazales se inunden, y a que de nuestros humedales emane la vida libremente. Tenemos el compromiso moral de recuperar y transmitir el vínculo de este legado, hacerle justicia y conservarlo.

No seamos necios, aprendamos a valorar nuestros humedales y defendámoslos.