Las cuatro pruebas automovilísticas en el circuito que las autoridades municipales de Bilbao han autorizado para los días 8, 9 y 10 de julio van a producirse en pleno centro de Bilbao, con una duración de tres días, un recorrido de 4 Km. y unos impactos ambientales y urbanísticos muy significativos.

Este hecho del rally ha originado ya y originará las consecuencias siguientes:

- 30 vehículos circulando a velocidades elevadas con una emisión de hasta 130 dB(A) de ruido ambiental, con las consecuentes molestias importantes para los vecinos que no quieren participar en la contemplación de ninguna carrera.

El ruido atronador que se deriva de unas pruebas de estas características, en el inicio y la preparación de la salida, como también en el propio desarrollo de la carrera, es superior a la percepción que los vecinos del aeropuerto de Loiu tienen de los despegues de los aviones. Se van a emitir entre 90 y 130 dB(A), es decir, se va a someter a un importante número de vecinos de Bilbao a una presión sonora excesiva, que supera los límites sonoros, por encima de los cuales, se viene considerando que aquella se vuelve una amenaza para las personas.

A juicio de los expertos otorrinos, superar un nivel medio en torno a 75 dBA, y los 90 dBA en los picos de sonido, supone un riesgo para el oído. Además hay que tener en cuenta que las agresiones sonoras que se soportan a lo largo del dia se acumulan.

La jurisprudencia europea, constitucional y del TS asevera que el ruido excesivo supone una vulneración de los derechos humanos fundamentales a la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio. Ello nos indica la respuesta jurídica actual frente al ruido, como causante de ansiedad, incremento de agresividad, nerviosismo, conductas antisociales, perdida de concentración, o incluso, la perdida auditiva, que genera una exposición a niveles de ruido excesivos, sobre todo cuando ésta exposición no es deseada.

- La preparación de las pruebas ha supuesto la supresión y modificación de elementos urbanísticos de elevada consideración en cuanto a paisaje urbano, así como la tala de árboles de gran porte y edad, y supondrá importantes molestias a los vecinos más inmediatos al evento, datos éstos, ya suficientemente conocidos.

- El mero hecho de que el evento de supuesta atracción lo constituya carreras o pruebas automovilísticas, supone acentuar la imagen del vehículo privado, no sólo como elemento de movilidad, sino como símbolo de poder y de prestigio, la velocidad como valor a admirar, ser más rápido, la competitividad en el asfalto, la producción de ruido ensordecedor asociado inconscientemente a poder (como muchos psicólogos ya han identificado)

Una sociedad lacerada cruelmente por una circulación de vehículos a motor, causa de decenas de muertos todas las semanas, sobre todo entre los más jóvenes, donde las relaciones entre conductores, a menudo se caracterizan por actitudes infames y groseras, necesita una pedagogía y una muestra de valores opuesta a los que representa semejante atracción.

Estamos necesitados de símbolos respetuosos con nuestros sentidos, con el entorno, necesitados de símbolos que nos conecten con la serenidad, con nosotros mismos. Son demasiadas las llamadas de atención que estamos recibiendo, de que el desarrollo sostenible, sólo será una realidad, (más allá de una mera operación de maquillaje y propaganda barata de políticos sin principios), si cada uno de nosotros nos transformamos en personas que sepamos gozar de la vida, disfrutar de cada momento, con las cosas que nos rodean, que son muchas….y sepamos ir despegándonos del consumo innecesario y despilfarrador, del culto al dinero, a la tecnología, actitudes éstas que nos roban lo único preciado y sagrado que tenemos: nuestro tiempo, el contacto profundo con nosotros mismos y con nuestros amigos y familiares, con la naturaleza reparadora, con la vida que se nos esfuma… sin vivirla con alegre, serena, meditada atención.

Bilbao se halla en el proceso de elaboración de Agenda Local 21, uno de cuyos pilares fundamentales dentro de la filosofía de éste proceso, es la Participación Ciudadana en la gestión del Bilbao cotidiano, presente y futuro. Y es en éstas ocasiones, cuando me pregunto, si la realización de eventos tan impactantes en el diseño y en la gestión del Bilbao cotidiano, no debe realizarse sin que los ciudadanos se pronuncien sobre su conveniencia. Todas estas agresiones medioambientales, urbanísticas y de convivencia, expuestas o aludidas, suscitan la cuestión de la necesidad política de la participación ciudadana, real y efectiva en los asuntos públicos municipales, que más afectan a nuestra vida cotidiana, como es el autorizar unas carreras o rallies que suponen unos impactos a un nivel social, ambiental, económico, urbanístico y hasta ético, tan significativos. Opino que los foros de participación de la Agenda Local 21 debieran ya trabajar con éstos contenidos, sin dar la espalda a la ciudadanía.

El traer a Bilbao este tipo de actividades lo justifica el Gobierno municipal en el fomento del Bilbao de los servicios, del turismo cultural etc., sin embargo, me pregunto si la necesidad de fomentar tal modelo de ciudad, atractivo, sin duda, supone tener que admitir todo aquello que atraiga gente, porque siendo así, por poner un ejemplo, la realización de una concentración multitudinaria de parejas escenificando las distintas escenas del Kamasutra, atraería a mucha más gente, y no estaríamos conculcando derechos fundamentales, impactando negativamente el medio ambiente, ni el arbolado centenario, ni elementos del patrimonio urbano, y se incentivaría la natalidad, y no la mortalidad en las carreteras; O, sin acudir a ejemplos que, no serian entendidos del todo por ciertos sectores, se podría convocar una concentración de record mundial en meditación Zen, Yoga y Tai-Chí, por las principales calles bilbaínas, seguramente se atraería a muchos visitantes, con efectos más saludables para la ciudad y desde luego para sus habitantes, igual hasta se nos pegaba un poco de serena contemplación… que es de lo que parece, más necesitados estamos…

Alfonso C. Terceño Ruiz, Abogado Ambientalista, miembro de la Comisión Jurídica de Ekologistak Martxan